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La firma

Del filibusterismo a la nueva versión del “para lo que me queda en el convento”

“El Ministerio va a pasar a la historia por inepto”

Concentración de LAJs durante la última huelga. (Foto: Comité de Huelga)

Ignacio Rivera Forcén

Miembro de la Ejecutiva Nacional del Colegio Nacional de Letrados de la Administración de Justicia




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




La firma

Del filibusterismo a la nueva versión del “para lo que me queda en el convento”

“El Ministerio va a pasar a la historia por inepto”

Concentración de LAJs durante la última huelga. (Foto: Comité de Huelga)



Es conocida, y usada desde hace tiempo, la técnica obstruccionista conocida como filibusterismo. Mediante su utilización se usa y abusa de las posibilidades reglamentarias, generalmente mediante discursos interminables, para bloquear la aprobación de una disposición normativa, o, al menos retrasarla todo lo posible. Aunque se habla de antecedentes de filibusterismo en la antigua Roma, realmente el término se acuña en el Senado de EEUU, donde no hay límites temporales para las intervenciones de los senadores, eso sí, a condición de que no abandonen el estrado, ni para comer ni para sus necesidades fisiológicas. Parece ser que el récord está en posesión de un senador de Carolina del Sur, Storm Thurmond, que empleó más de 24 horas en su intervención (ay, esa vejiga…), y que fue seguido por otras muchas intervenciones senatoriales durante ¡57 días!

Viene a cuento esta referencia al filibusterismo porque no he podido menos que acordarme de él cuando he repasado la actitud ministerial respecto de la aprobación de los dos Decretos que nos ocupan y preocupan, el de sustituciones y el de la adecuación salarial. Respecto del primero, baste recordar que su antecedente previo se remonta a cuatro años atrás, habiendo sido anulado por un defecto formal incomprensible y gracias a la impugnación de un sindicato de esos que se ufanan de representarnos pero que no puede ocultar su alegría y satisfacción en cada ocasión que se genera un perjuicio para nuestro Cuerpo. La cuestión es que, por A o por B, cuatro años después no se ha aprobado aún el Decreto que sustituya al anterior, en claro perjuicio del Cuerpo, y más cuando el texto del nuevo es, prácticamente, un copia-pega del anterior (con lo que el récord de Strom Thurmond lo dejan en mantillas). Que si lo paso a informe del CGPJ, aunque no sea imprescindible, que si veremos cuándo convoco a la Mesa Sectorial, que ahora no se la puede molestar y además están muy soliviantados, que si bla, bla, bla… Y los años siguen pasando. Me pregunto si, ya por cuestión de mera dignidad profesional, no deberíamos plantarnos y abandonar, masivamente, todas y cada una de las sustituciones que se están ejerciendo en estos momentos.



Firma del acuerdo entre el Gobierno y los LAJs. (Foto: Ministerio de Justicia)

Y más grave aún es el tema relacionado con el RD de adecuación salarial, porque este, además, no implica solo al Ministerio de Justicia, sino muy especialmente al Ministerio de Hacienda y Función Pública, porque fue el que firmó el acuerdo que puso fin a la huelga, y, por tanto, queda comprometido por la inacción del Ministerio de Justicia. Y digo que es más grave, además del motivo ya citado de ser el que puso fin a la huelga, por el hecho de afectar a todos y cada uno de los integrantes del Cuerpo, desde el primero al último, a diferencia del anterior que afecta solo a un número determinado de ellos. El compromiso del Ministerio fue, desde el primer momento, que se intentaría aprobar para que se viera reflejado en la nómina de junio, y, en el peor de los casos, en la de julio. Pues bien, teniendo desde hace ya días el texto, y todos los anexos del RD redactados, no se le está dando trámite con excusas y justificaciones varias, todas ellas sin sentido, máxime cuando lo único de lo que pende es dar cuenta a la Mesa Sectorial y pasar a informe del Consejo de Estado, por trámite de urgencia (15 días) para su aprobación en Consejo de Ministros.

En resumen, que estamos asistiendo a un ejercicio de mero filibusterismo por parte de un Ministerio que va a pasar a la historia por su ineptitud y mal hacer. Aunque también me pregunto si, más que filibusterismo, lo que están haciendo es seguir aquel dicho de “para lo que me queda en el convento…”. No sigo, porque creo que el final de la frase lo conocemos todos.



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