Se firman en Oviedo las bases del pacto de no clonación de seres humanos
El Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del ser Humano Respecto de las Aplicaciones de la Biología y la Medicina fue suscrito por 21 países
(Foto: E&J)
Se firman en Oviedo las bases del pacto de no clonación de seres humanos
El Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del ser Humano Respecto de las Aplicaciones de la Biología y la Medicina fue suscrito por 21 países
(Foto: E&J)
El 5 de abril de 1997 se clausuraron en Oviedo las reuniones celebradas durante varios días sobre Derechos Humanos y Biomedicina, en el que se engendró el pacto de no clonación de seres humanos.
El 23 de febrero de 1997 saltaron las alarmas, al conocerse la clonación en Edimburgo de la oveja Dolly. El Consejo de Europa convocó una reunión en Oviedo. No fue fácil, pero se dio un gran paso al incluir como uno más de los derechos a proteger para la dignidad del hombre, en lo referente a Biología y Medicina.
Los veloces avances de la biología y de la medicina habían movido a dotar de un texto jurídico obligatorio en todos los Estados que conforman la Comunidad Europea. Fue el primer documento legal a nivel internacional que sienta los principios de la bioética. El Convenio de Oviedo recogió las firmas de la totalidad de los 21 asistentes en representación de otros tantos Estados miembros del Consejo de Europa. España lo ratificó en julio de 1999. El Convenio de Oviedo y la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO son el germen de las leyes que han permitido el desarrollo de una bioética, respetando derechos individuales.
Los avances de la ciencia, en nuevas fórmulas de reproducción humana como la inseminación artificial, ya por semen del marido ya por semen del dador, fecundación in vitro, bebés probeta, congelación de embriones etc., habían movido a la Iglesia Católica a decir en la Instrucción, conocida el 22 de febrero de 1987, que al referirse a la genética no se debía olvidar que lo que estaba en juego no era solo la familia, sino la dignidad de la persona humana. En Oviedo, diez años más tarde, los representantes de la mayoría de países europeos, llegaron a la misma afirmación. La ley de 26 de mayo de 2006 regula la reproducción asistida; la de 16 de marzo de 2007 de la Comunidad de Andalucía la reprogramación celular con fines terapéuticos