Consejos para abogados altamente efectivos: la publicidad es necesaria pero aún más el prestigio profesional
"Lo importante con esas acciones publicitarias es atraer a posibles nuevos clientes o recordar a nuestros antiguos o actuales clientes que seguimos ahí, en el mercado legal"
(Foto: E&J)
Consejos para abogados altamente efectivos: la publicidad es necesaria pero aún más el prestigio profesional
"Lo importante con esas acciones publicitarias es atraer a posibles nuevos clientes o recordar a nuestros antiguos o actuales clientes que seguimos ahí, en el mercado legal"
(Foto: E&J)
En el ámbito del marketing jurídico y la comunicación para abogados, la publicidad es necesaria pero aún mucho más el prestigio por los éxitos profesionales y actividades como la docencia, publicaciones, participación en asociaciones y foros, networking, etc.
La Real Academia Española define la palabra publicidad en su tercera acepción como la “divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.”
Así, los anuncios de pago en Google Adwords son una actuación publicitaria que para una firma de abogados supone la divulgación de su marca y servicios para atraer a posibles clientes. Publicidad también es un rótulo visible en un local donde se encuentren las oficinas de un bufete y en el que aparezcan el logotipo del despacho y las especialidades. Igualmente, es publicidad la contratación de un anuncio en un termómetro publicitario en un lugar destacado de nuestra ciudad durante un determinado periodo en el que aparezca la imagen de nuestro bufete que deseamos difundir: el logotipo, la especialidad, el teléfono, el nombre de dominio, una imagen atractiva, nuestros servicios, etc.
Lo importante con esas acciones publicitarias es atraer a posibles nuevos clientes o recordar a nuestros antiguos o actuales clientes que seguimos ahí, en el mercado legal. Mi consejo para la efectividad de la publicidad que hagamos es saber distinguirnos, ser diferentes, difundir bien el mensaje que nos interesa destacar. Hagamos algo diferente también en publicidad.
¿Pero de qué serviría toda esa publicidad si conseguimos el contacto de potenciales clientes que al acudir a nuestro bufete no adquieren la confianza en nosotros? Cuando recibimos a nuevos clientes en el despacho, es una virtud saber escuchar a esas personas necesitadas de nuestros servicios pero también saber transmitirles confianza con nuestra atención y palabras.
Hoy me lo decía un joven abogado hablando por teléfono sobre nuestra profesión y algunas campañas de algunos abogados para promocionarse: “No solo es necesaria una campaña sino que hay que saber transmitir confianza a los destinatarios de nuestros mensajes”
Para lograr esa confianza y conseguir que nuestro potencial cliente tome la decisión de contratar nuestros servicios aceptando nuestro presupuesto, hemos debido lograr antes un prestigio personal y profesional. Esto no quiere decir que un abogado que comienza no pueda tener ya un prestigio entre sus conocidos y posibles mentores que le recomienden, pues cuando los abogados iniciamos nuestra andadura tenemos nuestra red de contactos formada por amigos, familiares, compañeros de universidad, de colegio, etc. Y ante ellos, ya hemos logrado una imagen de seriedad, coherencia, constancia, asertividad, etc.
Si esos contactos saben que estamos ejerciendo como abogados, podrán acordarse de nosotros cuando necesiten ellos o alguien más o menos próximo a ellos un buen abogado. Lógicamente, mientras más años llevemos ejerciendo como abogados, más amplia será esa red.
Si en vez de ejercer por cuenta propia solos o en unión de socios en nuestra propia firma de abogados, trabajamos en una firma de abogados conocida y que tenga sus particulares campañas de marketing y comunicación, su prestigio y nombre facilitarán nuestras acciones ejerciendo también como “relaciones institucionales” de esa firma.
Igual mérito tiene el que hayamos logrado trabajar en un famoso bufete local o nacional que el que hayamos conseguido hacer que nuestro nombre como abogado individual o miembro de un pequeño despacho sea conocido por nuestros éxitos y nuestro prestigio profesional. Llevar casos conocidos que aparezcan o hayan aparecido en los medios, consiguiendo entrevistas en TV, radio y prensa, o publicar artículos sobre determinadas materias de nuestra especialidad o sobre cuestiones profesionales que interesen a nuestros colegas, hará que esas publicaciones en medios jurídicos puedan darnos a conocer y nuestro nombre sonará. Y, cómo no, la publicación de artículos en nuestro blog.
Más aún seremos conocidos si escribimos y publicamos un libro sobre determinados temas jurídicos que dominemos o por qué no, sobre habilidades de la abogacía como honorarios, marketing jurídico, comunicación, oratoria, los clientes, estrategias de defensa, etc.
Si además, difundimos lo expuesto en esos libros o artículos en conferencias, ponencias, desayunos, etc., todavía seremos más abogados de referencia. Además, por supuesto, es muy importante la difusión de nuestras publicaciones en las redes sociales.
Impartir clases en la universidad como profesor asociado o de posgrado o en otros centros docentes, ya sea presencialmente u online, enriquecerá nuestro curriculum y hará crecer nuestro prestigio, además de que nuestros alumnos serán posibles mentores y nos recomendarán en alguna ocasión cuando alguien que confíe en ellos les pregunte por un buen abogado.
Participar en asociaciones profesionales, foros, clubes, desayunos, jornadas, congresos, etc., nos ayudará a darnos a conocer como abogados especializados en una determinada materia y las personas que tengan nuestro contacto podrían llamarnos por teléfono o enviarnos un mensaje o correo electrónico en cualquier momento.
Es muy importante cuidar nuestra base de datos de clientes, ya que clientes de hace años pueden necesitar nuevamente nuestros servicios. El viernes pasado atendí a una cliente que conozco desde mis años de universidad y también por una asociación. Hacía años que no nos veíamos. La primera vez que necesitó mis servicios fue hace más de quince años y en una cuestión trascendental para ella: ganamos el caso y aún así recurrimos en apelación la sentencia y mejoramos el resultado. Aunque yo soy abogado penalista, ejercí la defensa de esta amiga en un proceso de derecho de familia.
En aquella ocasión, además de contactar conmigo por conocerme, fue fundamental la recomendación de una amiga común a la que defendí unos años atrás: “No dudes en elegir a Luis Romero para tu caso pues es un buen abogado que va a luchar por tu defensa”. Ahora, muchos años después, nuevamente ha llamado a mi puerta para que la defienda.
No ha venido a mí por publicidad sino por la confianza que yo le di cuando la defendí y por el resultado obtenido. No ha venido por la publicidad u otras acciones de marketing. Pero aunque podamos tener suficientes clientes por nuestros contactos personales, el marketing y la comunicación en general nos ayudarán a conseguir más clientes que acudan a nuestro bufete. Nunca deberíamos decir que nos sobran los clientes y ya no necesitamos más, pues a mayor demanda, más podremos seleccionar a nuestros clientes y los casos, además de poder fijar los honorarios que entendamos convenientes.
Nota
Este artículo es el vigésimo tercero de la serie Consejos para abogados altamente efectivos, del autor Luis Romero Santos. Pueden visitar su perfil clicando en este enlace para conocer el resto de contenido.