Oscars 2022: nominaciones a mejor película
Aunque 'El poder del perro' es la favorita, hay dos o tres trabajos más que podrían dar la campanada esta noche
(Foto: E&J)
Oscars 2022: nominaciones a mejor película
Aunque 'El poder del perro' es la favorita, hay dos o tres trabajos más que podrían dar la campanada esta noche
(Foto: E&J)
It is showtime! Por fin ha llegado la madre de todas las noches de los amantes del cine. El teatro Dolby de Los Ángeles acoge la 94ª ceremonia de los Oscars de la Academia de Hollywood. En España, Movistar Plus+ emitirá en directo y en exclusiva la gala.
Hoy se va a saber cuál de los diez largometrajes nominados a Mejor Película se va a llevar el premio más codiciado del cine. Estos son los trabajos que, según los miembros de la Academia, han destacado en 2021.
El método Williams, dirigida por Reinado Marcus Green
Esta película es un biopic que se centra en Richard Williams, padre de las tenistas Venus y Serena Williams. Posiblemente lo más destacado de este film es la actuación de Will Smith, que ha sido nominado como mejor actor protagonista por meterse en la piel del duro y a veces antipático padre de las tenistas. Es un estimable drama deportivo que acierta al ir dando más presencia a otros personajes según pasan los minutos en lugar de convertirlo todo en un show al servicio de la gran estrella de su reparto.
CODA: Los sonidos del silencio, dirigida por Sian Heder
Atención a esta película. Puede ser la gran tapada de la ceremonia de esta noche. Aunque hay quien piensa que parefe un gran telefilme para echarse la siesta después de comer un sábado o un domingo, hay muchos críticos que la consideran como una de las grandes favoritas en la carrera al Oscar. Esta feel good movie es un remake de la película francesa La familia Bélier. Cuenta la historia de Ruby, la única persona que puede oír en su familia (CODA es el acrónimo en inglés de Child of Deaf Adults, es decir, hija de adultos sordos). Cuando el negocio de pesca de la familiar se ve amenazado, Ruby se encuentra dividida entre su amor por la música y su miedo a abandonar a sus padres.
Drive My Car, dirigida por Ryûsuke Hamaguchi
Esta película japonesa es la adaptación de un relato de Haruki Murakami que explora las dificultades para enfrentarnos a hechos trágicos que han marcado nuestra existencia. Es una historia sobre cómo superar el duelo y conectar con otros seres humanos. Aunque requiere de cierta paciencia, acaba revelándose mucho más esperanzadora de lo que parece a simple vista. No se cuenta entre las favoritas a llevarse el Oscar esta noche, al menos en esta categoría. Hacemos esta apreciación porque entre los cuatro premios a los que opta está el de Mejor Película de Habla no Inglesa, categoría en la que tiene muchas posibilidades.
West Side Story, dirigida por Steven Spielberg
West Side Story tiene un par de problemas: es un remake de una película magnífica dirigida por Robet Wise en 1961 y ha ido mal en taquilla. Sobre estos problemas cabe señalar que lo de la taquilla puede ser secundario, ha habido otras películas que han logrado el favor de la Academia sin haber arrasado en número de espectadores. El hecho de que sea un remake es irrelevante porque Spielberg ha realizado una película maravillosa, llena de color y magia que, sin traicionar la esencia de la original, incluye los toques que han hecho de este director un referente en la historia del cine. ¿Ganará el Oscar? A pesar de ser una gran película, este año la competencia es muy dura. Está nominada a siete Oscars, entre ellos a mejor director, pero la Academia a veces es… como es. El propio Spielberg lo sabe. En 1985, El color púrpura tenía 11 nominaciones. No se llevó ningún premio.
Dune, dirigida por Denis Villeneuve
Otro remake de una película mítica, en este caso la dirigida por David Lynch. El resultado es regular. Su director, Denis Villeneuve, intenta hacer un espectáculo épico con una buena factura técnica, pero llega a hacerse pesada. Ese es en parte su principal problema, pues acaba resultando frustrante que no deje de ser una introducción extremadamente larga. Lo menor de esta película, además de su nivel de producción visual y sonoro exquisito, es que deja abierta la puerta a una segunda entrega, ya anunciada, que puede ser mucho mejor.
El callejón de las almas perdidas, dirigida por Guillermo del Toro
El callejón de las almas perdidas fue llevada a la gran pantalla en 1947 de la mano de Edmund Goulding. Ahora, Guillermo del Toro recupera este mórbido y oscuro cuento moral que se mueve a medio camino entre el drama de alcoholismo, fantasía de monstruos y cine negro. La película, que tiene la factura típica de este peculiar director, se va de metraje, dura 40 minutos más que la original y, aunque cuenta con la siempre efectiva y maravillosa Cate Blanchett, tiene muchos altibajos que hacen que sea un tanto irregular. Esta nueva adaptación de la novela de William Lindsay Gresham hará las delicias de quienes aman el cine negro, pero sería una gran sorpresa que ganara el Oscar.
El poder del perro, dirigida por Jane Campion
Con sus 12 nominaciones, suena como la gran favorita a hacerse con el premio a mejor película, de igual modo que su directora, Jane Campion, parece llamada a llevarse el Oscar a la mejor dirección. La directora hace una relectura del western para explorar un relato en el que la masculinidad tóxica juega un papel esencial. Para ello se opta por dar una gran importancia al trabajo de sus protagonistas. Benedict Cumberbatch (favorito para el premio a Mejor Actor) y Kodi Smit-McPhee (también favorito a Mejor Actor Secundario) son el epicentro de esta historia llena de sutileza y en la que se terminan mezclando de forma magistral varios géneros.
No mires arriba, dirigida por Adam McKay
¿Es suficiente que una película cuente es su reparto con estrellas de la talla de Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep o Cate Blanchett, para garantizar un buen producto? La verdad es que la historia del cine está plagada de películas con reparto de relumbrón que ha sido un fiasco. Hay que decir que No mires arriba no llega a ese extremo. Arrasó a finales de año convirtiéndose en la segunda película de Netflix más vista de todos los tiempos, y no fueron pocos los que acabaron entusiasmados con ella. Sin embargo, aunque está bien, no es para tirar cohetes. Aunque no deja de ser una inteligente parodia de la sociedad de la postverdad, en ocasiones parece una sucesión de sketches.
Belfast, dirigida por Kenneth Branagh
Belfast es una revisión de la infancia del propio director, Kenneth Branagh, a caballo entre el recuerdo, el idealismo y el toque justo de realidad. La película nos permite conocerlo tanto a él como a su familia, así como la vida en una convulsa y peligrosa Belfast en la que sigue habiendo espacio para soñar a pesar del asfixiante clima de violencia propiciado por el IRA y el Ejército británico. Un intento de feel good movie, rodado en blanco y negro, con un trabajo técnico y de puesta en escena muy elaborado. Navega entre lo entrañable y lo dramático sin llegar nunca a tocar el cielo, pero moviéndose con acierto.
Licorice pizza, dirigida por Paul Thomas Anderson
Licorice Pizza cuenta la historia de amor entre un adolescente lleno de ambiciones, Cooper Hoffman (hijo de Philip Seymour Hoffman) y una veinteañera que deberá aprender a abrazar su inmadurez, una Alana Haim que hace un grandísimo trabajo. Paul Thomas Anderson regresa a los años 70 para proponernos un curioso relato romántico que no tiene un gran conflicto, ni un villano que sobresalga, y que posiblemente sea difícil de encuadrar en un género determinado. Sin embargo, el siempre solvente trabajo de su director hace de esta película una experiencia agradable en la que al espectador le puede apetecer perderse. No está entre las favoritas, pero no se la puede perder de vista.