Bruselas retrasa a diciembre las medidas contra la subida del precio de la energía
La reunión del Consejo Europeo se cierra sin un plan para reducir el precio de la luz o el gas a corto plazo
Sede de la Comisión Europea (Foto: UE)
Bruselas retrasa a diciembre las medidas contra la subida del precio de la energía
La reunión del Consejo Europeo se cierra sin un plan para reducir el precio de la luz o el gas a corto plazo
Sede de la Comisión Europea (Foto: UE)
Los líderes de la Unión Europea celebran una cumbre que comenzó ayer en Bruselas. Uno de los puntos del orden del día más importante es la subida de los precios de la energía. En la reunión de ayer lograron consensuar un texto conjunto sobre este asunto.
Teniendo en cuenta la gravedad del problema, el contenido del documento aprobado por los 27 puede saber a muy poco a las empresas que tienen que reducir su producción por los altos precios de la energía o a las familias que no llegan a fin de mes por el elevado precio de la luz.
En este comunicado, el Consejo Europeo “invita” a la Comisión a que “estudie el funcionamiento de los mercados del gas y la electricidad, así como el mercado del régimen de comercio de derechos de emisión” al objeto de evaluar si determinadas prácticas comerciales requieren una ulterior actuación reglamentaria.
La invitación para los Estados miembros y a la Comisión es que hagan urgentemente el mejor uso del conjunto de medidas para prestar ayuda a corto plazo a los consumidores más vulnerables y apoyar a las empresas europeas. En el caso del Banco Europeo de Inversiones, se le conmina a que estudie cómo acelerar la inversión en la transición energética, dentro de su actual margen de capital disponible.
Por último, a la Comisión y al Consejo se les pide que “consideren con prontitud medidas a medio y largo plazo que contribuyan a disponer de energía a un precio asequible para los hogares y las empresas aumenten la resiliencia del sistema energético de la UE y del mercado interior de la energía, proporcionen seguridad de suministro y apoyen la transición hacia la neutralidad climática, teniendo en cuenta la diversidad y las características específicas de las situaciones de los Estados miembros”.
Los líderes europeos han emplazado a la sesión extraordinaria del Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía del próximo 26 de octubre para comenzar “de inmediato” esta tarea, aunque no será hasta diciembre cuando esta cuestión vuelva a ser tratada por el Consejo Europeo.
Como suele ocurrir con cualquier decisión de la Unión Europea, las decisiones importantes se aparcan, en este caso hasta diciembre y, para llegar a las mismas, se tienen que poner de acuerdo países que en ocasiones tienen visiones muy distintas sobre cómo abordar los problemas.
Hay un grupo de países, entre los que se cuentan España, Francia, Italia, Portugal o Grecia, entre otros, que están presionando para que la UE adopte medidas excepcionales. La otra postura estaría liderada por Alemania y es la que de momento ha desarrollado el Ejecutivo comunitario. Consiste en que los Estados utilicen las herramientas que tienen a su disposición con la legislación vigente en mano, como subvencionar a los consumidores pobres.
Una de las cuestiones que defiende España y que ha sido adoptada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es la creación de una plataforma de compras conjuntas de gas para crear una reserva estratégica, pero esta idea ni siquiera aparece en el documento consensuado ayer por los líderes europeos.
La Comisión ya hizo púbica una comunicación el pasado 13 de octubre en la que aceptó la posibilidad de abrir un debate en torno a las compras mancomunadas, aunque es partidaria de crear reservas comunitarias de gas como las que ya existen para la gasolina. En ese comunicado, igual que en el que se hizo público ayer, no se planteaban medidas urgentes de forma conjunta para atajar el precio de la energía.
Precio del gas
La cuestión es si se puede esperar hasta diciembre para adoptar una decisión a nivel europeo que pueda paliar la crisis provocada por los altos precios de la energía. En este sentido, uno de los elementos de mayor preocupación es el precio del gas, que se considera como el principal causante del incremento del coste de la electricidad.
Ursula Von der Leyen ha afirmado este miércoles en el Parlamento Europeo que Europa “depende demasiado de las importaciones de gas” y que debe “diversificar” sus proveedores energéticos. Aunque no la citó específicamente, la líder europea se refería a Rusia, que tiene en su mano buena parte del suministro de gas que llega a Europa y que exporta a través de la empresa Gazprom.
La dependencia europea del gas ruso es tal que algunos funcionarios europeos han deslizado acusaciones contra Rusia de exportar menos gas del necesario para mantener los precios altos y, de paso, tener un elemento de presión contra Europa. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha rechazado estas acusaciones y ha dicho que son “infundadas” y que tienen motivaciones políticas.
Las autoridades rusas se muestran dispuestas a incrementar sus exportaciones de gas a la Unión Europea con el objetivo de paliar la crisis energética que sacude al continente europeo. Sin embargo, esto no le va a salir gratis a Europa. Moscú ya ha planteado un pliego de condiciones para cumplir esta promesa, entre las que están la firma de acuerdos a largo plazo con Gazprom y la puesta en marcha lo antes posible del gasoducto Nord Stream 2.
Parece que al menos la segunda condición impuesta a Europa puede ser cumplida sin problemas. Las autoridades comunitarias calculan que, a partir de abril, cuando termine el invierno en el hemisferio norte y comience a funcionar Nord Stream 2 los precios bajarán. De este modo, Europa, por un lado, muestra su preocupación por la excesiva dependencia del gas ruso y, por otro, fía parte de la bajada del precio a la apertura de un gaseoducto procedente de Rusia que va a aumentar más la dependencia del gas de este país.
Dado que el gas se ha convertido en la principal fuente de energía para producir electricidad, el efecto arrastre del primero sobre la segunda es evidente. Esto, unido a que el petróleo está por las nubes, está colocando la inflación en niveles desconocidos desde 2008 y está poniendo en peligro la recuperación económica.