Los pequeños despachos han de encontrar su propio mercado
Los pequeños despachos han de encontrar su propio mercado
El aterrizaje en España, en la pasada década, de las grandes firmas internacionales de abogados y la consolidación de las grandes firmas españolas han provocado para los despachos medianos y sobre todo pequeños la necesidad de cambiar su estrategia de negocio con el fin de encontrar un hueco en un mercado legal, cada vez más saturado. La oferta excede con mucho la demanda de servicios profesionales.
El despacho pequeño, formado por dos miembros y como mucho, dos colaboradores, se encuentra en una posición incómoda, con poco margen de maniobra, presionado en todos sus frentes por los competidores. Por –arriba– , los grandes despachos, nacionales e internacionales, que asumen los asuntos de mayor enjundia y tienen como clientes a las compañías de mayor facturación, garantizando un servicio de asesoramiento –integral– , resultan inalcanzables para el despacho de inferior dimensión. Por –abajo– , surge también la competencia de las asesorías fiscales y laborales, algunas también llamadas consultorías que les –roban– sus clientes naturales, mediante una política de bajo precio y rapidez de servicio. Colateralmente, además, las nuevas tecnologías han facilitado la aparición de asesoramientos on line, de carácter jurídico muy básico o primario, mediante el cual a un bajo coste (30-40 euros) se responden consultas en 48 horas. Dos consecuencias hemos de extraer de lo apuntado: la competencia es terrible y el recorte de las minutas de honorarios es cada vez más necesaria.
A pesar de todo, una infinidad de asuntos profesionales y clientes potenciales se encuentra aún al alcance del pequeño despacho: encontrar la vía de captación de las pequeñas y medianas empresas y de las familias mediante un servicio de calidad a un precio razonable, que otorgue ese plus de satisfacción al cliente que no pueden ofrecer las asesorías convencionales y on line, ha de constituir el camino a seguir.
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