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Noticias Jurídicas

Un millón de libras de indemnización para un español agredido en un McDonald´s de Inglaterra

Gabriel R. empleado de una franquicia de esta multinacional en Reino Unido, sufrió hace siete años un ataque de un cliente que casi le cuesta la vida

(Foto: CNN)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




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Un millón de libras de indemnización para un español agredido en un McDonald´s de Inglaterra

Gabriel R. empleado de una franquicia de esta multinacional en Reino Unido, sufrió hace siete años un ataque de un cliente que casi le cuesta la vida

(Foto: CNN)



A las puertas de un juzgado de Londres, representantes del despacho Solicitors Levenes, y de la aseguradora estadounidense de la cadena de restaurantes McDonald´s han llegado a un acuerdo extrajudicial por el que la hamburguesería va a indemnizar a Gabriel R., ciudadano español, con un millón de libras (algo más de 1,2 millones de euros).

El caso se remonta a la noche del 14 de octubre de 2016 cuando, como siendo empleado del McDonald`s en Bournemouth, localidad cercana a Londres, Gabriel R. fue agredido por un menor cuando iba a cerrar el local. Recibió un puñetazo que le dejó en coma durante un largo periodo, de lo que se ha ido recuperando poco a poco.



El agresor fue condenado, por la jurisdicción penal, a una pena de trabajos sociales y a pagar una multa de 1.500 libras (1.730 euros).

Según explica a Economist & Jurist Isidoro Bonilla, abogado de Gabriel, el acuerdo se produjo en vísperas del juicio en el que el joven español, que, tras el daño cerebral provocado por la agresión tiene importantes secuelas de por vida, demandó a McDonald´s por considerar responsable de dicha agresión. “Es un caso complicado. La aseguradora compró el riesgo pero había una posibilidad importante que Gabriel no lograra nada”.



Gabriel R en los pasillos del tribunal  el pasado 19 de abril. (Foto: Cesión de Gabriel R.)



La noticia ha sido portada del diario londinense The Sun, que habla de una compensación pactada de más de un millón de libras entre los abogados de ambas partes más las costas legales. En ese acuerdo se exime de responsabilidad a McDonald´s por el hecho acaecido hace ya casi siete años y que cambio la vida de este joven español que fue a Londres a aprender idiomas y que desgraciadamente no podrá trabajar nunca más.

Bonilla, como abogado experto en daños a terceros, aclara que “en este tipo de acuerdos lo que se hace normalmente es solicitar el pago de la asistencia médica privada. De hecho, es posible que Gabriel empiece un tratamiento especializado en una de las clínicas más reconocidas de Europa para tratar sus secuelas”.

El acuerdo se hará efectivo en los próximos días. Ya hay una orden judicial que estipula el pago acordado y que tendrá que efectuar el desembolso en los próximos veinte días de la cantidad acordada. “Es posible que nos hayamos quedado con las ganas de un fallo judicial que pruebe que son negligentes, pero en este tipo de asuntos los riesgos son muy altos en cuanto al fallo judicial y todos los gastos que supone ir a juicio”, aclara el abogado.

Una demanda bien fundamentada

Isidoro Bonilla, solicitor español del despacho inglés Levenes, había preparado una demanda civil del español ante la Kings Bench Division, el tribunal que tiene competencia sobre grandes litigios comerciales de gran cuantía, normalmente por encima de 200.000 libras, y este asunto relacionado con reclamaciones por daños personales encajaba.

Este tribunal está encuadrado en la High Court de Inglaterra y Gales y tiene su sede en los edificios de los Royal Courts of Justice, en pleno centro de Londres. Es la primera instancia.

En principio la vista iba a tener una duración de nueve días. En ese intervalo de tiempo las partes tenían que presentar sus argumentos para que el juez decidiera sobre el asunto. Ya se habían celebrado dos vistas preliminares, pero al final se llegó a un acuerdo en vísperas del juicio.

Isidoro Bonilla resalta que mientras Gabriel trabajaba allí, lo colocaron en una posición en la que se esperaba que manejara situaciones difíciles con jóvenes agresivos que intentaban abrirse paso en el McDonald´s a la hora de cierre un viernes por la noche, justo después de que cerraran los pubs de la zona. Se le pidió que dejara salir a la gente pero que no permitiera entrar a nadie.

“Entendemos que no estaba capacitado para este papel. Tenía un inglés limitado y carecía de las habilidades o el entrenamiento para manejar este tipo de situación. Había dos miembros del personal de seguridad que normalmente estaban allí, pero uno estaba de baja por enfermedad y el otro estaba de baja por paternidad. La empresa podría haber contratado fácilmente a personal de seguridad capacitado para cubrir esas ausencias del personal, pero decidió no hacerlo”, apunta este jurista.

Isidoro Bonilla, abogado que ha defendido los intereses del español agredido. (Foto: Isidoro Bonilla)

En esa demanda se argumentaba, entre otras cuestiones, que Gabriel no tenía que haber cerrado esa puerta del local porque no era su competencia como empleado del local, que éste era un local conflictivo con muchas entradas policiales en el último año, lo que debería haberles obligado a contratar un guardia de seguridad que no tenían.

Un acuerdo razonable

“Si la persona que le ataca hubiera sido un compañero de trabajo y no un cliente del local, en ese caso habría ganado cien por cien, sin duda, pero al ser el agresor alguien externo la cuestión cambiaba mucho y había ese riesgo de que no se considerase responsable el local. De ahí que hayamos llegado a este acuerdo”, apunta Bonilla.

Este asunto se ha dilatado en el tiempo siete años desde que Gabriel sufrió dicha agresión. “Este tipo de asuntos suelen demorarse. Aquí en Inglaterra el plazo límite para iniciar una reclamación es de tres años frente al año que hay en España para empezar la acción civil en un accidente de responsabilidad civil extracontractual”.

“En este periodo de tiempo las partes siguen un protocolo de preacción hasta que llega el propio proceso judicial. Además, este es un caso complejo que ha necesitado de evidencias periciales y citas médicas por ambas partes”, aclara el propio Isidoro Bonilla.

Sin embargo, para este experto en reclamación de daños personales queda bastante claro que “el suceso fue evitable. La parte contraria dice que Gabriel no sabía comunicarse en inglés con los clientes, por lo que lo sitúan en una situación de riesgo. Sobre todo, al tener que cerrar la puerta del establecimiento. Una tarea que no era suya y que hizo esa noche. Al mismo tiempo está constatado que ese local fue visitado cerca de 70 veces durante ese año por la Policía por generar distintos incidentes de diferente índole”.

Para ese abogado, “los demandados nunca debieron poner a Gabriel en esta situación. Un puñetazo que ha cambiado su vida. Su lesión cerebral significa que es poco probable que alguna vez pueda trabajar y su vida ha sido truncada. Depende del apoyo de su familia para salir adelante”.

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