La jornada laboral de cuatro días y el teletrabajo, las exigencias de las nuevas generaciones
Expertos laboralistas debaten en ‘Economist & Jurist’ la posibilidad de que se implanten medidas que faciliten la conciliación de los trabajadores
(Diseño: Isabela Roldán/ E&J)
La jornada laboral de cuatro días y el teletrabajo, las exigencias de las nuevas generaciones
Expertos laboralistas debaten en ‘Economist & Jurist’ la posibilidad de que se implanten medidas que faciliten la conciliación de los trabajadores
(Diseño: Isabela Roldán/ E&J)
El panorama laboral en España se encuentra en constante transformación, viéndose este sector ante desafíos significativos que podrían moldear la manera en la hasta ahora los trabajadores venían prestando sus servicios a las empresas. Dos de los temas más candentes en este terreno son la implantación de la jornada laboral de cuatro días y el teletrabajo.
La adopción de la jornada laboral de cuatro días promete una redistribución del tiempo de trabajo que podría ofrecer una mejor calidad de vida para los empleados. Este cambio implica una reevaluación de la productividad, el equilibrio entre trabajo y vida personal, así como la eficiencia en el desempeño laboral. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre cómo las empresas pueden mantener su competitividad y alcanzar sus objetivos.
En este contexto, es esencial analizar las consecuencias tanto positivas como negativas que este modelo de trabajo puede tener en los trabajadores y las empresas si llegan a implantarse de forma definitiva en la estructura empresarial española. Por ello, con el objetivo de proporcionar una comprensión más profunda y perspicaz de los desafíos y oportunidades que se esperan para el año 2024, Economist & Jurist ha organizado una Mesa Redonda con varios expertos laboralistas.
Aitor Pérez Riquelme, socio abogado de Pérez-Girona Abogados & Asesores; Concepción Morales Vállez, magistrada suplente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid adscrito a la Sala de lo Social; Estela Martín, abogada y directora de Comunicación y RSC de la consultora SincroGO; y Alfredo Aspra, socio director de Labormatters Abogados; han analizado desde una visión panorámica la posible implantación de la jornada laboral de cuatro días en España.
Modelos más flexibles para atraer a generaciones venideras
La magistrada Concepción Morales Vállez afirma que sí saldrá adelante la jornada laboral de cuatro días de forma escalonada y que va a ser buena si no se elabora desde el punto de vista empresarial, sino desde el punto de vista del propio trabajador “porque tendrá más tiempo libre y va a poder organizarse mucho mejor para el ejercicio de la conciliación, de la corresponsabilidad”.
La ponente destaca la nueva “generación Z” y las personas provenientes de dicha generación, que exigen mejores condiciones en el trabajo y más tiempo libre. “Tenemos un pensamiento alejado de la realidad de lo que nos están pidiendo las generaciones venideras y las que ya están. Hay que cambiar nuestra manera de pensar e insisto en que el empleado siempre tiene que estar en el centro porque él es el que determina la productividad de la empresa, y no se pueden dirigir empresa sin trabajadores implicados, comprometidos y vinculados de verdad con el empresario”.
Por su parte, Estela Martín cree que la jornada de cuatro días trae consigo los mismos problemas que el teletrabajo: el presentismo como estilo de liderazgo todavía muy anclado en nuestro país, y el elevado absentismo que existe. La ponente esboza que “si no conseguimos solucionar en España estos dos problemas, será muy difícil articular en la práctica, de manera generalizada, la jornada de cuatro días”.
No obstante también destaca que “desde el punto de vista de dirección estratégica de personas me parece que es una herramienta que bien implantada, no solo favorece la conciliación de la vida personal y laboral, sino que además es una herramienta potentísima de atracción y fidelización del talento”.
Une esta idea a la ya esgrimida por la magistrada Morales sobre las nuevas generaciones de empleados: “Tenemos nuevas generaciones que ya vienen a los procesos de selección pidiendo o preguntado por modelos de teletrabajo, medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Al final a veces vemos las normas sólo desde el punto de vista laboral, es decir, normativa y jurisprudencial, pero esto hay que articularlo muy bien desde el punto de vista de las políticas de dirección estratégicas de personas porque ahora mismo las empresas españolas se están jugando la competitividad, la productividad, la atracción y fidelización del talento, y en la era de las redes sociales también la marca empleadora y la responsabilidad social corporativa”.
Estela Martín continúa su intervención asegurando que “habrá empresas que no les quedará otra que emigrar a modelos más flexibles, con más medios de conciliación y unas jornadas más adecuadas, que no lo hagan por convencimiento, sino porque acaben viendo que esto impacta directamente en la gestión de la plantilla que tengan. Al final la rotación de plantilla va a ser un coste elevado para la atracción y fidelización del talento”.
Un modelo poco realista en España
El abogado Alfredo Aspra no cree que con carácter general salga adelante la jornada laboral de cuatro días, aunque sí que ve posible que en sectores determinados pueda prosperar. “Ya hay organizaciones que están funcionando con cuatro días. Es un tema que no solo va a abrir debates, sino que también va a poner en valor términos como tiempos de presencia, tiempos de disponibilidad, descansos y otras cuestiones de gran relevancia, como son las horas extras”.
Más allá del impacto en las organizaciones, Aspra pone sobre la mesa las posibles consecuencias que podría traer consigo este modelo, las cuales advierte que podrían ser fuertes no sólo desde el punto de empleo, también de los hábitos de los consumidores, de las personas como población.
“No solo es una cuestión de trabajar menos, sino que el modelo de cuatro días implica introducir toda una serie de nuevos turnos con unas consecuencias económicas que habría que ver el impacto que tienen en el consumidor final. No se si al final con el salario, con la renta adquisitiva, el eventual incremento que podrían tener determinados productos y servicios serían accesibles a todo el mundo”, expone el experto.
“Habría que ver cómo vamos a un sistema donde sin renunciar, creo, al modelo del bienestar que tan buenos beneficios ha dado a Europa y a España en general, con algo sostenible porque sin trabajadores no hay empresas pero sin empresas tampoco hay trabajadores. Estamos condenados a buscar soluciones que valgan”.
En consonancia con la probable no implantación de la jornada de cuatro días, el letrado Aitor Pérez Riquelme comparte la idea de Aspra en cuanto a que no cree posible que vaya a tener una aplicación real, salvo en determinados sectores.
Pérez no considera que la implantación de este sistema sea realista en nuestro país y respalda su postura en el exceso de horas extras no declaradas, en el incumplimiento del deber del registro horario, en el nivel de productividad “super bajo” debido al tejido empresarial español que requiere de una demanda intensiva de mano de obra.
“Tratar de reconducir la jornada a menos horas con las características de nuestro mercado de trabajo realmente no me parece un planteamiento que vaya a ser realista ni que vaya a tener luego un impacto real en el día a día de los trabajadores”.