Astenia primaveral: qué es y cómo se combate
El cambio de estación provoca desórdenes en el mecanismo fisiológico que dan sensación de cansancio
(Foto: E&J)
Astenia primaveral: qué es y cómo se combate
El cambio de estación provoca desórdenes en el mecanismo fisiológico que dan sensación de cansancio
(Foto: E&J)
Ahora que empiezan a subir las temperaturas y que los días tienen más horas de luz, es posible que hayas notado un cansancio poco habitual, problemas para conciliar al sueño o, incluso en ocasiones, una sensación de cierto desánimo. Si es así, posiblemente padezcas lo que comúnmente se conoce como astenia primaveral.
Aunque no hay una definición exacta, se puede decir que la astenia primaveral es una sensación pasajera y subjetiva de cansancio, tanto físico como intelectual, que sin tener una causa orgánica definida está correlacionada con el inicio de la primavera, especialmente si el calor se presenta demasiado pronto.
La astenia primaveral no tiene consideración de enfermedad dentro del Catálogo de Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. En realidad, es un estado en sí mismo que no tiene un valor patológico, sino que parece estar relacionado con desórdenes en el mecanismo fisiológico normal de adaptación del cuerpo a las condiciones variables propias del cambio de estación.
Este estado no tiene unos síntomas claramente definidos. Suele englobar desde una sensación inexplicable de tristeza hasta algo tan difuso como “pocas ganas de hacer nada”. Esta sensación puede estar acompañada de signos y síntomas físicos entre los que se encuentran:
- Alteraciones del estado general (cansancio, fatiga especialmente por la mañana, debilidad general).
- Hipotensión, mareos.
- Dolor muscular y articular.
- Cefaleas.
- Dificultad de concentración en todos los ámbitos.
- Irascibilidad, cambios de humor, melancolía inexplicable.
- Problemas digestivos, pérdida del apetito.
- Trastornos del sueño.
Por lo general, estos problemas no se manifiestan en momentos de actividad intensa, sino en el desarrollo de actividades cotidianas, por lo cual no pueden ser atribuibles a situaciones puntuales que requieran un sobreesfuerzo.
Según los expertos, prevenir la astenia primaveral es difícil, ya que nuestro organismo debe adaptarse poco a poco a los cambios estacionales. Pero lo que sí podemos hacer es reducir las molestias y adoptar una serie de hábitos para recuperar la vitalidad cuanto antes. Ofrecemos diez ejemplos.
1.- Dieta rica en vitaminas y minerales
Seguir una alimentación sana y equilibrada, rica en verduras de hoja verde, frutas, legumbres y cereales integrales ayuda al sistema inmunitario.
2.- Dieta rica en energía
Es conveniente incluir en la dieta alimentos que aportan un plus de energía, como el plátano o los frutos secos. Se pueden tomar como tentempié a media mañana o media tarde, o también añadirlos a las ensaladas, por ejemplo.
3.- Cinco comidas al día
Es preferible comer menos cantidad pero más a menudo. Se pueden hacer tres comidas al día y dos tentempiés. Hay que tener en cuenta que las comidas copiosas disparan los niveles de glucosa y aumentan la somnolencia. Asimismo, hay que evitar dulces, bollería, etc., ya que, aunque aportan energía de forma inmediata, luego provocan un «bajón» y más cansancio y hambre.
4.- Buena hidratación
Mantente bien hidratado bebiendo agua, caldos, infusiones… La deshidratación, entre otras cosas, causa fatiga mental y dificulta la concentración.
5.-Reducir la cafeína
Evita abusar de café o bebidas excitantes para combatir el cansancio o la somnolencia, ya que pueden tener el efecto contrario: aumentar el nerviosismo y dificultar el descanso.
6.- Complementos naturales
Tomar jalea real, ginseng, polen, germen de trigo o levadura de cerveza, sustancias naturales de propiedades revitalizantes, puede ser de gran ayuda. Antes de tomar cualquier suplemento, consulta con un especialista, ya que puede estar contraindicado en caso de sufrir ciertas enfermedades o bien interactuar con otras medicaciones.
7.- Actividad física
Procura hacer ejercicio moderado cada día. Mantenerte activo es el mejor antídoto contra el cansancio y el decaimiento. Favorece que tu organismo libere endorfinas, neurotransmisores que generan bienestar, mejoran el estado de ánimo, nos hacen sentir más optimistas y positivos y reducen el estrés.
8.- Toma el Sol
Aprovecha que los días son más largos para exponerte más tiempo a la luz del sol (recuerda ponerte protección solar). Dar un paseo de 30 minutos cada día o sentarte un rato en un banco del parque contribuye a que tu cuerpo se adapte antes a la transición de los días fríos y oscuros del invierno a la luminosidad de los días primaverales.
9.- Horarios ordenados
Procura seguir unos horarios regulares de comidas, rutinas… El buen tiempo a menudo nos lleva a alterar nuestros ritmos habituales y a llevar un estilo de vida más desordenado.
10.- Duerme lo necesario
Acuéstate un poco antes en esta época y procura dormir 7-8 horas. Cena ligero y al menos un par de horas antes de ir a la cama. Asegúrate de que el dormitorio tenga una temperatura adecuada, lo ideal es que esté en torno a los 20º.