1995: Tropas rusas toman la capital de Chechenia
La guerra iniciada por Putin en Ucrania tiene como antecedente conflictos como el checheno
Un hombre ondea una bandera separatista chechena en Grozni (Foto: Google)
1995: Tropas rusas toman la capital de Chechenia
La guerra iniciada por Putin en Ucrania tiene como antecedente conflictos como el checheno
Un hombre ondea una bandera separatista chechena en Grozni (Foto: Google)
Rusia ha iniciado esta semana la invasión de Ucrania y con ello una guerra que va a traer graves consecuencias. Esta no es, sin embargo, la primera vez que Rusia realiza acciones militares en países que formaban parte de la Unión Soviética, los georgianos, por ejemplo, lo saben muy bien, o incluso contra repúblicas que forman parta de la Federación Rusa. Una de estas repúblicas es Chechenia.
Entre diciembre de 1994 y agosto de 1996 se desarrolló lo que se conoce como la Primera Guerra de Chechenia. En marzo de 1995, las tropas rusas se hicieron con el control de la capital chechena, Grozni, pero finalmente no fueron capaces de doblegar a los separatistas chechenos y terminaron sufriendo una nueva humillación como la que vivieron en Afganistán.
Tras el fin del conflicto, Chechenia volverá a ser independiente de facto aunque de iure seguía siendo parte de Rusia. Este status se mantuvo hasta que en 1999 estalló la Segunda Guerra Chechena, en la cual Rusia se acabará imponiendo y en la que Chechenia volverá definitivamente a ser parte de Rusia, situación que dura hasta nuestros días.
Antes de comenzar a explicar la historia de este enfrentamiento es necesario hacer una serie de aclaraciones que ayuden a entender mejor la complejidad de Rusia. Lejos de ser un Estado étnicamente homogéneo, Rusia es un Estado plurinacional, algo reconocido en la propia Constitución.
En la actualidad, la Federación Rusa está compuesta por 85 sujetos federales, cuyo grado de autonomía varía según el sujeto: las repúblicas (que se consideran el hogar de una etnia minoritaria) tienen autonomía prácticamente en todo, mientras los oblasts tienen un menor número de competencias, luego están los krais, los distritos autónomos y tres ciudades federales.
Precisamente Chechenia es una de estas repúblicas autónomas dentro de la Federación Rusa. Está situada en el Cáucaso norte y tiene frontera con el krai de Stávropol al noroeste, la República Autónoma de Daguestán al este, las repúblicas autónomas de Ingushetia y Osetia del Norte al oeste, y Georgia, al sur. Posee una superficie de 15.647 km2. Su capital es Grozni, situada aproximadamente en el centro de la república. Chechenia es una zona rica en petróleo. En cuanto a la religión, la mayoría de los chechenos son musulmanes suníes.
Las guerras del Siglo XX entre Rusia y Chechenia no han sido las primeras entre ambos países. Durante toda la historia se han producido enfrentamientos dado que por su posición estratégica en el Cáucaso se encontraba entre tres imperios antagónicos: el ruso, el otomano y el persa.
Guerra santa
En la década de los años 80 del Siglo XVIII, el jeque Mansur, un imán checheno, llama a la guerra santa contra los rusos, pero en 1791 es derrotado y capturado. Los rusos se olvidaron del Cáucaso y de los chechenos durante el principio del S. XIX, bastante tenían con expulsar a las tropas napoleónicas. Cuando el Ejército francés fue derrotado, el zar Alejandro I se embarca en la conquista del Cáucaso y logra dominar a los chechenos y a otros pueblos.
En 1834, surge el movimiento muridista, dirigido por el imán Shamil, que llama una vez más a la guerra santa contra Rusia. Sus tropas llegan a derrotar a los rusos en varias batallas, pero finalmente es vencido en 1859 y en 1862 Chechenia y otras regiones circundantes finalmente se incorporan al Imperio Ruso. La historia de la resistencia caucásica en el siglo XIX se va a convertir en uno de los mitos patrióticos que el nacionalismo checheno posterior acabará reivindicando.
En el Siglo XX, los chechenos muestran su simpatía primero hacia los bolcheviques, primero hacia la Revolución de Febrero de 1917 como la Revolución de Octubre de ese mismo año, ya que veían la ruptura con el antiguo régimen zarista como una oportunidad para recuperar sus tradiciones y su libertad.
En la guerra civil (1918-1921) Chechenia va a ser un campo de batalla a tres bandas entre rojos, blancos y fuerzas regionalistas/separatistas chechenas. Finalmente, los rojos se van a acabar imponiendo. Buena parte de los chechenos acabarán aceptando al nuevo poder bolchevique, que prometió una amplia autonomía a la región.
En 1921 se va a crear la República Autónoma Socialista Soviética de la Montaña dentro de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFS de Rusia). En 1924 esta república se va a disolver y surge el Oblast Autónomo de Chechenia. En 1934 se fusionan los oblasts autónomos de Chechenia e Ingushetia y finalmente en 1936 se crea la República Autónoma Socialista Soviética de Chechenia e Ingushetia (dentro de la RSFSR).
II Guerra Mundial y deportación masiva
Durante la II Guerra Mundial se produjo un hecho fundamental que terminó provocando un profundo odio de los chechenos hacia los rusos. Coincidiendo con el inicio de la guerra y con el intento de invasión de la Unión Soviética por parte del ejército alemán, se producen en Chechenia varios levantamientos antisoviéticos. Esto supondrá que parte de los servicios secretos y algunas tropas soviéticas sean destinadas a aplastar y controlar estas sublevaciones. Aunque la Wehrmacht no llegó a conquistar Chechenia-Ingusetia y por lo tanto sería complicado hablar de colaboración directa como si hubo, bastante contacto con los alemanes.
La colaboración con los nazis por parte de los chechenos fue muy limitada, y algunos chechenos se distinguieron en la guerra en los enfrentamientos contra los alemanes. Un checheno fue uno de los soldados que izaron la bandera roja sobre el Reichstag y hubo entre 41 y 149 chechenos que fueron nombrados Héroes de la Unión Soviética. Sin embargo, los chechenos e ingusetios fueron acusados de colaborar de manera masiva con el invasor alemán, y se les condenó al destierro.
El 23 de febrero de 1944 se llevó a cabo un proceso de deportación de la población de Chechenia-Ingushetia a Asia Central (mayoritariamente a Kazajistán). En esta operación de castigo, la población chechena e ingusetia fue deportada prácticamente en su totalidad. El hecho de que cientos de miles de chechenos tuviesen que abandonar su tierra para dirigirse a Asia Central generó un trauma en la memoria de la población chechena que ha permanecido a lo largo del tiempo. De hecho, muchos de los líderes separatistas de Chechenia en los años 90 son hijos de las personas deportadas por Stalin.
Tras la muerte de Stalin en 1953, Nikita Kruschev, a la sazón secretario general del PCUS, permitió la vuelta de chechenos e ingusetios a su tierra natal a partir de 1957. Se restableció la República Autónoma Socialista Soviética de Chechenia-Ingusetia y los chechenos volvieron a disfrutar de una amplia autonomía. La situación permaneció estable, pero todo cambió en los años 90.
El final de la URSS
En 1985, Mijaíl Gorbachov es elegido secretario general del PCUS. Inicia una serie de reformas (perestroika y glasnost) que facilitan que la ciudadanía de la entonces todavía Unión Soviética pasa a disfrutar de más libertades políticas, y entre otras cosas, aparecen algunos movimientos nacionalistas, entre otros el checheno. El nacionalismo checheno se basaba en destacar el idioma checheno y la religión musulmana. Pero sobre todo se basaba en revitalizar los mitos nacionales: la resistencia caucásica en los siglos XVIII-XIX, y en especial la deportación de 1944.
En 1990 se funda el Congreso Nacional del Pueblo Checheno (CNPCh), un partido político nacional-separatista checheno liderado por Zelimjan Yandarbiev. Éste invitó a Dzhojar Dudaev a unirse a su movimiento. Dzhojar Dudaev era un general soviético de aviación, el único general de aviación de origen checheno en ese momento y una figura muy respetada. Dado que enseguida se mostró como un político muy carismático, y que tenía la autoridad de ser un militar de alto rango, acabó en el primer plano de la política chechena.
Por otra parte, paralelamente a la formación de este movimiento separatista, los distintos caudillos chechenos irían conformando sus propias milicias armadas.
En ese momento, Boris Yeltsin llega al poder en la RSFS de Rusia. A pesar de que Rusia era la república más grande de la URSS y el centro del Gobierno Federal, Yeltsin se enfrenta desde el primer momento con el poder central, representado por Gorbachov. En este pulso, el dirigente ruso ve como aliados a los distintos movimientos nacionalistas e incluso separatistas de las distintas repúblicas de la URSS. Hasta llegó a hacer guiños a las repúblicas y regiones de la propia RSFS de Rusia que controlaba él con frases como “tomad tanta soberanía con cuanta podáis tragar”, pronunciada en agosto de 1990 en un discurso en Kazán, capital de la República de Tartaristán.
Proclamación de independencia
En junio de 1991, en el segundo congreso del CNPCh, Dudaev proclamó la independencia de Chechenia. No obstante, esta declaración de independencia era poco más que una declaración de intenciones, pues quien seguía gobernando Chechenia eran las autoridades soviéticas.
En agosto de 1991, la vieja guardia del PCUS. decide dar un golpe de Estado en la URSS con el apoyo de una parte del ejército y de los servicios secretos. Las autoridades soviéticas de Chechenia se posicionan del lado de los golpistas. El golpe de Estado acaba fracasando debido a que Yeltsin, con apoyo de la población y de otra parte del ejército, se opone al mismo. Sin embargo, Yeltsin prácticamente estaba dando su propio golpe de Estado.
El líder ruso se acabó imponiendo, no solo frente a los golpistas, sino también frente a Gorbachov. Tras oponer el poder de la RSFS de Rusia, la más grande de la URSS, al Gobierno central soviético, éste va a dejar de tener autoridad, y en este momento comienza el proceso de desintegración de la URSS.
En septiembre, Dzhojar Dudaev aprovechó el fracaso del golpe para también dar el suyo propio y tomar el poder en Chechenia. Se declara el desmantelamiento de las estructuras republicanas y el edificio del Soviet Supremo y las estaciones de televisión y radio son asaltadas por los golpistas. Más de 40 diputados fueron brutalmente golpeados y al entonces aún presidente de Chechenia, Vitaly Kutsenko, lo asesinaron arrojándolo por una ventana.
A finales de octubre se celebran unas elecciones en Chechenia bastante cuestionadas, en las que saldrá elegido Dzhojar Dudaev y que fueron consideradas ilegales por las autoridades de la RSFS de Rusia. Dudaev se va a convertir en la máxima autoridad en Chechenia, aunque tiene que contar con los caudillos de las distintas milicias separatistas.
La aspirante a república soberana necesitaba armamento y dinero para lograr reafirmar y conservar su independencia y consiguió ambas cosas utilizando la violencia.
Estado de excepción
En noviembre, Yeltsin decreta el Estado de excepción en Chechenia. Las milicias chechenas rodean los cuarteles del MVD (tropas del Ministerio del Interior) y del KGB, y bloquean todas las comunicaciones a estos cuarteles. Esta respuesta lleva a Yeltsin a suspender el estado de excepción y, además, a retirar todas las tropas rusas en Chechenia. Mientras se produce esta retirada, las milicias chechenas saquean los cuarteles y se arman con todo el material militar que encuentran.
El 25 de diciembre de 1991 se disuelve la Unión Soviética, y las 15 repúblicas que la formaban pasan a ser Estados independientes. Esto no iba con Chechenia-Ingushetia, que en realidad era una república autónoma dentro de una de las 15 repúblicas, en concreto la RSFS de Rusia. Habida cuenta de que Rusia pasará a ser independiente con las fronteras que tenía la RSFS de Rusia dentro de la Unión Soviética (al igual que el resto de repúblicas), Chechenia-Ingushetia seguía formando parte de Rusia. Además, nadie ni en Rusia ni a nivel internacional cuestionaba la integridad territorial de Rusia, ni el hecho de que Chechenia formase parte de Federación Rusa.
También cabe recordar que en ese momento lo que existía era la República Autónoma de Chechenia-Ingushetia, y los ingusetios, otro pueblo distinto a los chechenos (aunque compartían religión), vivían junto a los chechenos en una misma república autónoma. La toma del poder por parte de los separatistas en Grozni hizo que los ingusetios decidieran desvincularse del proceso independentista y separarse de la entonces aún República de Chechenia-Ingushetia, y crear su propia República de Ingushetia integrada en Rusia. En enero de 1993 se establece la República de Ingushetia dentro de la Federación Rusa.
Chechenia, a pesar de no ser reconocida internacionalmente, va a funcionar como un Estado independiente. A pesar de las pretensiones de Chechenia por convertirse en un nuevo Estado, las milicias eran ante todo fieles a su señor de la guerra. Además, el Gobierno fue incapaz de controlar la situación y la criminalidad creció hasta límites insospechados. En este sentido, si bien es verdad que en toda Rusia florecieron las redes clientelares, las oligarquías y las mafias como consecuencia de las reformas económicas de Yeltsin, Chechenia pasó a comportarse como un Estado pirata.
Auge de la delincuencia
Se calcula que en 1993 fueron asaltados 559 trenes que pasaban por Chechenia y buena parte de la carga que llevaban fue saqueada. Los secuestros para pedir rescates estaban a la orden del día al igual que el robo de parte de los ingresos del petróleo, pues Chechenia es lugar de tránsito de recursos energéticos, y es de vital importancia el oleoducto Bakú-Novorossisk. Todas estas prácticas van a ser llevadas a cabo tanto por el Estado checheno como por los distintos comandantes de las milicias por su cuenta.
También se va a producir una limpieza étnica de aquella población no chechena. Esta limpieza étnica afectará fundamentalmente a la población rusa, pero también afectará a otras etnias minoritarias: judíos, armenios, e incluso daguestaníes e ingusetios, a pesar de que los chechenos compartían religión con ellos. Hay que aclarar que la expulsión de rusos y personas de otras nacionalidades se debía al acoso que sufrían y no a un plan premeditado de expulsión como el que se llevó a cabo contra los propios chechenos en 1944.
La marcha de la población rusa fue un desastre para la economía chechena, dado que la actividad económica chechena consistía en buena parte en la extracción de petróleo, cuya labor era llevada a cabo mayoritariamente por técnicos rusos. Al abandonar los rusos la república, no quedaba gente capaz de hacer funcionar estas instalaciones. En el periodo comprendido entre 1992 y 1994, la producción industrial llegará a caer un 30-35%.
Como consecuencia del estado de criminalidad y caos generalizado que dominaba la república, poco a poco se irá organizando una oposición al régimen de Dudaev. El Parlamento checheno se hará eco de las reivindicaciones de la población descontenta con Dudaev y se opondrá a él. El presidente checheno terminó disolviendo el Parlamento, el Tribunal Constitucional y del Consejo Municipal de Grozni. El 4 de junio, las milicias leales a Dudaev disolvieron los mítines de la oposición a tiros y tomaron los edificios del Parlamento y del Tribunal Constitucional. De esta manera, Dudaev daba un golpe de Estado e instauraba su dictadura personal.
La oposición comenzó a tomar posiciones en aquellas regiones donde tenía más apoyo y en el verano de 1993 se produjeron los primeros enfrentamientos armados con las tropas de Dudaev. En 1994 se recrudecieron los choques entre ambos bandos. En verano, la oposición, después de varios fracasos militares en 1993, logró hacerse con el control de bastantes territorios de la república. Esto los animó a intentar tomar Grozni, pero no tuvieron éxito.
En agosto, la Federación Rusa, que aunque mantenía ciertos contactos con la oposición chechena había permanecido al margen del conflicto, decide apostar firmemente por la oposición para derrocar a Dudaev y restablecer el orden en la república. En septiembre-octubre los combates entre la oposición y Dudaev van a tomar una intensidad mucho mayor, debido a que ahora la oposición estaba armada y entrenada por la Federación Rusa. La oposición se hizo con el control de Grozni a mediados de octubre, pero errores militares de los rusos permitieron que los separatistas de Dudaev recobraran el control de la ciudad con facilidad.
Tras dejar haber escapado Grozni en octubre, el Gobierno ruso y la oposición preparan una nueva ofensiva en noviembre. Si bien ya antes Rusia había armado y proporcionado cierto asesoramiento a la oposición, esta vez iban a entrar tropas rusas directamente en combate.
Los porqués de la guerra
A priori, a la hora de explicar el porqué de la intervención rusa en este conflicto, cabría señalar que tanto desde el punto de vista de la legalidad interna de Rusia como desde el punto de vista de la legalidad internacional Chechenia seguía siendo parte de Rusia y que, por tanto, Rusia tenía el mismo derecho que cualquier otro Estado a defender su integridad territorial. No obstante, más allá de esta explicación hay otras razones por las que Chechenia era importante para la Federación Rusa, y que motivaron a Rusia a intervenir.
Esta región es especialmente importante por el petróleo, tanto porque en Chechenia hay abundantes reservas, como por los oleoductos que pasan por Chechenia y transportan petróleo de otros lugares. Esta es una razón importante para que el Gobierno ruso intervenga.
Otra razón era evitar que Rusia se desintegrara como lo había hecho Yugoslavia. Si Chechenia se independizaba sin resistencia alguna por parte de las autoridades rusas, esto suponía un precedente para otras regiones de la Federación Rusa. Después de Chechenia podría venir otra región del Cáucaso, y después Tatarstán, y así sucesivamente. En definitiva, se temía un efecto dominó.
Posiblemente, por encima de todas estas explicaciones está el hecho de que la popularidad de Yeltsin estaba por los suelos. Las reformas económicas que se habían implantado no acababan de funcionar y fueron mal recibidas por la mayoría de la población. Además, en 1993 se produjo un episodio conocido como el Octubre Negro. El Parlamento ruso bloqueaba cualquier intento de reforma económica del gobierno de Yeltsin, y éste en contestación decidió disolverlo en septiembre. Esto hizo que se convocasen protestas que desembocarían en fuertes enfrentamientos entre los defensores del Parlamento y las fuerzas de seguridad. Finalmente, Yeltsin solucionó este problema sacando los tanques a la calle y disparando a la Casa Blanca (sede del parlamento ruso). En diciembre se aprobaría una nueva Constitución que otorgaba más poderes al Ejecutivo y reducía los del Legislativo.
Comienza la guerra
Ante esta situación, Yeltsin vio en Chechenia una tabla de salvación. Buscaba una victoria rápida que le permitiese recuperar la popularidad que había perdido. La guerra fue en buena parte una guerra política, puesto que el restablecimiento del orden en Chechenia era visto como un medio para que Yeltsin se mantuviese en el poder, y no como un fin en sí.
En diciembre de 1994, Yeltsin firma la orden 2.169 “Sobre las medidas de imposición de la ley, orden y seguridad en el territorio de la República de Chechenia”. La guerra había comenzado.
La estrategia rusa era tomar la capital del país, Grozni, ya que pensaban que, una vez consolidadas las posiciones ahí, resultaría bastante fácil tomar el resto de Chechenia, empezando por las zonas llanas y acabando por las montañosas. Una vez tomada la mayor parte de Chechenia, a Dudaev no le quedaría otra que esconderse, y entonces su autoridad se vería mermada y las operaciones militares habrían acabado.
Sin embargo, la ofensiva de enero de 1995 fue un desastre y las tropas rusas fueron repelidas.
El mando ruso cambió de estrategia y, gracias a la acción combinada de paracaidistas y, sobre todo, de la aviación, en marzo se hicieron con la ciudad, aunque no pudieron capturar a los líderes separatistas. Las tropas rusas habían sufrido importantes pérdidas, la ciudad estaba en ruinas y numerosos civiles resultaron muertos a costa de los enfrentamientos.
Una vez controlada Grozni, el siguiente objetivo pasaron a ser las zonas llanas de Chechenia, donde se encuentran otras ciudades importantes. Estas zonas, en general, fueron tomadas con facilidad. Muchas veces, las tropas rusas llevaran a cabo conversaciones con los habitantes de los poblados para que los combatientes sean evacuados, aunque los combatientes se limitarán a abandonar los poblados sin dejar las armas. El avance de las tropas rusas hizo que el enfrentamiento cambiara hacia una guerra de guerrillas para la que las tropas rusas no estaban preparadas.
Muchos combatientes, aún sin dejar las armas del todo, decidirán volver a sus hogares. Aunque la guerra distaba bastante de ser el paseo militar que Yeltsin esperaba, se había tomado el control de buena parte de Chechenia y parecía que Rusia estaba ganando la guerra. Hasta que ocurrió un hecho que dio la vuelta al conflicto.
Ataque terrorista
El 14 de junio, Shamil Basayev, un separatista checheno marcado por un profundo fundamentalismo religioso, protagonizará el primer acto terrorista en esta guerra: la toma de rehenes en el hospital de Budyonovsk (Krai de Stavropol). Acompañado por 200 combatientes, viajó en varios camiones hasta la ciudad de Budyonovsk, en el krai de Stavropol. Allí, tras matar a toda persona que se les pusiera a tiro, los atacantes secuestraron a varios funcionarios de Ministerio de Interior y los llevan al hospital de la ciudad, donde se atrincheran con centenares de rehenes.
Basayev exigirá una rueda de prensa, que le será concedida, en la que pedirá la retirada de las tropas rusas de Chechenia a cambio de la liberación de los rehenes. Argumentando que la rueda de prensa había llegado bastante más tarde de lo exigido, los combatientes fusilaron a seis personas.
El 17 de junio se decide asaltar el hospital. Aunque serán liberadas algunas secciones, el asalto no tendrá demasiado éxito y el Gobierno decide negociar con los terroristas. El 19 de junio, el primer ministro Viktor Chernomyrdin conversará con Basayev a través del teléfono. Esta conversación será transmitida en directo por la televisión rusa y todo el país será testigo de ella. Finalmente, la mayoría de los rehenes son liberados y se deja a Basayev que escape.
Como consecuencia de la toma de rehenes y del posterior asalto al hospital murieron 129 personas y 415 resultaron heridas. La sociedad rusa se vio bastante afectada por el acto terrorista, y a partir de entonces la guerra pasará a ser aún más impopular. El éxito de Basayev dio ánimos a los separatistas, que hasta entonces veían la guerra perdida y, además, los rebeldes se llevaron la impresión de que el terrorismo era una forma eficaz de combatir al Estado ruso.
Tras el acto terrorista de Budyonovsk, se acuerda una tregua entre las tropas rusas y chechenas. En esta tregua, los rebeldes aprovecharán para reorganizarse, mientras que el desmoralizado ejército ruso se dedicó a tomar vacaciones.
Tras la toma de Grozni y el establecimiento del control en las zonas llanas de Chechenia, se había instalado una administración chechena leal a Rusia en la república. En diciembre de 1995 se llevarán a cabo unas elecciones que los rebeldes tratan de boicotear lanzando varias ofensivas en distintos puntos. La tregua quedaba rota.
En enero de 1996 se va a producir otro acto terrorista, esta vez en la ciudad de Kyslar (Daguestán). Un comandante checheno intentará junto con sus combatientes atacar la base de helicópteros de la ciudad, pero fracasa y se atrinchera en un hospital con 3.000 rehenes. Pero esta vez las tropas rusas no asaltarán el hospital, pues se temía que esto desembocase en un aumento del sentimiento antirruso en Daguestán, y además se recordaba que en Budyonovsk no tuvo demasiado éxito el asalto.
Se acabará llegando a un acuerdo con los terroristas, a los cuales se les proporcionarán unos autobuses, y estos partirían en estos junto con algunos rehenes a Chechenia, donde los rehenes serían liberados. Pero al llegar a un pueblo hubo un enfrentamiento con la policía que terminó en duros combates con gran número de bajas.
Debido a que desde el acto terrorista en Budyonovsk en junio de 1995 a las tropas rusas no les había ido nada bien en el conflicto, se busca alguna acción que suponga un golpe a los rebeldes. El Estado ruso decide tomarse el plan de eliminar a Dudaev más en serio. Gracias a que Dudaev hablaba por un teléfono vía satélite los rusos consiguieron captar su señal y averiguar su paradero. Dos aviones rusos le lanzaron sendos misiles que acabaron con su vida el 26 de abril de 1996. Era una gran victoria para el ejército ruso, ya que con la muerte de Dudaev descabezaban a los separatistas chechenos.
La situación estaba completamente estancada y la guerra era tremendamente impopular. Se acercaban las elecciones presidenciales, cuyo ganador se acabará decidiendo en dos vueltas: la primera se programará para el 16 de junio y la segunda para el 3 de julio. Yeltsin ya le había visto las orejas al lobo en las elecciones parlamentarias de diciembre de 1995, que habían sido ganadas por el Partido Comunista, totalmente opuesto al líder ruso.
Yeltsin sabía que había que hacer algo con Chechenia: o se solucionaba el conflicto a través de la vía militar o se alcanzaba algún tipo de acuerdo con los rebeldes, pero la situación no podía seguir así. Como la victoria militar era algo difícil de alcanzar, Yeltsin buscará un acuerdo de paz con los rebeldes. A finales de mayo Yeltsin se reúne con Zelimjan Yandarbaiev (presidente de Chechenia en funciones tras la muerte de Dudaev) y ambas partes alcanzan un alto el fuego temporal. Yeltsin termina ganando las elecciones y, una vez revalidado su mandato, ya no era necesario respetar los acuerdos alcanzados con los rebeldes y el 9 de julio se reanudarán los combates.
Pero para entonces la tropas rusas estaban desmoralizadas y cansadas de la guerra. Esto fue aprovechado por los chechenos, que lanzaron una ofensiva contra Grozni. En un principio logran recuperar buena parte de la ciudad, aunque una ofensiva rusa consiguió hacer retroceder a los insurgentes. Sin embargo, el Gobierno ruso, en lugar de ordenar una ofensiva final, decidió negociar con los secesionistas.
Tras unos días de negociaciones, en la ciudad de Khasav-Yurt (Daguestán), el secretario del Consejo de Seguridad
ruso, Alexander Lebed, y el líder checheno, Aslan Masjadov firmarán el que será el acuerdo definitivo de paz el 31 de agosto de 1996. Los Acuerdos de Khasav-Yurt implicaban el fin de las operaciones militares, la retirada de tropas rusas de Chechenia y que las discusiones acerca del estatus de Chechenia se aplazarían hasta 2001. La guerra había terminado. Aunque no reconocida internacionalmente, Chechenia volvía a ser de facto independiente.
Pero el problema checheno estaba lejos de estar resuelto. Los acuerdos de paz firmados no contemplaban la cuestión del estatus internacional de Chechenia, sino que simplemente habían aplazado su discusión durante cinco años. Y antes de que pasen esos cinco años, en 1999, volverá a estallar otra guerra, tan dura o probablemente más que la anterior, pero en la que en esta ocasión Rusia terminó victoriosa. Chechenia es hoy una república dentro de Rusia.