Carta de una sobreviviente en la guerra de los Balcanes a los ciudadanos de Ucrania
"Sin agua, comida, luz, calefacción y sin ninguna comunicación con el mundo ahí fuera: llevaba puesta esa camiseta y leía el mensaje escrito mientras dos millones de granadas caían sobre nuestros hombros y esquivaba innumerables balas"
(Foto: Save The Children)
Carta de una sobreviviente en la guerra de los Balcanes a los ciudadanos de Ucrania
"Sin agua, comida, luz, calefacción y sin ninguna comunicación con el mundo ahí fuera: llevaba puesta esa camiseta y leía el mensaje escrito mientras dos millones de granadas caían sobre nuestros hombros y esquivaba innumerables balas"
(Foto: Save The Children)
Si tuviéramos que elegir algo común a todas las guerras sería, sin duda, el impacto en su dimensión humana. Es difícil obviar los lugares donde el sufrimiento, la crueldad y el dolor se enquistaron. Es inevitable porque, en definitiva, el aire pesa. Repentinamente la vida te muestra lo más amargo de nuestra condición humana.
Otro rasgo común los conflictos son sus supervivientes. Por ello, el testimonio de Aida Čerkez, periodista que sobrevivió al sitio de Sarajevo, resulta tan necesario en los tiempos que corren.
Esta es la carta escrita por ella a los ucranianos:
Queridos amigos,
Organizaciones humanitarias en Sarajevo están recogiendo ayuda para vosotros, mientras, sentada en mi apartamento, trato de recordar qué es aquello que más falta os hace.
No son estos cálidos calcetines o mi chaqueta, ni tan siquiera mis botas lo que más necesitaréis, sino una camiseta que tiene 30 años y en la que aparece escrita una frase que me sostuvo durante los 1425 días en los que el ejército serbobosnio lanzaba proyectiles y sitiaba mi ciudad.
Sin agua, comida, luz, calefacción y sin ninguna comunicación con el mundo ahí fuera: llevaba puesta esa camiseta y leía el mensaje escrito mientras dos millones de granadas caían sobre nuestros hombros y esquivaba innumerables balas. En la camiseta aparecía escrito: “Sarajevo prevalecerá, todo lo demás pasará”.
Malos tiempos están por venir, amigos míos, pero ya os están enviando armas para que podáis defenderos. Nosotros también nos defendimos, pero nos impusieron un embargo que no nos permitió protegernos. No entendieron la razón por la que se luchaba en Sarajevo. Gracias a Dios, al menos, ahora sí parecen entenderlo en Kiev.
Pasaréis hambre, sed, frío y estaréis sucios. Perderéis vuestros hogares, amigos y familiares, pero lo que más os dolerá serán las mentiras. Las mentiras que os hacen responsables de todo aquello por lo que estáis pasando. Mentiras cuando dicen que infringís el mismo dolor que padecéis. Todas ellas crearán agujeros en vuestros corazones, pero no lograrán detener sus latidos ni congelarlos.
He visto que os han destrozado la torre de televisión. Os quieren mantener en la oscuridad, así como nosotros estuvimos inmersos en ella. Quieren apagar la luz, para que no podamos ver lo que os están haciendo. ¡Escribidlo y grabadlo todo! Algún día eso definirá vuestra historia y los ucranianos que aún no han nacido sabrán lo que pasó. Seguramente, se utilizará como material de prueba en los tribunales contra aquellos que están intentando masacrar a vuestro pueblo.
Frente a estos tiempos lúgubres que se avecinan, en ocasiones perderéis la esperanza continuamente, pero os escribo desde el futuro y os digo: prevaleceréis, así como lo hicimos nosotros.
Debería estar muerta, pero sobreviví: mañana pasaré el día con mis nietos. Y un día también lo haréis vosotros, porque observo la misma resistencia que vi aquí.
Oigo cómo cantáis vuestro himno mientras detenéis tanques con vuestras manos. Cuando todo pase cantaréis nuevas canciones sobre vuestra valentía y acuñaréis aquellas palabras que os mantendrán con vida. Por ahora, os envío lo más preciado que tengo, mi frase adaptada para vosotros: “Ucrania prevalecerá, todo lo demás pasará”
Slava Ukraini!