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Reportajes

Los trastornos mentales afloran en el trabajo: “Cuidar nuestra salud mental pasa también por terminar con el fraude de las horas extras”

"España es el país que más ansiolíticos e hipnóticos consume del mundo por habitante"

Yolanda Díaz. (Foto: Ministerio de Trabajo)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 6 min

Publicado




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Los trastornos mentales afloran en el trabajo: “Cuidar nuestra salud mental pasa también por terminar con el fraude de las horas extras”

"España es el país que más ansiolíticos e hipnóticos consume del mundo por habitante"

Yolanda Díaz. (Foto: Ministerio de Trabajo)



La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presentaba este viernes el primer estudio sobre salud mental y entorno laboral que aboga por una jornada laboral semanal de 32 a 25 horas para los trabajadores

Los expertos calculan que el 33,2 % de los casos de depresión que la población activa sufrió en 2020 podrían haberse evitado con un empleo estable. Así, de los 511.000 casos de depresión en este grupo de población, 170.000 son atribuibles a la precariedad.



Así lo dice el informe que acaba de hacer público el Ministerio de Trabajo apoyado por un Comité de Expertos, en el que se encuentra el líder de Más País, Iñigo Errejón que en un debate parlamentario visualizó el problema de la salud mental de los trabajadores hace dos años.

En España, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2022, un total de 11,9 millones de personas se encuentran en situación de precariedad laboral, el 50,8 % de la población activa: casi 9 millones de ellos son asalariadas, 1,2 autónomos y 2,6 millones se encuentran en desempleo habiendo trabajado previamente.

Para corregir este problema, el informe propone medidas concretas, como seguir mejorando el salario mínimo (que ha crecido un 47 % desde 2018, hasta 1.080 euros mensuales), reducir la jornada laboral a entre 32 y 35 horas semanales o la reforma del trabajo a tiempo parcial, “con perspectiva de género, cuidados y promoción de salud”.



Para Yolanda Díaz, “este informe dice alto y claro, además, que la salud mental tiene que ver con la desigualdad y nos recuerda que el impacto sobre la salud mental es más del doble entre las personas trabajadoras más precarias y que la peor situación se observa en mujeres, inmigrantes y jóvenes”.

Al mismo tiempo resaltó que “sabemos, asimismo, que la prevalencia de enfermedades mentales es dos veces más alta en las sociedades desiguales comparadas con sus homólogas más igualitarias”.

La ministra también hablo de la necesidad de una revolución empresarial en el que los propios empresarios se impliquen para eliminar la distribución irregular de las jornadas y las políticas públicas que perpetúan la división sexual del trabajo y la desigualdad de género.

Otra cuestión que subrayó es la necesidad de avanzar hacia la racionalización de los usos del tiempo porque es «incomprensible» que se convoquen encuentros a las 20:00 horas. «De eso va también la salud mental», puntualizó.

Salud mental dañada

El informe reúne algunos datos que subrayan el gran problema que suponen la ansiedad y la depresión en España que describe este informe:

“España tiene una elevada prevalencia de problemas de salud mental en la población de 15 años o más: el 5,8 % tiene ansiedad crónica (una de cada 12 mujeres, uno de cada 28 hombres, una de cada 12 personas desempleadas, una de cada 23 personas que trabajan y una de cada cuatro personas incapacitadas para trabajar) y el 5,3% depresión (una de cada 14 mujeres, uno de cada 31 hombres, una de cada 13 personas desempleadas, una de cada 40 personas que trabajan y una de cada cuatro personas incapacitadas para trabajar)”.

De izq. a dcha. Gema Quintero, profesora de Derecho del Trabajo; Iñigo Errejón diputado de Más País; Yolanda Díaz, vicepresidente segunda y ministra de Trabajo; Belén González, psiquiatra y Joan Benach, coordinador del estudio. (Foto: Ministerio de Trabajo)

Habitualmente, prosigue el informe, “el sufrimiento psicosocial es delegado a un sistema de atención sanitaria que trata (y tiende a hipermedicalizar) esas condiciones de salud. España es el país que más ansiolíticos e hipnóticos consume del mundo por habitante. Casi un 11 % de adultos declara haber consumido tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir en las últimas dos semanas”.

Según enfatizó Yolanda Díaz, “sólo en el cuarto trimestre de 2022 se realizaron 2,89 millones de horas extra no remuneradas. Son 45 millones de euros semanales que las personas trabajadoras de nuestro país dejan de percibir. Cuidar nuestra salud mental pasa también por terminar con el fraude de las horas extra”.

Desde su punto de vista, “frente a la precariedad, nuestro reto es ofrecer seguridad y tranquilidad al conjunto de la ciudadanía, y eso pasa por garantizar mejores condiciones de trabajo y evitar que se borre la distinción entre el trabajador y la persona, entre el tiempo de vida y el tiempo de trabajo”.

El trabajo genera depresiones

Por su parte, Joan Benach, coordinador del estudio e investigador de la UPF, destacó que «es una situación alarmante. La precariedad laboral puede afectar a la salud mental por tres vías: por el tipo de contrato o despido; por los horarios e intensidad del trabajo y las dificultades de llegar a fin de mes; y por no poder hacer frente a los pagos de la vivienda o de los servicios indispensables. E incluso se llega a eliminar la idea de tener hijos o formar una familia”.

Estas tres vías pueden afectar a la salud mental por diversos mecanismos de tipo psicosocial, el más común, dicen los expertos, es la inseguridad asociada a las condiciones laborales. Este tipo de amenazas pueden llegar a generar trastornos psiquiátricos y manifestaciones de mala salud mental, tales como ansiedad, miedo o depresión.

Recordó que el informe de las personas hace cuatro recomendaciones generales: luchar contra la precariedad laboral y sus efectos en la salud mental; mejorar las condiciones de protección, salud y cuidados de las personas trabajadoras; medir, analizar y evaluar la precariedad laboral y los problemas de salud mental; y plantear medidas específicas en cada apartado.

Entre estas medidas se encuentran impulsar un nuevo Estatuto de los Trabajadores para avanzar hacia un empleo digno y sostenible, que respete la conciliación de la vida personal y familiar bajo una perspectiva de corresponsabilidad, el reconocimiento de los cuidados y el impulso del modelo de representación de las personas trabajadoras en las empresas.

Además de proponer su implantación o desarrollo la propuesta plantea hacer un seguimiento evaluativo.

Reforzar el sistema sanitario

Belén González, médico psiquiatra y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Madrileña de Salud Mental, recordó que elementos como la informalidad, la precariedad, las formas descentralizadas de organización productiva, la infravaloración de los cuidados son causas de deterioro de la salud mental. También ha incidido en que, en los contratos estables, cuestiones como la desconexión digital o las horas extras u horas de trabajo no previsible impactan negativamente.

Belén González. (Foto: Ministerio de Trabajo)

En su opinión, “se requiere una nueva forma de trabajar que necesita de voluntad política para ponerla en marcha. Es importante que el Ministerio de Trabajo se involucre en estos temas. Los problemas que llegan a nuestra consulta de salud mental es solo la punta del iceberg de lo que pasa. No hay herramientas en este momento para medir el sufrimiento psíquico de estas personas”:

Otra cuestión que subrayó esta experta y que viene desarrollado en el citado informe es la necesidad de reforzar el sistema sanitario, ampliando el enfoque desde la salud para todas las políticas, integrando los diferentes componentes de la salud laboral en el Sistema Nacional de Salud.

A este respecto, desde su punto de vista “el objetivo sería un sistema sanitario que ofrezca una atención a la salud mental que sea universal, equitativa, gratuita y de calidad”.

España tiene seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes en la red pública, tres veces menos que la media europea, y 11 psiquiatras por cada 100.000 personas, casi cinco veces menos que en Suiza (52) y la mitad que en Francia (23), Alemania (27) o Países Bajos (24). Mientras, las tasas de suicidio y los problemas de salud mental siguen aumentando.

Precariedad del empleo y relaciones laborales

Por su parte Gema Quintero, otra de las expertas, abogada especializada en Derecho de la Seguridad Social y profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad Carlos III de Madrid, recalcó que la precariedad en el empleo está relacionada con todas las situaciones de informalidad en el trabajo o trabajo no declarado, donde se produce la ausencia de derechos efectivos.

“Al mismo tiempo hay que darse cuenta de que la irrupción de la tecnología en las relaciones laborales ha modificado el concepto tradicional del trabajo, donde en algunas profesiones ya no hay tanto presencialismo pero sí una relación continuada y a veces adictiva con la tecnología. Eso genera nuevos riesgos psicosociales que pueden hacer vulnerables a algunos trabajadores”.

Gema Quintero. (Foto: Ministerio de Trabajo)

A su juicio, la precariedad laboral tiene muchas facetas, tantas como trabajadores.  Ahí es clave que la legislación laboral proteja al trabajador y las relaciones laborales respeten los derechos de los trabajadores.

En su opinión, “colectivos de jóvenes, mujeres, trabajadores senior o con discapacidad pueden tener condiciones laborales precarias en su puesto de trabajo y poder sufrir en cualquier momento problemas de salud mental en su desempeño profesional”.

Desde esta perspectiva puso el énfasis en “la contratación temporal o parcial, donde hay esas huidas en el Derecho del trabajo, en otras ocasiones puedes tener un contrato indefinido pero las condiciones laborales cercanas al acoso laboral o sexual generan esos problemas de salud mental en el trabajador”.

Para esa jurista, “la OIT ha sido muy clara, el trabajador no es una mercancía y hay que proteger su entorno laboral para prevenir patologías mentales que puedan surgir en las relaciones laborales. Hay que darse cuenta que cualquier asunto de acoso en el trabajo puede generar problemas de salud mental a corto y medio plazo en ese profesional”.

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