El lado oculto de las empresas de representación de futbolistas
El lado oculto de las empresas de representación de futbolistas
Son los líderes en la sombra de este deporte, los encargados de ejercer traspasos y transacciones millonarias entre clubes
Espectáculo, pasión y entretenimiento. El mundo del deporte se caracteriza y se asocia permanentemente a los términos que acabamos de citar. Centenares de millones de personas a lo largo y ancho del globo terrestre vibran y se emocionan con su equipo y su deporte favorito. Este fanatismo se eleva de forma exponencial cuando hablamos de fútbol, deporte rey por excelencia en Europa y gran parte del mundo y con una tradición y una mística centenaria.
Aficionados enfervorizados, futbolistas elevados a la categoría de ídolos y con sueldos e ingresos millonarios cada temporada y directivos bien vestidos y con buen porte. Aparentemente nada puede fallar en esta maquinaria perfecta de construir dinero que es la industria del fútbol pero nada más lejos de la realidad. Como todo en esta vida tras los rostros alegres y las sonrisas que nos alumbran con cámaras de alta tecnología se esconde una cara B, una parte oscura rodeada de intereses ocultos y miseria y alejada del gran público.
Este tipo de entidades han rebasado la línea de la representación deportiva y se han convertido en corporaciones multidisciplinares
Como en todo negocio, son muchas las partes que intervienen en el negocio del balón, desde televisiones que adquieren los derechos de emisión a golpe de talonario hasta diferentes empresas de publicad, para llegar finalmente a uno de sus focos: las empresas de representación. Son los líderes en la sombra de este deporte, los encargados de ejercer traspasos y transacciones millonarias entre clubes y los responsables de mover a los futbolistas como si de piezas de ajedrez en un tablero se tratase.
Este tipo de entidades han rebasado la línea de la representación deportiva y se han convertido en corporaciones multidisciplinares que alardean de ser, además, especialistas en temas jurídicos y patrimoniales. Aseguran ser entes que velan siempre por el bien económico y familiar del deportista y por asegurar su tranquilidad y seguridad en el ámbito jurídico pero ¿esto es realmente así siempre?
Recientemente hemos sido testigos directos y parte activa de un caso sumamente grave y negligente entre la empresa PromoEsport y José Rodríguez (futbolista más joven de la historia en debutar en la liga de campeones con el Real Madrid). Como tantos otros futbolistas jóvenes el alicantino decidió depositar su confianza en esta agencia de representación para poder ayudarle en su carrera deportiva. El contrato de representación que tenía con PromoEsport era absolutamente ambiguo y con una gran falta de transparencia a la hora de establecer el pago de los honorarios para la agencia de representación. Este modus operandi es muy habitual en el sector donde reiteradamente no se aclaran los términos de los contratos y hacen firmar de mala manera a los futbolistas reconocimientos de deuda sin que realmente sepan lo que están firmando.
De la noche a la mañana José Rodríguez se encontró con una demanda civil donde se le reclamaba la cuantía de 600.000 euros. PromoEsport, esa empresa que tanto cuidada los intereses jurídicos de sus representados demandando a su cliente, piensa que los futbolistas, debido a su solvencia económica y fama son inmunes a este tipo de hechos, pero nada más lejos de la realidad: muchos deportistas de élite están permanentemente mal asesorados y se ven muy afectados por este tipo de situaciones algo que perjudica gravemente su rendimiento deportivo en el terreno de juego.
Cuando sucedieron estos hechos José busco amparo en los abogados de su club, los cuales hicieron una gestión al menos dudosa en la defensa de los intereses del futbolista. Desesperado y no conforme con la situación, José decidió buscar una segunda opinión y decidió ponerse en contacto con Preico Jurídicos. Una vez pudimos recibir su caso y revisar toda la documentación del contrato, corroboramos que estas exigencias no eran acordes a lo firmado y no se ajustaban a la realidad legal del acuerdo establecido. Seguimos revisando, y además la demanda que habían presentado en el juzgado no anexaba unas cláusulas estipuladas en el contrato las cuales daban razón al testimonio de José Rodríguez.
De la noche a la mañana, los hechos habían dado un vuelco completo. No sólo la demanda carecía de sentido y de fundamentos jurídicos, sino que además los señores de PromoEsport habían cometido, supuestamente y bajo nuestro criterio, delitos de falsedad documental y estafa procesal manipulando la documentación para condicionar el fallo del juez y que el mismo fuera favorable a sus intereses.
Estamos convencidos de este caso pionero en España marcará un antes y un después en la justicia deportiva y servirá de modelo y referencia para futuras reclamaciones de similar carácter.