No podemos consentir que los bancos se blinden ante la responsabilidad del phishing
"No perdamos el foco: la víctima es el consumidor"
(Foto: E&J)
No podemos consentir que los bancos se blinden ante la responsabilidad del phishing
"No perdamos el foco: la víctima es el consumidor"
(Foto: E&J)
La digitalización de las finanzas a la que los clientes se ven obligados, tiene su reverso tenebroso en forma de ciberataques: el famoso phishing y todas sus derivadas, empleadas por los estafadores con un grado de sofisticación y perfeccionamiento cada vez mayor. Ante esta realidad, tenemos unas entidades que no pueden mirar a otro lado. La diligencia en la custodia y seguridad de los datos a la que la ley obliga al banco o compañía financiera es superior a la que obliga al usuario. Resulta evidente: el banco es el titular de los sistemas de seguridad y quien tiene capacidad de detectar las brechas de seguridad. Sin embargo, y en la práctica, el consumidor se está viendo muy desprotegido. Hace unas pocas semanas, teníamos conocimiento de que Unicaja trata de llegar a acuerdos, que incluyen una cláusula de renuncia a reclamarles judicialmente, con sus clientes para devolverles el 50% del dinero estafado. ¿Por qué sólo la mitad y no el 100%? Otras entidades, como BBVA o Santander buscan resquicios legales para no colaborar con el consumidor. Es más, ante la preocupación creciente de las entidades por ver en entredicho sus sistemas de seguridad y por las cuantiosas pérdidas derivadas de las estafas a sus clientes, muchas de ellas están suscribiendo seguros que les cubran frente el aluvión de indemnizaciones que deben afrontar.
Pero no perdamos el foco: la víctima es el consumidor, es quien ve evaporarse de sus cuentas determinadas cantidades de dinero sin que, muchas veces, sea consciente o haya hecho nada por causarlo. Ni ha facilitado claves, por ejemplo, en los supuestos de usurpación de identidad, ni ha actuado de forma imprudente. Simplemente, el mal encuentra nuevas formas de atacar de manera impune sin que sea necesaria, muchas veces, la mediación de su víctima. Hacemos un llamamiento a la colaboración de las entidades, a que inviertan en sistemas de seguridad. Por añadidura, hay que recordarles que desde 2019 están obligadas a seguir la política de “conoce a tu cliente”, en función de la cual pueden y deben detectar operaciones que se salen de lo corriente. Por otra parte, recomendamos a los consumidores que no acepten acuerdos que pongan fin al derecho a recuperar todo el dinero sustraído, con sus intereses.
Una reflexión final: un asunto como éste podría tener una respuesta cuando se haga realidad la tan ansiada Autoridad independiente de defensa del cliente bancario, que sigue su tramitación en estos momentos. Con este organismo en marcha, esperamos que acuerdos como los que está planteando Unicaja no se hagan por el 50% sino por el 100%.