Raúl Ochoa se marcha por sorpresa del debate organizado por el ICAM

El debate entre los candidatos a presidir la Junta de Gobierno del ICAM organizado por el propio Colegio comenzaba con una afirmación rotunda de la moderadora, Patricia Rosety, presidenta de la Asociación de Comunicadores e Informadores Jurídicos: “Es el primer y el único debate en el que van a estar los siete candidatos”.

Hasta ese momento, los debates organizados habían contado con la presencia de Ángeles Chinarro, Miguel Durán, Juan Gonzalo Ospina, Beatriz Saura y Begoña Trigo. Ha habido dos de esos debates, uno de ellos el promovido por Economist & Jurist, en el que también participó Eugenio Ribón. Sin embargo, Raúl Ochoa se había negado en todo momento a debatir con el resto de candidaturas.

Dado la novedad que suponía la presencia de Ochoa en el debate de ayer, antes de empezar el primer turno de intervenciones, Rosety pidió a Ochoa que contase “por qué solo viene a este a este debate”, a lo que el candidato respondió con un lacónico “es la casa de la institución”. Poco podían imaginar los organizadores del debate y el resto de candidatos lo que iba a ocurrir segundos después. Casualmente, el primeo en tomar la palabra fue el propio Ochoa, que en vez de comenzar a explicar su programa de gobierno o a pedir el voto, anunció que no iba a participar en el debate.

Inició su intervención, que duró un minuto, afirmando que su actuación siempre se ha guiado “por el respeto y el acatamiento de las reglas del juego y la igualdad de armas”, tras de lo cual pasó a manifestar que sentía “vergüenza por la imagen que una campaña más se ha proyectado ante el colegio”.

Raúl Ochoa. (Foto: ICAM)

A partir de ahí, su intervención fue una retahíla de reproches al modo en que se ha desarrollado el proceso electoral y a la actuación de sus contrincantes. Subrayó que “no se ha respetado, en mi opinión, por otros candidatos las normas electorales, como por ejemplo los plazos de presentación de las candidaturas, impugnaciones sin ningún rigor jurídico, uso indebido de símbolos colegiales, grabaciones sesgadas, gastos electorales con el objeto de calificar a este candidato”.

Teniendo en cuenta lo expuesto, afirmó que “todavía nos preguntamos por qué no acude a votar ni el 10% de los electores de este colegio”. A su juicio, la respuesta es sencilla, aunque la explicación dada por él mismo no terminaba de tener mucho que ver con los argumentos que había expuesto hasta el momento, ya que señaló que “a diferencia de nosotros, el resto de candidatos no ha propuesto ninguna medida concreta para facilitar el voto” por lo que “si se dificulta la participación, para qué sirve este debate”.

Terminó su exposición asegurando que “este debate, como los anteriores, no puede convertirse en un vehículo para dañar la institución” y que comparecía “exclusivamente por respeto a todos los colegiados y colegiadas”. “Por tanto, por coherencia y por el bien de esta casa no voy a participar en este debate”, remató.

Tras los primeros segundos de desconcierto inicial, el resto de candidaturas continuaron con el debate y la marcha de Ochoa quedó inmediatamente en el olvido.