Las criptomonedas aguantan el ataque chino
Los argumentos de Pekín para justificar las restricciones a las ‘cripto’ no siempre coinciden con la realidad
Las criptomonedas aguantan el ataque chino
Los argumentos de Pekín para justificar las restricciones a las ‘cripto’ no siempre coinciden con la realidad
El pasado viernes, las autoridades chinas anunciaban que ilegalizaban todas las actividades relacionadas con criptomonedas. El Banco Central de China anunciaba que los servicios que ofrecen negociación, comparación de pedidos, emisión de tokens y derivados para monedas virtuales están estrictamente prohibidos.
Esta prohibición se extiende incluso a los intercambios de criptomonedas en el extranjero que brindan servicios en China continental. Además, los intercambios de divisas virtuales en el extranjero que utilizan Internet para ofrecer servicios a los residentes nacionales también se consideran una actividad financiera ilegal.
Ya han pasado unos días desde que fuera adoptada esta decisión y parece buen momento para hacer un pequeño balance sobre cómo ha sentado la misma al mercado de criptoactivos. Tal como se podía esperar, las principales criptomonedas han entrado en pérdidas. El Bitcoin llegó a caer el fin de semana un 2,9%, mientras que Ethereum se dejaba un 1,4%. A mediodía de hoy, según la información en tiempo real que facilita Investing.com, las criptomonedas se encuentran en territorio positivo y todas ellas cotizan al alza, aunque con variaciones generalmente modestas.
Aunque la última medida de hostigamiento de China contra las criptomonedas no se está dejando notar mucho en la cotización, la medida aprobada por las autoridades de Pekín está teniendo otros efectos colaterales.
Por un lado, muchas empresas de cifrado han empezado a salir del mercado chino. Durante el fin de semana, Huobi, uno de los principales intercambios de cifrado que aún opera en China, dijo que comenzaría a cerrar cuentas pertenecientes a comerciantes e inversores chinos. Sparkpool, el segundo grupo minero más grande de Ethereum, también ha anunciado que cerrará las cuentas de sus usuarios chinos para fin de mes.
Cabe recordar que China ha sido uno de los mayores compradores de Bitcoins del mundo hasta 2017
Al tiempo que se producen estos cambios, las autoridades chinas se han preocupado de entorpecer las actividades de las empresas relacionadas con las criptomonedas. El firewall de Internet de China ha bloqueado los dos principales sitios de datos de criptomonedas, Coingecko y Coinmarketcap. También ha sido bloqueado el sitio web de TradingView. Como resultado, las personas que viven en China continental tendrán que buscar otras fuentes para tener información sobre la cotización de las criptomonedas.
Lo cierto es que el ataque realizado por China contra las criptomonedas no es el primero que se produce. Pekín ha tomado medidas contra el Bitcoin en al menos siete ocasiones.
La primera restricción llegó en 2013, cuando el Bitcoin estaba comenzando su andadura. En esta ocasión se instaba a los bancos a que no permitieran las transacciones relacionadas con criptomonedas como, por ejemplo, una operación de compra de Bitcoin mediante transferencia bancaria.
A partir de ahí se ha ido aprobando todo un rosario de prohibiciones que se ha intensificado este año. A la ya mencionada proscripción del viernes hay que añadir que el pasado mes de mayo se instó a las instituciones y aplicaciones de pago a no ofrecer ningún tipo de servicio que permitiera las actividades con criptomonedas, mientras que en junio se reforzó la prohibición a los bancos de que permitieran transacciones con criptomonedas. En julio, las autoridades detallaron que las actividades relacionadas con las criptomonedas estaban prohibidas, incluyendo las exhibiciones comerciales, piezas publicitarias y otras actividades y servicios.
Asimismo, el pasado mes de mayo se vetó la minería de criptomonedas en China, alegando que suponían un desperdicio energético. Varias regiones del país pidieron a los ciudadanos que denunciaran la presencia de granjas de minería de criptomonedas. Esta medida tuvo una consecuencia importante. Hasta ese momento, había cierta preocupación por le hecho de que China estaba centralizando la minería de Bitcoin en su territorio. La prohibición de esta actividad en ocho provincias ha generado un éxodo masivo de mineros a otros países.
Las continuas prohibiciones de China contra las criptomonedas no concuerdan con la relación real que ha mantenido el país con las criptodivisas. Cabe recordar que China ha sido uno de los mayores compradores de Bitcoins del mundo hasta 2017, cuando prohibió las llamadas ofertas iniciales de monedas (ICO), una forma de recaudar dinero para las empresas de cifrado mediante la emisión de tokens digitales. De hecho, estas inversiones han dado importantes beneficios a los ciudadanos y empresas chinas que han invertido en Bitcoins.
Cuando China ha atacado a esta criptomoneda, se ha producido una caída de su valor. A esta depreciación le ha seguido con un repunte importante que ha dado grandes beneficios a los inversores, incluidos, lógicamente, los compradores chinos.
Sea como fuere, el constante ataque de China a las criptomonedas en general y al Bitcoin en particular, viene refrendado por una serie de motivos que, generalmente, no tienen mucho que ver con las explicaciones de las autoridades.
Según la versión oficial, la proscripción de la minería del Bitcoin se adoptó bajo la excusa del desperdicio energético. La prohibición de que las aplicaciones de lago ofrecieran servicios que permitieran las operaciones con criptomonedas estaban respaldadas por la “volatilidad del mercado de este tipo de activos” y para evitar operaciones de lavado de dinero con criptomonedas.
Sin embargo, a la hora de explicar la prohibición de la minería el Gobierno de Pekín no hace mención del hecho de que en varias provincias está teniendo importantes problemas de suministro eléctrico que están llevando incluso al cierre temporal de empresas. Esto hace difícilmente sostenible el mantenimiento de un importante ecosistema de granjas como el que había y que consume una gran cantidad de electricidad.
Por otro lado, el Bitcoin y las otras criptomonedas son un gran obstáculo para el desarrollo de su propia criptomoneda, el yuan digital. La verdad es que, en el fondo, lo que molesta a las autoridades chinas es que el auge de las criptomonedas puede socavar el control de las transacciones, las instituciones financieras y, en última instancia, toda la economía. Así, consideran que si existe el riesgo de que una criptomoneda arrincone al yuan, lo mejor es que al menos esa criptomoneda esté controlada por el Gobierno. La única forma de que prevalezca el yuan digital sobre el Bitcoin es prohibiendo el uso de éste en el país.
Dado que China tiene la posibilidad de influir en sus países vecinos, puede imponer el yuan digital en algunas de las transacciones económicas y su papel como potencia regional. El trasfondo de esto es que China busca dominar la economía mundial y ocupar el puesto de Estados Unidos. Pero mientras que la mayoría del comercio mundial se siga haciendo en dólares, esto es difícil. Por eso Pekín considera estratégico que el yuan digital sea una moneda de referencia y para eso tiene que quitarse de en medio a los oponentes incómodos como el Bitcoin.