Irán ya fue expulsado de la red Swift en 2012: ¿cuáles fueron sus consecuencias?
El impacto en Rusia no será igual de negativo, pero su banco central ya ha tenido que tomar decisiones duras ante las sanciones
Irán fue expulsado del sistema Swift en 2012 (Foto: Google)
Irán ya fue expulsado de la red Swift en 2012: ¿cuáles fueron sus consecuencias?
El impacto en Rusia no será igual de negativo, pero su banco central ya ha tenido que tomar decisiones duras ante las sanciones
Irán fue expulsado del sistema Swift en 2012 (Foto: Google)
La Comisión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón y otros países han decidido expulsar a parte de la banca rusa de la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (Swift), una infraestructura de mensajería que conecta alrededor de 11.000 entidades de todo tipo en todo el mundo para ordenar transacciones estandarizadas y seguras de todo tipo: compras, ventas, pagos… El “botón nuclear económico” ha sido pulsado.
A través de este sistema se mueven pagos internacionales por valor de 100.000 millones de dólares, lo que la coinvierte en la principal infraestructura financiera global para hacer transacciones. El sistema, que se declara neutral, tiene su sede en Bélgica y se rige por las leyes belgas las cuales, por su parte, se basan en la normativa comunitaria.
Se ha hablado de que la expulsión de Rusia del sistema Swift va a traer graves consecuencias al país. Ya hay antecedentes del uso de esta sanción a un país. En 2012, ante la falta de acuerdo entre Irán y el conocido como 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) sobre el programa nuclear iraní llevó a la comunidad internacional a tomar esta decisión con Irán.
Graves consecuencias para Irán
Irán estuvo cuatro años fuera del sistema de pagos internacional. Tras la desconexión de los bancos iraníes de Swift, el país perdió casi la mitad de sus ingresos por exportación de petróleo además del 30% de su comercio exterior. Y eso a pesar de que el país se las ingenió para seguir vendiendo petróleo a China a pesar de las sanciones internacionales que impedían el comercio internacional iraní.
Sólo en 2012 las exportaciones de Irán cayeron un 28% y su PIB un 7,5%. El balance por cuenta corriente, es decir, la generación de divisa extranjera mediante exportaciones o entrada mediante remesas o rendimientos del capital en el exterior de Irán pasó de ser 60.000 millones de dólares a 21.000 millones.
Todo el mundo coincide en que la medida adoptada por la comunidad internacional contra Rusia va a dañar la economía del país. En agosto de 2014, cuando Rusia ocupó Crimea, Reino Unido pidió a los líderes de la UE que consideraran la opción de la expulsión rusa del Swift. Alexei Kudrin, entonces ministro de Finanzas de Rusia, pronosticó que tal medida podría conducir a una caída del 5% en el PIB ruso.
No obstante, la situación de la economía rusa en 2022 no es como la de Irán en 2012. Irán fue sancionado en un momento en el que ya llevaba varios años castigado por su programa nuclear. Era un país asfixiado, hundido en el caos económico y muy endeudado, a pesar de que la venta de petróleo a China supuso -y supone- un balón de oxígeno para su economía. Rusia, sin embargo, tiene un envidiable 20% de deuda pública y, además, nunca ha llegado a sufrir de manera contundente las sanciones que le fueron impuestas tras su intervención en Crimea en 2014.
Sanciones sin grandes consecuencias
Es cierto que Rusia sufrió por las sanciones, pero en realidad tuvo como consecuencia la caída del precio del petróleo. Y en cuanto ha vuelto su precio, la economía del país se ha recuperado.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el pasado sábado las nuevas sanciones contra Rusia, entre las que se encuentra la expulsión del sistema Swift de un buen número de bancos rusos. Además, y al objeto de evitar que el Banco Central Ruso pueda compensar con sus reservas internacionales el efecto de las sanciones, se van a congelar sus activos. Von der Leyen aseguró que “vamos a paralizar sus activos y congelar sus operaciones».
El Banco Central de Rusia dispone de unos 640.000 millones de dólares en reservas internacionales, y aproximadamente medio billón no está en oro. Unos 400.000 millones están en países del G7, que tampoco van a comprar su oro. «Nos comprometemos a imponer medidas restrictivas que evitarán que el Banco Central de Rusia despliegue sus reservas internacionales de manera que socaven el impacto de nuestras sanciones«, asevera el comunicado conjunto emitido por la Comisión Europea el sábado.
El rublo se hunde
Esto, no solo deja a Putin sin acceso al colchón de efectivo que serviría para resistir los castigos occidentales, sino que va a hacer mucho más difícil financiar las operaciones militares para invadir Ucrania. En cualquier caso, y a la espera del efecto que puedan tener estas sanciones, lo cierto es que Rusia ya está teniendo problemas. El rublo pierde un 28,34% frente al dólar, cuya tasa de cambio se situó en 107,48 rublos por dólar. La moneda rusa cae a su vez un 27,02%, hasta 119,8 rublos por euro. En el caso del dólar, se trata de una caída récord desde al menos 1993 y en el del euro es el máximo desplome desde al menos 1994.
Asimismo, varias filiales europeas del SberbankRusia, entidad financiera de propiedad mayoritaria del Gobierno ruso, están quebrando o pueden quebrar, según ha advertido el Banco Central Europeo, debido a una rápida salida de depósitos en los últimos días, lo que llevaría a que no pueda hacer frente a sus pasivos.
Finalmente, y en aras de proteger los activos de la nación de las amplias sanciones occidentales, el Banco de Rusia ha duplicado su tipo de interés de intervención al 20% desde el 9,5% anterior. Además, ha introducido el cambio obligatorio a rublos por parte de los exportadores que ingresen en otras monedas y ha prohibido a los intermediarios la venta de valores por parte de los extranjeros. Es la mayor subida de los tipos de interés desde 2003.