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Artículos

España redefine el marco de inversiones extranjeras

Se protegen sectores estratégicos y se integra la seguridad en el análisis de inversiones

(Foto: E&J)

Manuel Urrutia

Presidente y Director General del Grupo Confianz




Tiempo de lectura: 5 min

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España redefine el marco de inversiones extranjeras

Se protegen sectores estratégicos y se integra la seguridad en el análisis de inversiones

(Foto: E&J)



Recientemente se ha impulsado una actualización en la legislación sobre inversiones extranjeras en España, que modifica el proceso de aprobación y control de operaciones de inversión de origen foráneo en el país. Este nuevo marco normativo, que provee mayor claridad y seguridad jurídica, fue ratificado con urgencia y sienta las bases para la administración de las inversiones extranjeras en el territorio español.

Este proyecto legislativo procura la regulación del llamado «escudo antiopas«, también conocido como “mecanismo de defensa” o “mecanismo de protección”, un sistema de defensa establecido para evitar la adquisición de empresas estratégicas por parte de inversores extranjeros en situaciones de inestabilidad de mercado. La normativa original surgió en respuesta a los desafíos económicos y las fluctuaciones del mercado provocadas por la pandemia de la COVID-19 en 2020.



El actualizado marco legal busca, entre otros objetivos, agilizar los procedimientos para las operaciones de menor envergadura. Para lograr esto, establece exenciones significativas para los inversores extranjeros que buscan adquirir posiciones en empresas españolas.

Por un lado, se ha determinado que las inversiones transitorias, aquellas que son de corta duración y en las cuales el inversor no influye en la gestión de la empresa adquirida, estarán exentas de solicitar autorización. Esto implica una considerable mejora para los bancos de inversión que, como parte de su actividad, toman participaciones temporales en empresas cotizadas.

Además, las adquisiciones de empresas con ingresos que no superen los cinco millones de euros, a excepción de aquellas en sectores de tecnología crítica y explotaciones mineras, estarán fuera del sistema de control. Asimismo, dentro del sector energético, ciertas compras estarán exentas del régimen de autorización previa, en específico, aquellas que no den lugar a una cuota del 5% en la capacidad de generación o que no afecten a negocios regulados.



Por otro lado, el nuevo marco legislativo incorpora la inteligencia artificial como un área estratégica en el sector tecnológico. A su vez, ratifica la renovación de la Junta de Inversiones Extranjeras, órgano interministerial encargado del análisis y elevación de las solicitudes de autorización al Consejo de Ministros. Con esta actualización, se suma a un miembro del Comité Nacional de Inteligencia y a otro de la dirección operativa del departamento de seguridad nacional de la Presidencia del Gobierno a dicho comité.

Otra modificación significativa se refiere a los aumentos de participación de accionistas extranjeros que ya poseen más del 10% de una empresa. Si bien, bajo las regulaciones previas, estos inversores debían solicitar autorización para superar este umbral, la nueva ley establece que, si dichos accionistas incrementan su participación sin alcanzar el control de la compañía, el aumento no será objeto de supervisión.

Este detalle resulta particularmente relevante en el contexto de la banca de inversión, donde a menudo los bancos se ven obligados a retener acciones por periodos más largos de los anticipados. Este escenario genera cierta incertidumbre, ya que no se especifica si será necesario solicitar permiso en casos donde la tenencia de las acciones se prolongue más allá de unos días. Esta exención podría incentivar la participación de entidades en ofertas públicas de venta (OPV) que se están preparando en España.

En medio de estos cambios, la legislación también incorpora medidas para proteger los intereses nacionales. Se ha determinado que la inteligencia artificial será considerada un sector estratégico, lo que significa que las inversiones extranjeras en este ámbito estarán sujetas a escrutinio y control adicionales. Asimismo, el Gobierno ha decidido incluir al Comité Nacional de Inteligencia (CNI) y a la dirección operativa del Departamento de Seguridad Nacional de la Presidencia del Gobierno en la Junta de Inversiones Extranjeras. Este cambio representa un esfuerzo por integrar la perspectiva de seguridad en el análisis y la toma de decisiones en torno a las inversiones extranjeras.

El Gobierno de España ha mostrado su compromiso con la atracción de inversiones extranjeras como elemento clave para impulsar la modernización de la economía y la creación de empleo. Según el Ejecutivo, la nueva normativa permitirá al inversor extranjero «reducir las cargas y posibles trabas administrativas«, mientras se disminuyen los plazos de respuesta y de resolución. Esta última mejora era una de las principales demandas de las empresas e inversores.

Además, se ha adaptado la normativa al estándar mundial en relación a las estadísticas del Registro de Inversiones Exteriores. Esta adaptación sigue la «Definición Marco de Inversión Exterior Directa» de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La nueva legislación constituye un esfuerzo significativo para mejorar la claridad, predictibilidad y seguridad jurídica de la normativa de control de inversiones españolas. Aun así, sigue existiendo un cierto margen de incertidumbre en cuanto a su implementación y efectos prácticos. Lo que es claro es que el marco normativo de inversiones extranjeras en España está evolucionando en respuesta a las cambiantes condiciones del mercado global y las necesidades de proteger los intereses nacionales.

Al expandir la conversación, es imprescindible considerar que España, con su economía diversificada y su sólida base industrial, ha sido históricamente un destino atractivo para los inversores extranjeros. Su ubicación geográfica estratégica, su mano de obra calificada y su acceso a mercados emergentes han sido factores que han motivado a las inversiones extranjeras. Sin embargo, la presión de la globalización y las cambiantes dinámicas del mercado mundial han hecho que sea imperativo que España modernice su marco legislativo para mantener su atractivo como destino de inversión.

Estas reformas legislativas muestran una clara intención de equilibrar la atracción de inversión extranjera con la protección de los intereses nacionales. No es una tarea sencilla, dado que existen preocupaciones legítimas en torno a la posibilidad de que las empresas extranjeras adquieran el control de sectores clave de la economía española.

Lo interesante de estas reformas es el enfoque en la inteligencia artificial como un área estratégica. Este es un claro reconocimiento del papel cada vez más prominente de la tecnología y la innovación en la economía global. La introducción de la inteligencia artificial como un sector estratégico muestra la intención del Gobierno de atraer inversión en tecnología y potenciar su crecimiento. No obstante, esta nueva definición también plantea una serie de desafíos para los inversores, ya que implica un mayor escrutinio y control para las inversiones en este ámbito.

Es alentador ver que se han hecho esfuerzos para hacer que el proceso de inversión sea más fluido y menos burocrático al reducir la carga administrativa para los inversores extranjeros y acelerar el proceso de aprobación.

A pesar de los numerosos cambios positivos, queda por ver cómo se implementará esta nueva legislación y qué impacto tendrá en la economía española en general. Es probable que surjan preguntas y debates sobre los detalles y la interpretación de la ley, y cómo se equilibran los intereses de los inversores extranjeros con la protección de los intereses nacionales. Sin embargo, lo que está claro es que este es un paso importante hacia un marco de inversión más moderno y flexible que puede ayudar a España a competir en el escenario global.

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