Ecolodge, el triunfo de la exclusiva tendencia turística sostenible
Los servicios de esta modalidad turística buscan propiciar un cambio en los modos de vida
Ecolodge en Pemenang, Indonesia (Foto: Tripadvisor)
Ecolodge, el triunfo de la exclusiva tendencia turística sostenible
Los servicios de esta modalidad turística buscan propiciar un cambio en los modos de vida
Ecolodge en Pemenang, Indonesia (Foto: Tripadvisor)
La contaminación que se produce al viajar deja unos niveles muy elevados de dióxido de carbono (CO₂) en la atmosfera. Según datos de un informe realizado por Global Web Index (GWI) resalta que el 70,1% de los encuestados pagarían más por los viajes ecofriendly y el 51% piensan que el sector turístico debería ser más responsable a nivel medioambiental. Por este motivo, las empresas han ideado una nueva forma de viajar para poder respetar, lo máximo posible, al entorno. Estos últimos años, la tendencia viajera que más ha crecido y que, además, promete una experiencia única y exclusiva es el ecolodge.
Esta palabra de origen inglés proviene de lodge que significa en el idioma anglosajón “casa del guarda” y el prefijo “eco” de ecológico. El término se hizo muy popular en las regiones de Kenia ya que era la forma en la que los colonizadores ingleses se referían a las pequeñas cabañas en las zonas protegidas de los parques nacionales y que solían albergar a un número reducido de personas.
En la década de los 80 se inició la revolución medioambiental motivada por la preocupación del planeta y su naturaleza, por lo que esta forma de turismo comenzó a crecer. Actualmente, los países que más ofrecen esta alternativa son Costa Rica o Indonesia, aunque en España se puede encontrar un hotel ecolodge en Castilla-La Mancha, concretamente en el parque nacional de Cabañeros.
Experiencia única y sostenible
Los alojamientos ecolodge no solo deben cumplir unos requisitos estéticos, cuyo objetivo sea perseguir la decoración acogedora, sino que también deben poseer unas pautas para convertirse en una opción ecofriendly. La más importante es que deben estar en un lugar donde se mimeticen con el entorno, lo respeten y, además, sigan unos patrones de arquitectura biosostenible donde todos los recursos empleados en la construcción del hotel sean de origen natural y no tengan un impacto negativo en el terreno donde se asientan.
Las comodidades y los servicios de esta modalidad turística también siguen la premisa de proporcionar una experiencia lo más ecológica posible, es decir, incitan a realizar un cambio en los modos de vida puesto que se intenta evitar el consumo del plástico y los artículos de un solo uso en sus instalaciones. Asimismo, la comida que se ofrece en los ecolodge son siempre productos de temporada y alimentos orgánicos en los que se evita el uso de cualquier componente químico para ofrecer al huésped los sabores más ricos y naturales que no se pueden degustar en el mercado actual.
La intimidad y la privacidad son otro de sus máximos exponentes puesto que este tipo de hotel suele albergar a un máximo de 30 personas. Los huéspedes además no tendrán que preocuparse por las molestias que puedan ocasionar otros turistas ya que las habitaciones no son contiguas, sino que son cabañas independientes.
La sensación de estar en contacto con la naturaleza de una manera más reservada, realizar actividades que sean propias del lugar como, por ejemplo, submarinismo en las localidades marítimas o el senderismo en los entornos campestres; y los exclusivos talleres y charlas sobre temas del bienestar garantizan de esta experiencia turística un lujo que merece la pena probar.