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La firma

El camino a la igualdad, una necesidad para situar a la mujer en el lugar que le corresponde en la sociedad

"Hay que seguir trabajando por la igualdad efectiva"

(Foto: E&J)

Rosalía Espinosa López

Secretaria General de Servicios Judiciales de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía.




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




La firma

El camino a la igualdad, una necesidad para situar a la mujer en el lugar que le corresponde en la sociedad

"Hay que seguir trabajando por la igualdad efectiva"

(Foto: E&J)



Desde el año 1931 en el que se aprobó el voto femenino, gracias a la diputada Clara Campoamor, han pasado 92 años en los que se ha recorrido un largo camino en busca de la igualdad. A pesar de los obstáculos, las contradicciones y los desvíos no se ha dejado de avanzar.



Por ello, en el momento actual, el mundo se ha adentrado en la denominada época de las mujeres gracias al trabajo, esfuerzo y sufrimiento de todas las que han luchado durante los siglos pasados.

Así, han sido necesarios cientos de años para que lleguemos esta época, que comenzó a la vez  en varios países propagándose rápidamente durante los siglos XIX y XX, hasta lograr los cambios necesarios para que la sociedad aceptara lo que ahora nos parece evidente en el siglo XXI, es decir considerarnos acreedoras de igualdad, de los mismos derechos que los hombres y de la misma retribución a igual trabajo y de igual valor.



Clara Campoamor (Foto: Archivo)



Protagonistas de la historia

Un arduo camino que cada generación ha recorrido sumando avances  gracias a  referentes femeninos de todas las épocas, como son Isabel la Católica, la cual ejerció el poder por sí misma; Concepción Arenal, experta en derecho, periodista y pionera del feminismo español; Rosalía de Castro, poetisa que reflejó en sus obras la igualdad, independencia y libertad de las mujeres; Carmen de Burgos Colombine, periodista y defensora del voto femenino; Emilia Pardo Bazán, una novelista defensora de la emancipación de la mujer; y Ascensión Chirivella, primera mujer abogada de España.

Junto a ellas también destacan Clara Campoamor, la diputada que logró el voto femenino; María Moliner, que escribió a mano el mejor diccionario de uso de la lengua española y a la que se le negó un asiento en la Real Academia Española (RAE); Maria Zambrano, filósofa y poetisa defensora de la igualdad de la mujer; Margarita Salas, científica y discípula de Severo Ochoa; Maria Jover Carrión, primera mujer jueza de España en 1972; hasta llegar a Ana Orantes, que puso rostro a la violencia machista y cuyo caso removió la conciencia de toda la sociedad, además permitió que se aprobaran las primeras leyes que recogían delitos de violencia machista en 2003 y 2004.

(Foto: E&J)

Objetivos por los que trabajar

La sociedad española del siglo XXI coincide en la necesidad de continuar reforzando las políticas y la legislación por lo que resulta muy necesaria la esperada puesta en marcha del nuevo Pacto de Estado contra la violencia de género.

Asimismo, urge de manera inmediata una reforma de la Ley de garantía integral de la libertad sexual para evitar la rebaja de penas a los violadores; así como incorporar la evaluación de las repercusiones sobre la igualdad y la violencia de género por su carácter transversal en la legislación de otras materias como, las leyes para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, que si bien resultaban necesarias adolecen de lagunas y déficits técnicos que pueden perjudicar a las mujeres.

Por todo ello, se debe proseguir con el trabajo realizado con respecto a la igualdad efectiva entre mujeres y hombres desde todos los ámbitos, sin olvidar la formación de las mujeres y su derecho al mismo salario ante el mismo puesto, con el objetivo de evitar la brecha salarial existente, una cuestión en la que aún queda mucho por hacer.

 

Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. (Foto: Junta Andalucía)

Consecuentemente, la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía está trabajando en un plan de igualdad para el personal de la Administración de Justicia cuyo fin es detectar las posibles situaciones de desigualdad que puedan producirse en este sector para establecer medidas que permitan su eliminación.

El diagnóstico inicial, que ya se ha realizado, muestra una ligera brecha salarial entre mujeres y hombres. Esta realidad plantea la cuestión de por qué existen diferencias salariales en las mujeres si las retribuciones de la Administración de Justicia se aplican de forma igualitaria.

La respuesta reside en los conceptos retributivos de carácter variable, entre los que se encuentran las guardias y servicios extraordinarios prestados. El análisis ha constatado una mayor participación masculina en la realización de estas horas extra remuneradas, lo que invita a la reflexión sobre la existencia de ciertas barreras que impiden a las mujeres acceder a estas actividades extraordinarias debido a los problemas para la conciliación de la vida personal y familiar.

Las generaciones actuales, tanto mujeres como hombres, deben perseguir los objetivos de acabar con la violencia machista, con las diferencias salariales y, asimismo, apostar por una conciliación justa e igualitaria.

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