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Los cambios legislativos y la inflación provocan que más de la mitad de los españoles no ahorren

Según la III Encuesta Paneuropea de Pensiones 2023 de 'Insurance Europe', el 51% de los españoles afirma no estar ahorrando para la jubilación

Dos personas mayores estudian su plan de jubilación. (Imagen: E&J)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 8 min

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Los cambios legislativos y la inflación provocan que más de la mitad de los españoles no ahorren

Según la III Encuesta Paneuropea de Pensiones 2023 de 'Insurance Europe', el 51% de los españoles afirma no estar ahorrando para la jubilación

Dos personas mayores estudian su plan de jubilación. (Imagen: E&J)



El 51% de los españoles afirma no estar ahorrando para la jubilación, frente al 39% de los europeos, según recoge la III Encuesta Paneuropea de Pensiones 2023 de Insurance Europe, la federación europea de asociaciones de aseguradoras. Este sondeo, que se realizó durante los meses de junio, julio y agosto a más de 15.000 ciudadanos de quince países europeos, revela que España presenta la segunda tasa más alta de Europa de personas que no ahorran para la jubilación, sólo por detrás de Finlandia.

Uno de los datos más destacados es que más de la mitad de los jóvenes españoles no prepara su retiro. Según el sondeo, el 57% de los españoles de entre 18 y 35 años no ahorra para su jubilación. Muchas personas de mediana edad tampoco constituyen una bolsa de recursos para cuando dejen de estar en activo. En concreto, el 49% no ahorra.



A partir de los 51 años, la tasa de ciudadanos que no prepara su jubilación se sitúa en el 47%. Estos datos de España contrastan con lo que es habitual en otros lugares. En el resto de países europeos, las personas muestran una mayor propensión al ahorro y una distribución más homogénea entre las distintas cohortes de edad.

Entre los españoles que ahorran, un 26% afirma hacerlo a través de un producto individual de pensiones, frente al 28% de media europea; otro 13% por medio de un plan de empleo, lejos del porcentaje del 32% de todos los europeos; y un 11% mediante otros productos de inversión, en línea con los europeos; excluyendo depósitos y fondos de inversión.

La nueva edición de la encuesta incluye una pregunta sobre el impacto del actual escenario económico —marcado por la inflación y el encarecimiento de la vida— sobre los planes de los ahorradores.



En el conjunto de Europa, el 47% de los ciudadanos sostiene que continúa ahorrando como antes. En cambio, en España esta tasa es de apenas el 30% y se presenta como la segunda más baja de Europa, sólo por detrás de Portugal. En cuanto a los españoles que sí reconocieron un cambio en sus hábitos de ahorro, el 29% pospuso su acción de ahorrar para el retiro, el 22% redujo sus aportaciones, el 6% las aumentó y el 5% rescató su plan de ahorro a largo plazo.

¿Y están los españoles interesados en ahorrar? En cuanto a esto, la actitud de los españoles se sitúa en línea con las de los europeos. Más de la mitad de los encuestados nacionales desearía empezar a ahorrar para su jubilación, pero la previsión de que lo vayan a hacer varía.

Un 30% afirma que no se lo puede permitir, un 13% sostiene no disponer de suficiente información sobre cómo realizarlo y apenas un 9% planea comenzar a hacerlo próximamente. Entre tanto, el 8% de los encuestados en España no está interesado en ahorrar a través de productos específicos de previsión social complementaria porque tiene otros recursos financieros en los que apoyarse. El último 30% señala no estar interesado en ahorrar por otros motivos.

Los resultados de la encuesta arrojan luz sobre las preferencias a la hora de ahorrar. Un 80% de los españoles prefiere la seguridad de —al vencimiento de su plan— recibir una suma similar a la aportada al invertir en productos garantizados al vencimiento, mientras que el 20% se decanta por aspirar a rentabilidades más altas asumiendo, eso sí, el riesgo de perder parte del capital invertido. En este ámbito, la actitud de los españoles es muy similar a la de otros europeos.

La última vez que Insurance Europe realizó esta encuesta fue en 2021. En comparación, los resultados de la nueva edición son algo mejores. Por un lado, se ha reducido en seis puntos el porcentaje de españoles que no ahorra para la jubilación, mientras que, por otro, la proporción de encuestados que planea empezar a hacerlo próximamente ha subido en dos puntos.

También se ha reducido en dos puntos el porcentaje de españoles que atribuyen su falta de ahorro al desconocimiento de los productos financieros que existen. Es decir, los ciudadanos del país cada vez conocen mejor las alternativas de que disponen para ahorrar de cara a la jubilación.

Virginia Martínez, socia del departamento de seguros y reaseguros de Bird & Bird en la oficina de Madrid, considera que urge una mejora en la tributación de los planes de pensiones individuales. (Imagen: Bird & Bird)

Recomendaciones para impulsar el ahorro

Los resultados de la encuesta son claros en cuanto a que en España se ahorra menos para la jubilación que en otros países de Europa. Acumular ahorro que pueda ejercer de complemento a la pensión pública durante la jubilación permite mantener el nivel de vida durante el retiro.

Para Virginia Martínez, socia del departamento de Seguros y Reaseguros de Bird & Bird en la oficina de Madrid y experta en previsión social, “las conclusiones publicadas por Insurance Europe sobre el ahorro a largo plazo de los españoles y, en general, de los europeos, no difieren mucho de los estudios realizados tradicionalmente por instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”. En concreto, según datos de este organismo, España invierte en planes de pensiones siete veces menos que la media de sus vecinos europeos.

Desde su punto de vista, «en cuanto a los factores estructurales que penalizan el ahorro a largo plazo podemos destacar, entre otros, el nivel salarial (el salario medio en España es un 20,9% más bajo que la media de la Unión Europea, según el último informe de Adecco), la falta de cultura financiera en la población, la tradicional preferencia por la inversión inmobiliaria (algo que también está cambiando en los últimos años por la mentalidad de los jóvenes y por la propia situación del mercado inmobiliario) y cierta inseguridad jurídica por el tratamiento fiscal de las deducciones por aportaciones a planes de pensiones (el tope de aportación con desgravación ha pasado en los últimos años de 8.000 a 1.500 euros para planes de pensión individual)».

Para esta jurista, “a lo anterior se unen factores coyunturales que disminuyen la renta disponible y penalizan la capacidad de ahorro de las familias como la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre por los riesgos de índole geopolítica”.

En cuanto a las medidas que podrían adoptarse para revertir esta situación, considera que «al margen de factores puramente económicos como la mejora de la productividad, la lucha contra inflación y la bajada de los tipos de interés; entendemos que sería conveniente una mejora en la tributación, no solo de los planes de pensiones individuales (aumentando las deducciones por aportaciones a planes de pensiones), sino también de productos de seguro de vida-ahorro (como los unit-linked)”

A su juicio, “estos productos, aunque ya se benefician del diferimiento de la tributación (hasta su rescate o el fallecimiento del asegurado), han perdido en los últimos años importantes beneficios fiscales (como la no tributación por el Impuesto de Patrimonio cuando se designaba beneficiario irrevocable)”.

Además, señala «coincidimos con Insurance Europe en que es fundamental que la regulación que afecte a los productos de ahorro (por ejemplo, Solvencia II, la nueva Estrategia de Inversión Minorista, la normativa de distribución de seguros) cumpla realmente con su objetivo de reforzar la información y conocimientos de los consumidores sobre este tipo de productos, pero sin que las obligaciones que se imponen a las entidades aseguradoras y mediadores de seguros disuadan a las primeras de diseñar y ofrecer este tipo de productos en nuestro mercado y a los segundos de distribuirlos».

Pablo Muelas, socio director del área de seguros y reaseguros de Hogan Lovells en España, recuerda que “el ahorro es el único remedio para hacer frente a una pensión pública decreciente”. (Imagen: Hogan Lovells)

La coyuntura no invita a ahorrar

Por su parte, Pablo Muelas, socio responsable del área de seguros y reaseguros de Hogan Lovelles en la oficina de Madrid, destaca que “no sorprende que los españoles hayan ahorrado poco, según se desprende del estudio de Insurance Europe”,

Según él, “la inflación generalizada, los impuestos (no deflactados), el coste creciente de la vivienda (ya sea de modo directo o a través del coste de financiación), el de la cesta de la compra, y un marco legal de los planes de pensiones en fase de transformación (desmantelándose los planes de pensiones individuales por el camino) no favorecen el ahorro a largo plazo de los ciudadanos.”

“No obstante lo anterior, quizá habría que citar como fuente de ahorro para la jubilación la riqueza que se acumula en la adquisición de la propia vivienda. En efecto, los españoles tenemos unas elevadas tasas de propiedad de la vivienda, a diferencia de otros europeos, lo que en cierto modo se explica por la consideración que tiene en el subconsciente colectivo como valor refugio para las necesidades del futuro, cuando el inmueble pueda venderse o explotarlo a través de la hipoteca inversa”, comenta.

Desde su punto de vista, “en clave positiva hay que mencionar la contribución que hacen los bancos al fomentar la inversión en planes de pensiones de los deudores de hipotecas, al ofrecer descuentos en los diferenciales de tipo de interés si se contrata este producto”.

A su juicio, “con una pirámide poblacional invertida como tenemos en España, el ahorro a largo plazo debería ser una prioridad para nuestros gobernantes. El impulso oficial de los planes de pensiones de empleo no debería hacerse a costa de los planes de pensiones individuales.”

En este sentido, este experto recuerda que “el ahorro es el único remedio para hacer frente a una pensión pública decreciente, y seguramente insuficiente, con la que nos encontraremos la población activa cuando nos llegue la edad de jubilación».

Manuel Castellanos, presidente de la Asociación Nacional Abogados de Víctimas de Accidentes y Responsabilidad Civil ( ANAVA-RC) y de la sección de seguro y RC del ICAM, cree que «los cambios legislativos y la inflación es la tormenta perfecta que impide el ahorro». (Imagen: ICAM)

La tormenta perfecta impide ahorrar

Para Manuel Castellanos, presidente de Asociación Nacional Abogados de Víctimas de Accidentes y Responsabilidad Civil (ANAVA-RC) y presidente de la sección de responsabilidad civil y seguro del ICAM, “hay un problema añadido para la jubilación con el ahorro, y es que junto al fuerte incremento del IPC en los últimos años, ha coincidido con la salida de la pandemia del Covid-19 y muchas personas han consumido con exceso. Al final han tirado de esos ahorros que tenían y que han gastado para disfrutar de la vida”.

Junto a esto, este jurista indica que “el Gobierno ha desincentivado el ahorro para las pensiones, ya que como se sabe había un límite que desgravaba en los planes de pensiones individuales que ha ido descendiendo de tal forma que ahora es solo de 1.500 euros anuales. Es la tormenta perfecta que une todos estos elementos y que muestra difícil solución para resolverla en el futuro. Al final nadie ahorra, ni para el futuro ni para la jubilación”.

En su opinión, “esta subida histórica del IPC nunca la habíamos vivido en democracia. Desde los años ochenta no hemos tenido una inflación de dos dígitos como se vivió en los años ochenta. Al mismo tiempo la política fiscal del Gobierno es excesivamente recaudatoria y desincentiva el ahorro de la jubilación al no existir exenciones fiscales claras como las que hay en otros países de nuestro entorno”.

Desde su punto de vista, estos dos elementos son determinantes para que el consumidor no tenga espíritu de ahorro, sobre todo sabiendo de los problemas de las pensiones públicas para poder cubrir la vejez en el futuro de muchos jubilados. “Todo es más caro con ese IPC, desde la propia hipoteca, la cesta de la compra o los gastos comunes. Eso hace que se reduzca la capacidad de ahorro de muchas familias. La gente vive al día”.

Sobre la solución que plantea el Gobierno de los planes de empresa impulsados por el que fuera ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, cree que aún son una incógnita cómo van a funcionar en los próximos años. «Además, en la caja única donde van las pensiones que tienen unos ingresos delimitados por cotizaciones, hace un cálculo teniendo en cuenta un crecimiento de empleo y PIB que son idílicos. Porque esas tasas no se han hecho. Las pensiones se han pagado con nuestros impuestos. Ha hecho un cálculo muy optimista”, explica.

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