Se puede aplicar Estrategia en un Despacho de Abogados?Antonio Almenara, Abogado.Socio Director de Ibáñez & AlmenaraPresidente de la Asociación de Marketing Jurídico
Se puede aplicar Estrategia en un Despacho de Abogados?Antonio Almenara, Abogado.Socio Director de Ibáñez & AlmenaraPresidente de la Asociación de Marketing Jurídico
El debate ha sido intenso, Domingo Sánchez Ruiz, uno de los coordinadores de la Plataforma de Interinos del sector público, en el uso de la palabra. (Imagen: E&J)
Cuando hablamos de Estrategia también hablamos de la planificación de los objetivos. Entendiendo que para poder desarrollar el marketing estratégico en una firma de abogados, hay pues, que partir de una adecuada y profunda reflexión sobre los conceptos y principios de la firma. De esta forma el despacho podrá realizar por sí mismo una planificación estratégica teniendo en cuenta ¿Qué es?, ¿A dónde va?, ¿Qué servicios ofrece? Pero sobre todo ¿Cómo los quiere «vender´´? y, ¿A quién quiere ofrecer sus servicios?. En definitiva, los despachos de abogados deberían seguir una estrategia de marketing orientada a conseguir unos resultados corporativos de rentabilidad y posicionamiento en el mercado.
Lo cierto es que la estrategia que deberán formular dependerá previamente de los objetivos corporativos fijados previamente por la dirección de la empresa.
En esas cuestiones, casi filosóficas, de cuál es la visión de empresa o negocio que se quiere ofrecer al mercado o cuál es la misión de la firma y sus objetivos, amén de otras cuestiones de la misma índole, es donde posteriormente la firma puede llegar a elaborar un Plan Estratégico del despacho.
Si aceptamos que la planificación es la base de todo negocio o empresa, se constata que la gran mayoría de despachos de abogados y a veces de despachos de tamaño importante funcionan sin un proyecto claro y documentado. No existe pues un plan de marketing ni una metodología de tiempos en su cumplimiento.
No nos referimos solo a una planificación económica del despacho sino a una verdadera planificación estratégica de la actividad de la firma. Y ello es así, puesto que el Despacho de abogados, al igual que cualquier otra empresa es también una unidad económica o de negocio y se articula o estructura de tal forma que debe ser rentable.
La planificación estratégica es también conveniente puesto que la firma legal es a su vez una realidad dinámica y evolutiva en función de los factores internos y externos, los cuales les afectan y a su vez ella afecta a terceros.
Es por ello que el despacho de abogados también puede desarrollar una respuesta a la suma de tales realidades y planificar su desarrollo y, por tanto puede anticipar su futuro.
Elegir entre las diferentes opciones, una estrategia de marketing, es un proceso de estudio y análisis profundo que parte de la situación actual de la firma y profundiza en las oportunidades y amenazas. Es lo que se llama genéricamente un análisis DAFO, o de los puntos fuertes y débiles de la firma y de sus oportunidades y amenazas.
Este análisis de factores internos y externos hace que se pueda desarrollar dicha respuesta y su gestión, y así controlar el desarrollo de la misma.
El objetivo de la planificación estratégica es mejorar la organización y la misma gestión del despacho de abogados para obtener una mejora en el servicio a los clientes y para el interior de la firma.
Esquematizar todo proceso de planificación puede representar un análisis profundo del entorno, de los objetivos y de las mismas herramientas y recursos que como despacho tenemos; y su optimización.
Planificar debe ser, una tarea necesaria y del quehacer diario de todas las firmas, desarrollar objetivos y saber como vamos a conseguirlos, harán que el despacho de abogados tenga pues, una organización más dirigida en función de lo que somos, a dónde vamos y cómo recorreremos ese camino.
Día a día, a los abogados, se nos abren nuevas oportunidades, para poder desarrollar un trabajo más empresarial, para poder tratar a nuestros clientes como verdaderos clientes y para poder optimizar nuestros recursos al máximo. Hagámoslo, de una manera planificada y obteniendo los resultados deseados.
La conclusión es que si no sabemos determinar hacia dónde vamos, o dónde queremos ir, tal vez nos puede dar igual cómo se va o cómo incluso se consiguen tales resultados u objetivos.