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Récord histórico en la subida de la luz: puntos clave

Sistema eléctrico (Foto: archivo)

Antonio Benítez Ostos

Socio director de Administrativando Abogados, despacho de abogados especialista en derecho administrativo




Tiempo de lectura: 5 min

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Récord histórico en la subida de la luz: puntos clave

Sistema eléctrico (Foto: archivo)

Más del 50% de la factura de la luz, se traduce en carga impositiva

  1. ¿Qué conceptos se incluyen en la factura de la luz?



Paradójicamente, el precio de la luz apenas supone el 30% del coste final de nuestra factura, por tanto ¿Qué otras partidas influyen en el alza del precio final de la misma?

Dos conceptos principalmente:



  1. El coste fijo por disponer de electricidad. Se paga en función de la potencia contratada y este importe es permanente con independencia del consumo. La comercialización de la potencia se ajusta a dos modalidades, en función de un mercado regulado o un mercado libre.
  2. El consumo, su precio depende de la cantidad de Kilovatios hora realmente gastados.

A estas dos partidas, hay que añadir los denominados “peajes y cargas del sistema eléctrico”, o lo que es lo mismo, el resto de costes necesarios para que la electricidad se transporte y distribuya llegando al consumidor final (impuestos, gastos de infraestructuras, mantenimiento…).



Resulta conveniente destacar, que más del 50% de la factura de la luz, se traduce en carga impositiva.

Pedro Sánchez, el pasado 3 de septiembre, anunciando una subida del SMI para paliar los efectos de la subida de la luz (Foto: EFE)



  1. ¿Qué tipos de contratos se ofrecen en los mercados?

Son dos los tipos de contratos a los que el consumidor puede acogerse:

  • El contrato PVPC o de mercado regulado: venden la energía con la tarifa que fija el gobierno. El precio de ésta es variable, se establece hora a hora en función de lo que dicta el mercado mayorista.
  • Mercado libre: depende de lo que se pacte con la comercializadora. Como su propio nombre indica, las tarifas se establecen de forma libre, con la posibilidad de aplicar descuentos y bonificaciones al consumidor.

El precio de la electricidad dentro de este sistema lógicamente es volátil

  1. ¿Cuál es el motivo de las reiteradas subidas en el precio de la factura de la luz?

El sistema eléctrico se sostiene en una balanza entre el coste de su producción y su comercialización, sobre la base de una cadena en la que las compañías eléctricas adquieren electricidad para posteriormente transferirla a los consumidores.

El precio de la electricidad dentro de este sistema lógicamente es volátil, pues, como en cualquier otro mercado económico, dependerá del equilibrio que se alcance entre la demanda diaria de energía eléctrica que necesitan los consumidores y la oferta de las productoras eléctricas, las cuales operan con una amplia diversidad tecnológica de la que se alimenta la Red Eléctrica.

Sin duda, los precios del mercado marcan los importes que pagan las suministradoras eléctricas, pero, ¿qué es lo que realmente está conllevando el encarecimiento de esta “balanza eléctrica”?. Podemos decir que son tres los factores principales que influyen: el precio del gas, el CO2 y la situación meteorológica.

Estas tres variables, conforman la “pescadilla que se muerde la cola”: las condiciones meteorológicas exigen tener una sobrecapacidad a modo de previsión y prevención ante la variabilidad del tiempo, es decir, requiere disponer de energía eléctrica almacenada, con la que utilizan gas. El aumento de la demanda de este último, va de la mano de la subida del precio del mismo y, por ende, el incremento de los derechos de emisión de CO2, impuesto al que se ven obligadas a pagar las empresas ante la falta de generación de energía 100% renovable.

  1. Posición del gobierno

La reacción del Gobierno ante la situación actual para intentar “aliviar” esta situación, ha sido una bajada temporal de los impuestos en la factura de la luz: con una reducción del 11% del IVA y la suspensión del 7% del impuesto de generación eléctrica (para clientes con potencia contratadas de hasta 10 KW). También, conocimos el pasado 3 de septiembre, se han anunciado una serie de medidas indirectas, como la subida del SMI, que aspiran a generar más poder adquisitivo con el que afrontar con mayor solvencia el coste de la electricidad.

Países como Francia e Italia cuentan con empresas públicas de electricidad y sus precios también están en máximos (Foto: Economist & Jurist)

Pese a estas medidas adoptadas, la factura de la luz se ha encarecido en más de un 30% con respecto al año pasado.

Algunas de las propuestas que se contemplan son, la creación de una empresa pública de energía que gestione la concesiones de las hidroeléctricas según vayan venciendo. Ello pese a que países como Francia e Italia cuentan con empresas públicas de electricidad y, como ha explicado recientemente el Banco de España, sus precios también están en máximos. La otra opción que se baraja atañe a la regulación de la tecnología hidráulica y nuclear, ya que éstas no tienen que hacer frente al encarecimiento del CO2 al prescindir del uso del gas.

Ninguna de las medidas propuestas, a mi entender, solucionarían la controversia suscitada.

España tiene que modificar su normativa de electricidad

  1. ¿Contamos con alguna solución efectiva para aminorar la factura?

Desde luego, la alternativa no está en manos del consumidor final, pese a los intentos desmesurados de éste de cambiar sus hábitos y consumo eléctrico.

La clave, en mi opinión, pasa por intervenir y modificar de forma estructural las reglas de juego del mercado mayorista de la electricidad y, con ello, la determinación o cálculo del precio de la energía.

España tiene que modificar su normativa de electricidad para que, por ejemplo y entre otras alternativas posibles, se pueda comprar y vender la misma a precios negativos, algo posible con la entrada de las renovables, que producen energía a un coste mucho más bajo que la generada con el gas natural o el carbón.

A continuación, entre otras opciones, se podría fijar el precio en el mercado mayorista de la luz según el porcentaje de generación de las renovables y las energías que necesitarían un mayor nivel de dependencia mediante sistemas de almacenamiento. Ello supondría un freno a la clara dependencia de fuentes de energía fósil como el gas para generar electricidad.

Y ello, aunque comporte modular los beneficios de las grandes compañías, circunstancia que los ejecutivos parece ser que en ningún caso quieren contemplar.

Lo anterior unido a la necesaria reducción de presión impositiva que, como he indicado más arriba, supone más de la mitad de los costes del precio de la luz que termina asumiendo el consumidor final.

No olvidemos, que la luz es un bien de primerísima necesidad y, por tanto, el Estado debería de asumir una mayor parte de sus costes. A ello se le suma la circunstancia visible, de que el encarecimiento de la misma, afecta directamente a toda la cadena de producción en nuestro país, inversores y, por supuesto, a la totalidad de ciudadanos.

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