La libertad de prensa en España se ve afectada por la precariedad laboral del sector

En tal fecha como hoy de 1993, la Asamblea general de las Naciones Unidas proclamó el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa con el fin de fomentar la libertad de prensa en todo el mundo, reconociendo el ejercicio de los medios de comunicación y de los profesionales que trabajan en ellos de investigar, informar y opinar sobre asuntos de interés como herramienta vital para sustentar la democracia de los países. Por lo que esta fecha también sirve para recordar a los Gobiernos y otras instituciones de poder su deber de respetar y no interferir en el ejercicio de la labor informativa.

A pesar de que cada año se logran avances importantes hacia la consecución de una prensa libre y la libertad de expresión en todo el mundo, aún sigue habiendo ataques hacia aquellos periodistas que ejercen su profesión. Según cifras aportadas en diciembre de 2022 por Reporteros sin Fronteras (RSF), organización no gubernamental internacional y sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es defender la libertad de prensa en el mundo y, en concreto, a los periodistas que son perseguidos por desempeñar su actividad profesional, 58 periodistas han sido asesinados en el último año, lo que supone un aumento del 13,7 % con relación a 2021.

Esta organización elabora y publica anualmente el 3 de mayo una clasificación sobre la libertad de prensa, evaluando las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios. Con los datos obtenidos este año se concluye que las condiciones para el ejercicio del periodismo son adversas en 7 de cada 10 países y satisfactorias sólo en 3 de cada 10.

La situación óptima de libertad de prensa está ocupada únicamente por un número muy limitado de países, que casi siempre son los países nórdicos de la Unión Europea. En 2023 los ocho países que han logrado posicionarse, de momento, por tener una buena situación para ejercer la libertad de prensa han sido Noruega, Irlanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Países Bajos, Lituania y Estonia.

En el caso de España, nuestro país actualmente se posiciona en el puesto número 36 del ranking, cuatro posiciones más abajo que hace un año cuando en 2022 ocupaba el puesto número 32. A pesar de que no encabeza la lista del ranking, se trata de una posición alta, satisfactoria para ejercer la profesión ya que existe libertad de prensa y ejercicio del periodismo libre.

Por lo que su actual posición en el ranking y su descenso en los últimos meses no corresponde a una situación de violación a la libertad de prensa, de agresiones, de encarcelamientos, de hostigamientos, acoso, asesinatos, amenazas, etc., sino que corresponde a una comparación con el resto de los países que nos rodean.

Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta de RSF ha explicado en una conversación con Economist & Jurist cuales son los motivos que justifican la posición que ocupa España en el ranking publicado por la organización. Los indicadores que respaldan la posición asignada a nuestro país y que lastran a España son: la situación económica, la precariedad laboral del sector, la politización de los medios y la falta de reformas legislativas que regulan la actividad periodística.

“El periodista precario no es un periodista libre, es un periodista condicionado”, Edith Rodríguez, vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras (Foto: Reporteros Sin Fronteras)

La libertad de prensa se ve mermada por varios indicadores

En España hay democracia y libertad de prensa. La libertad de expresión está amparada en el artículo 20 de nuestra vigente Constitución, en concreto en el apartado d), el cual sirve para sentar las bases del ejercicio periodístico, libre pero responsable, la acción de poder comunicar información veraz por cualquier medio de difusión, con el resguardo legal del derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

La clasificación en el ranking elaborado por Reporteros sin Fronteras está compuesta en base a cinco indicadores de contexto: político, legal y jurídico, económico, sociocultural, y un indicador de seguridad.

En el caso de España, el indicador político, el cual mide si el entorno político es favorable o no a la libertad de prensa, supera la puntuación de siete sobre diez, lo que es una buena señal de que existe un entorno favorable, sin embargo, hay que destacar un punto negativo: la politización de los medios.

“Cada vez borran más la línea entre opinión y formación”, declara Edith Rodríguez en relación con que los medios de comunicación en España están muy politizados y no están haciendo sus deberes en cuanto a vigilar que es información y que es opinión.

Las reformas legales pendientes penalizan en el ranking

En el indicador legal y jurídico, el Gobierno de España tiene asignaturas pendientes por cumplir. Durante esta última legislación los miembros del Ejecutivo habían prometido al principio de la misma que la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, más conocida como “Ley Mordaza” iba a ser derogada, sin embargo, y pese a las expectativas creadas de modificar una de las normativas que más atentan hoy en día contra la libertad de información en España, no se ha hecho.

Esta reforma se trataba de una promesa estrella del Gobierno y sus socios parlamentarios pero la falta de acuerdo para derogar los artículos más controvertido de la Ley Mordaza antes de que tengan lugar las elecciones generales previstas en otoño de 2023 pone de manifiesto el indudable fracaso del legislativo en este terreno, constituyendo en sí el incumplimiento de su palabra.

Un hecho que suma puntos negativos en el ranking de cara al posicionamiento de nuestro país en cuanto a la libertad de prensa. A esta carencia dentro del indicador legal jurídico también hay que añadirle se han dado penalizaciones en el ejercicio de la libertad de expresión.

“El Gobierno también habló de la despenalización en algunos derechos de opinión que limitan más o menos la libertad de información y de expresión, como las injurias a la Corona y otros ataques a los símbolos de la nación, pero tampoco se ha hecho”.

Varios manifestantes usan máscaras que dicen «No hables, ley mordaza» durante una protesta contra la nueva ley del gobierno español, conocida como «Ley Mordaza», en Madrid el 14 de febrero de 2015. (Foto: Reuters/Sergio Pérez)

El contexto económico en España es gravísimo

España tiene un problema serio de precariedad laboral en el sector periodístico si se compara con otros países europeos vecinos, como Francia, Portugal, Alemania u Holanda.

Estas malas cifras de inestabilidad económica a la que están sometidos los profesionales de la información impactan directamente en la libertad de prensa porque los periodistas se mueven en una hilera de vulnerabilidad en la que ellos mismos se censuran y limitan a la hora de escribir.

“El sector español se mueve en una situación vergonzosa. La precariedad agravada del sector en el sentido que un periodista precario no es un periodista libre, sino que es un periodista condicionado, más vulnerable que se autocensura más, que está más preocupado para quién trabaja”, razona la vicepresidenta de RSF. En base a la situación registrada en este sector, se puede concluir que la precariedad de prensa impacta directamente en el ejercicio de la libertad de prensa.

El triunfo de España en otros indicadores

En el indicador sociocultural España está muy bien cualificada, la sociedad española es tolerante y abierta a la diversidad y los periodistas no sufren ningún tipo de presión por parte de las autoridades. Lo mismo ocurre con el indicador de la seguridad, nuestro país hoy en día es muy tranquilo para ejercer el periodismo real. Aunque en las redes sociales esta seguridad no está tan garantizada debido a los altos niveles de ciberacoso que se registran.

(Foto: Reporteros Sin Fronteras)