El TJUE recrimina a la UEFA y a la FIFA el abuso de su posición dominante en la organización de eventos deportivos frente a terceros
El fallo de la Superliga abre el debate sobre los modelos organizativos existentes que están en manos, casi siempre, únicamente de federaciones deportivas
Una sentencia del TJUE sobre jueces italianos abre la puerta a la regularización de los jueces sustitutos en España. (Imagen: TJUE)
El TJUE recrimina a la UEFA y a la FIFA el abuso de su posición dominante en la organización de eventos deportivos frente a terceros
El fallo de la Superliga abre el debate sobre los modelos organizativos existentes que están en manos, casi siempre, únicamente de federaciones deportivas
Una sentencia del TJUE sobre jueces italianos abre la puerta a la regularización de los jueces sustitutos en España. (Imagen: TJUE)
Dos años y medio después de aquella cuestión prejudicial interpuesta por el magistrado Manuel Ruiz de Lara, en aquel entonces titular del Juzgado número 17 de Madrid, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) resolvía dicha cuestión haciendo suyas las preguntas del magistrado y señalando que: no son conforme al tratado de la UE las normas de organización de competiciones de la UEFA y la FIFA que requieren de una autorización previa.
El fallo, que ha causado una notable conmoción en el mundo del deporte, ha dejado en evidencia el conflicto entre la Superliga, ahora por el momento abanderada por la empresa A22Sports y con el Real Madrid y el Barcelona como abanderados de la competición, defendida en el TJUE por Clifford Chance, y los organismos europeos de la UEFA y la FIFA y nacionales como la Liga de Futbol Profesional, que se ha apresurado a señalar que la sentencia solo cuestiona esas normas de organización.
Curiosamente la situación de hace dos años que generó esta cuestión prejudicial y que es analizada en este reportaje por varios expertos en derecho deportivo ha cambiado de forma notable. La UEFA realizó unos cambios en sus normas organizativas hace un año en aras de ser más trasparente y el modelo de la Superliga es ahora otro, con tres categorías y 64 equipos que recuerda a las actuales Champions, Europa League y Conference League.
En este contexto, ahora todas las miradas se van a centrar en la jueza Sofia Gil, titular del citado juzgado 17 que tendrá que fijar la vista en los próximos días para luego dictar sentencia, oídas las partes. Los expertos creen que si la UEFA y la FIFA y Superliga no llegan a un acuerdo de no agresión, la batalla judicial puede ser larga y acabar en el Tribunal Supremo. Lo que sí parece claro es que los monopolios de organizar eventos deportivos tienen los días contados.
Una sentencia de gran alcance
Para Alberto Palomar, socio de derecho público de Broseta y experto en derecho deportivo, “la sentencia tiene un efecto interpretativo de mucho alcance, más de lo que se pudiera pensar sobre la convivencia entre el modelo deportivo tradicional con estos fenómenos económicos como es la Superliga de nueva creación. Se han marcado unas reglas en el fallo que tendrán mucho alcance en el futuro. En el caso de cuajar dicha competición, habría ligas nacionales más débiles porque los equipos dedicarían sus esfuerzos y mejores jugadores a la Superliga”.
Desde su punto de vista “el efecto inmediato es más complicado de ver. Solo hay dos posibilidades: o esperas a los procesos jurisdiccionales, que no van a durar más de tres años porque habrá apelación y casación; o directamente te echas a la desobediencia el año que viene con la Superliga, a ver si son capaces la UEFA y la FIFA de hacerte algo. Al final volveríamos a acabar en los tribunales desde esta opción. El fallo dice que cualquier exclusión que se haga de una competición debe ser en un marco de objetividad y transparencia”.
A su juicio “en principio parece difícil que sesenta clubes se afilien a la Superliga. Los ingleses siguen teniendo su ley que les prohíbe formar parte de este tipo de competición y ahora no les afecta el derecho comunitario. El alcance de la sentencia es importante porque obliga a los organizadores de competición a tener un esquema menos rígido. Recordemos que las reglas de admisión de la competición de la UEFA y la FIFA objeto de esta cuestión prejudicial se cambiaron hace un año. Habrá que ver el fallo de la jueza de lo mercantil”.
En su opinión, “este es un asunto demasiado difícil y no creo que la jueza titular ahora del mercantil 17 de Madrid tenga prisa por resolver este tema. Todavía está pendiente de celebrar el juicio, que podría ser en febrero con lo cual hasta junio no tendríamos sentencia y una posible apelación por alguna de las dos partes implicadas en este asunto. Se mantienen las medidas cautelares avaladas por la Audiencia Provincial de Madrid. Es una sentencia valiente y con un componente de ruptura importante para el movimiento deportivo”.
Para este jurista “esta sentencia afecta a otros organizadores de eventos deportivos como la FINA, la FIBA; a la mayor parte de federaciones. Por esta regla de tres nadie podría excluir con este fallo judicial a John Rahm, golfista español, de jugar en la PGA americana, como ahora quieren excluirle por participar en la liga árabe. Es previsible que tras la primera batalla judicial ambas partes busquen un acuerdo, como sucedió en el conflicto de la FIBA con la Euroliga de baloncesto, que al año siguiente firmaron un pacto. No hay hueco para una Superliga y una Champions, a la vez”.
Un pleito que acabará en el Supremo
Desde A Coruña, Rafael Alonso Martínez, abogado experto en derecho deportivo, cree que “es el momento de revisar la secuencia de los hechos. Cuando se lanzó el primer proyecto de Superliga en el 2021, con doce equipos miembros y otros rotatorios, fue acompañado de una demanda en Madrid que presentaban las dos empresas que estaban tras esta competición que pedían unas medidas cautelosísimas que iban a servir para proteger el proyecto de las injerencias de la UEFA y de la FIFA. Esta estrategia judicial fue un acierto porque el juez del mercantil 17 de Madrid lo vio y les dio esas cautelosísimas sin oír a la UEFA ni a la FIFA”.
El problema es que “la reacción de los aficionados especialmente, y sobre todo los aficionados ingleses, es que el proyecto no arrancase en ese momento. Lo veían contrario a los valores del futbol inglés. Con posterioridad el citado juez interpuso la cuestión prejudicial en mayo del 2021 que ahora hemos conocido su fallo judicial. Sin embargo, todo ha ido cambiando en estos dos años de espera. La demanda planteaba que era contrario al derecho de la competencia las normas de la UEFA que obligaban a pedir una autorización previa para organizar una competición con la amenaza de recibir sanciones”.
Para este experto “esta sentencia realmente no analiza nada de la Superliga, lo único que analiza las normas citadas sobre autorización de competiciones y las posibles sanciones por organizarlas. Dice que son contrarias al tratado de la UE. Hablar de que esas normas de autorización previa no sean discrecionales, sino que deben estar basada en criterios objetivos y transparentes para que una empresa pueda valorar si se lo van a conceder o no. No pueden dar lugar a decisiones arbitrarias. Si arranca de nuevo el proyecto de Superliga tendrá que pedir autorización a la UEFA, que aprobó nuevos criterios hace un año”.
Este jurista recuerda que el proyecto de Superliga ha cambiado bastante desde su origen: “ahora se habla de más de sesenta equipos en tres divisiones. En el futuro si el proyecto echa a andar algún día no es descartable que otros clubes pequeños acusen a la Superliga de vulnerar la libre competencia por crear un coto cerrado para clubes más potentes que perjudica a los más modestos. Hay que recordar que el modelo europeo de la UEFA y la FIFA se inspira en el principio que hay que ganarse las cosas en el campo y cualquiera puede ganar la liga. Eso es lo que quieren mantener”.
En el día de hoy Alonso Martínez indica que se ha dado a conocer otra sentencia del TJUE, una de apelación de la Unión Internacional de Patinaje (ISU) similar a este fallo de la UEFA y FIFA donde se dice que las normas de la ISU a nivel organizativo son discrecionales son contrarias al derecho de la UE, con lo cual las sanciones que interpuso esta federación unos patinadores que quisieron montar su competición quedaban anuladas. Ahora habrá que ver cómo resuelve la jueza del mercantil 17 este pleito al resolverse la cuestión prejudicial. Los hechos han cambiado y es previsible que el asunto acabe en el Tribunal Supremo”.
Tirón de orejas a la UEFA y a la FIFA
Por su parte, Jorge Vaquero, abogado socio director de VSports Legal Firm, considera que a medida que han ido pasando las horas “la alarma en la comunidad deportiva por el alcance de la sentencia se va desvaneciendo al ver los efectos que puede tener a corto plazo. Es una sentencia importante pero tampoco es tan revolucionaria como nos la quieren vender. Sus efectos no son tan notables como aquella sentencia Bosman sobre la libertad de circulación de jugadores de hace treinta años”.
Ese experto, como otros tantos, deja claro que “el fallo no estudia la viabilidad o la conveniencia de la Superliga, sino que analiza la normativa de la UEFA y de la FIFA que establece, por una parte, la necesidad de autorización previa para crear nuevas competiciones; y por otra, las sanciones a los clubes y jugadores que participen sin autorización en esas competiciones. La conclusión es que estas dos medidas no son compatibles con el derecho comunitario y la libre competencia. Son disposiciones poco transparentes, nada objetivas ni proporcionales”.
El fallo judicial “le da un tirón de orejas a la UEFA y a la FIFA por esa autorización previa que no aclara que requisitos hay que cumplir para poder organizar competiciones deportivas. Eso hace que estén abusando de su posición de dominio. Hagan lo que hagan lo vetarán, dice el fallo judicial. Con estas medidas cualquier competición quedaría prohibida sin justificación. De hecho no se permite que se organicen competiciones fuera de los ámbitos de estas u otras entidades que gestionan dichos campeonatos”.
Sobre lo que se avecina, Vaquero indica que “la UEFA y la FIFA se verán obligadas a objetivizar esos requisitos que tendría que cumplir las entidades deportivas para que puedan organizar esas competiciones. Mucho nos tememos que dichos requisitos sean de difícil cumplimiento. Respecto a las sanciones es posible que desaparezcan, pero eso no quita que la UEFA o la FIFA articulen otras medidas que tengan cierto carácter sancionador, aunque no se llamen así. Nada impediría a la FIFA para aquellos jugadores que quieran jugar un Mundial obligar a estos a que participaran en los eventos de UEFA, como ejemplo”.
Respecto a la Superliga, Vaquero afirma que “querrán aprovechar el tirón mediático de la noticia para desarrollar su competición, pero cuentan con que muchos de los derechos televisivos ya están vendidos hasta el año 2027. El fallo es una victoria de la Superliga, pero eso no implica que sea viable o que tenga luz verde, aún estamos lejos de ese punto. Ahora la UEFA y la FIFA tendrán que mover ficha. De todas formas, tendrán que llegar a un entendimiento ambas partes para evitar que el conflicto se cronifique. Los clubes ahora son sujeto pasivos y no deciden como se distribuye el dinero de estas competiciones y como se venden los derechos”.
Rompe el monopolio de UEFA y FIFA
Toni Roca, socio director de la boutique legal deportiva Himnus, considera que la sentencia da parcialmente la razón a la Superliga al declarar como abuso de posición dominante la normativa de la UEFA y la FIFA en el momento que se iba a crear esta competición, porque luego en el 2022 la UEFA sacó un reglamento de competiciones: “El fallo dice que aquellas normas eran contrarias al Tratado de la UE y del derecho de la competencia, al igual que aquellas que imponían sanciones a los clubes y jugadores que iban a participar en ellas”.
Para este jurista “ese es el alcance de la sentencia. No se pronuncia sobre si la Superliga puede autorizarse o no. Ahora tendremos que ver cómo se pronuncia la jueza del Mercantil 17 de Madrid. De todas formas, lo que se ve complicado es que esta competición deportiva pueda arrastrar a otros 62 clubes para que, junto con el Real Madrid y el Barcelona se ponga en marcha en tres escalones. Es muy parecido al diseño de la Champions, Europa League y Conference League que ya existen. El problema es tener clubes que sigan al proyecto”.
A juicio de este experto, la Superliga ya arrancó con problemas: “Sus orígenes fueron confusos con un comunicado de prensa en un domingo para que el día después Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, acudiera al programa deportivo El Chiringuito. Si hubieran hecho las presentaciones que están haciendo ahora de la competición, si las hubieran hecho desde el inicio, es posible que muchos clubes que hoy ratifican que no entrarán en la competición hubieran comprado esta idea. La idea nació mal y han pasado dos años y da la sensación de que se ha venido abajo”.
Desde su punto de vista, es una sentencia importante porque denuncia el monopolio organizativo de la UEFA y la FIFA, pero “si no están los mejores clubes de fútbol es complicado que la idea de esta nueva competición salga adelante porque ya hay competiciones parecidas ahora. No veo tanto que sea una batalla judicial como que sea una centrada en el negocio”.
A su juicio, aún hay varias incógnitas sobre este conflicto que pueden resolverse a corto y medio plazo: “La Superliga se puede constituir pero no sabemos que clubes van a participar. El antecedente de la Euroliga de baloncesto y la FIBA es que aquí todos los clubes punteros han querido y han puesto en marcha la competición. Sin los clubes ingleses que no van a participar esta nueva competición poco sentido tiene realmente esta nueva competición”.