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Derecho Mercantil

Perdonada una deuda de 203.283 euros a un padre y a su hija que avalaron una sociedad frutícola

Un Juzgado de Primera Instancia de Lleida ha concedió la exoneración del pasivo insatisfecho a dos personas endeudas que avalaron un negocio que finalmente quebró

(Foto: E&J)

María González Villasevil

Redacción editorial E&J




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




Derecho Mercantil

Perdonada una deuda de 203.283 euros a un padre y a su hija que avalaron una sociedad frutícola

Un Juzgado de Primera Instancia de Lleida ha concedió la exoneración del pasivo insatisfecho a dos personas endeudas que avalaron un negocio que finalmente quebró

(Foto: E&J)



El Juzgado de Primera Instancia de lo Mercantil núm. 6 de Lleida ha perdonado una deuda de 203.283 euros a un padre y a su hija que avalaron una sociedad frutícola, la cual sufrió el impago de más de un millón de euros de la principal empresa comercializadora que tenía al quebrar.

El juez ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad al presente litigio al considerar que los dos actores son deudores de buena fe, exonerando así del pasivo insatisfecho de 31.834 euros al hombre de 81 años, y de 171.449 euros a la hija de 51 años.



La insolvencia económica de los actores vino ocasionada a raíz del aval de una sociedad frutícola, la cual se dedicaba a la compra de fruta a los agricultores para su posterior comercialización en los mercados. Durante años el negocio daba las rentabilidades esperadas, incluso más y, por ello, tanto el padre como su hija solicitaron créditos que invirtieron en ampliar las naves y las oficinas, para poder aumentar la producción.

La familia ha sido representada por la abogada Marta Bergadà, socia fundadora del despacho Bergadà Asociados, quien ha explicado a este medio que “incluso, se solicitó más financiación para plantar y explotar una finca frutícola de la propiedad de la sociedad a fin de no depender únicamente de la producción de otros agricultores externos».

Sin embargo, todo empezó a tambalearse en el año 2009 cuando la principal empresa comercializadora que trabajaba con la sociedad quebró, dejando impagados más de un millón de euros. Así, la citada sociedad no pudo hacer frente a sus obligaciones contraídas. Cabe decir que, los créditos de ésta estaban avalados por los distintos socios, entre ellos los deudores de buena fe de este caso. Consecuentemente, la sociedad que padre e hija avalaron quedó totalmente afectada y no se pudieron atender a las obligaciones contraídas.



(Foto: E&J)

Una segunda oportunidad para volver al circuito económico

El procedimiento, que dio comienzo en febrero, ha finalizado a mediados del mes de julio cuando el juez emitía el auto en el cual señalaba la exoneración del pasivo insatisfecho de ambos actores mediante la Ley de la Segunda Oportunidad.  Un auto que supone una gran liberación económica y psicológica para los deudores de buena fe, ya que Economist & Jurist ha podido saber que durante años recibieron numerosas llamadas de los bancos, amenazándoles en caso de no hacer frente a la deuda, una deuda que no podían hacer frente por más que quisieran ya que ambos percibían unos ingresos mínimos.

Por su parte, la abogada Marta Bergadà ha comenta a este medio que «con la crisis de 2008 y años posteriores muchas empresas tuvieron que cerrar sus puertas por las deudas que tenían. Esto afectó a personas que, por diferentes motivos, entre ellos el mal asesoramiento, avalaron personalmente créditos que debido a la quiebra tuvieron que asumir. Es necesario que todo el mundo sepa que existe una ley llamada Ley de la Segunda Oportunidad con la cual, si son deudores de buena fe, pueden llegar a pasar página».

Pues, desde el despacho explican a este medio que ya son varias las personas que han visto exoneradas las deudas derivadas de estos avales a la sociedad frutícola y que están en tramitación otros casos que en breve también podrán disfrutar de esa exoneración.

Cabe mencionar que la Ley de la Segunda Oportunidad es un mecanismo legal que permite a las personas que se han visto incapaces de cumplir con sus obligaciones, y que son deudores de buena fe, eliminar esas deudas y con ello pueden volver al circuito económico y generar de nuevo riqueza social.

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