Perdonada una deuda de 82.600 euros a una mujer afectada por la crisis de la construcción
Había avalado la empresa de su padre y del que entonces era su marido y, además, tuvo que hacer frente a la cuantía pendiente de la hipoteca de su vivienda pese a que el banco la subastó
(Imagen: E&J)
Perdonada una deuda de 82.600 euros a una mujer afectada por la crisis de la construcción
Había avalado la empresa de su padre y del que entonces era su marido y, además, tuvo que hacer frente a la cuantía pendiente de la hipoteca de su vivienda pese a que el banco la subastó
(Imagen: E&J)
El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Murcia ha perdonado una deuda de 82.662,07 euros a una vecina de Totana, madre de cuatro hijos, cuya insolvencia se produjo a raíz de la crisis de la construcción de 2008 y el cierre de la empresa constructora de su exmarido y de su padre, la cual avaló personalmente.
El juez, tras examinar el caso, ha declarado que esta mujer es deudora de buena fe, por lo que ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad, exonerándola del pasivo insatisfecho. Un caso que ha llevado Bergadà Asociados, despacho especializado en Derecho Concursal.
Pese a haber prestado servicios como autónoma dentro del sector agrario durante temporadas concretas, a lo largo de su vida esta murciana ha trabajado principalmente por cuenta ajena dentro del sector servicios. Pero su situación económica se complicó en 2008, cuando dio comienzo la grave crisis inmobiliaria que sufrió el país.
A consecuencia de ello, la empresa de construcción titularidad de su padre y del que por aquel entonces era su marido, se vio obligada a cerrar y las deudas derivadas de ella afectaron de forma directa a la mujer, ya que avaló ésta personalmente, ascendiendo a unos 30.000 euros. «Todas las constructoras de la zona fueron cerrando por la crisis. En nuestro caso, la situación era todavía más grave, ya que estábamos implicada toda la familia, lo que supuso una mayor dificultad», informa la afectada.
A ello se sumó, previamente al cierre, que uno de los trabajadores sufrió un accidente laboral al caer por un andamio desde un cuarto piso y la familia decidió ayudarle económicamente.
Subasta
Además, tras el divorcio no pudo hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias, por lo que el banco inició un procedimiento de ejecución hipotecaria, siendo subastada la vivienda que hasta entonces había constituido su domicilio familiar. Al tratarse de una garantía hipotecaria muy superior al valor del inmueble, pese a la subasta quedó pendiente la liquidación de un remate que ha ido arrastrando hasta la actualidad, que asciende a 54.000 euros.
«Yo tenía un trabajo, pero el sueldo era insuficiente y a duras penas podíamos subsistir. Además, intentamos una dación en pago de nuestra casa, pero la sorpresa se produjo cuando el banco nos comunicó que se iba a subastar. Todo eran noticias negativas», lamenta.
Además, indica que, tras el divorcio, se tuvo que hacer cargo de todos los gastos de sus hijos, ya que su exmarido «no podía ayudar económicamente porque su situación era delicada».
Según expone la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Asociados, Marta Bergadà, esta familia «pasó por momentos muy delicados», y que pese a que en 2019 su clienta contrajo de nuevo matrimonio, «no pudo hacer frente a las deudas que tenía, por lo que tuvo que primar la subsistencia familiar y, en especial, la de sus cuatro hijos». De hecho, con el paso de los años esto «le fue afectando también psicológicamente». «Han sido 16 años muy complicados», reconoce la clienta de este despacho especializado en Derecho concursal.
A todo ello, hubo que sumar las constantes llamadas y comunicaciones de los bancos presionándola para que hiciera frente a las deudas. «Se producían varias veces al día y en cualquier momento. Incluso, enviaban cartas a las empresas donde trabajaba para intentar que parte de mi salario fuera destinado a cubrir esas deudas, lo que provocaba que tuviera que dar explicaciones de mi situación personal a mis jefes. Ojalá hubiera podido pagar, pero era imposible», expone la protagonista del caso.
Con una situación al límite y buscando una solución a ella, en diciembre del año pasado la mujer encontró en Facebook el Foro de la Ley de la Segunda Oportunidad que administra el despacho Bergadà Asociados. «Fue pura casualidad, ya que en ese momento estaba buscando información sobre el Ingreso Mínimo Vital y la Ley de la Segunda Oportunidad y encontré ese foro, el cual fue un auténtico descubrimiento. Previamente había contactado con tres abogados, pero ninguno de ellos me dio confianza, pero al entrar en el foro y ver las respuestas de Marta Bergadà tuve claro que tenía que ponerme en contacto con Bergadà Asociados y aunque el despacho está en la localidad leridana de Agramunt eso no iba a suponer un problema», comenta.
Procedimiento rápido
Así, tras una primera reunión y comprobar que era deudora de buena fe se inició todo el procedimiento. «Estaba en un momento crítico y desde el primer momento intentamos transmitirle que había una solución a su situación de insolvencia y que nos iba a tener a su lado para lo que fuera necesario», expone Marta Bergadà.
Por su parte, la clienta de Bergadà Asociados afirma: «Fue la mejor decisión que tomé, ya que a cualquier noticia que se iba sucediendo, iban informando, así como me iban explicando cómo avanzaba el procedimiento, transmitiéndome una tranquilidad que necesitaba después de tantos años de sufrimiento».
Finalmente, y tras poco más de tres meses, el pasado 22 de marzo, el magistrado-juez titular del Juzgado Mercantil número 3 de Murcia, Juan Ignacio Martínez Aroca, ha dictado el correspondiente auto perdonando una deuda de 82.662,07 euros a esta vecina de Totana gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.
«La llamada de Bergadà Asociados diciéndome que se me había exonerado el pasivo insatisfecho supuso una emoción muy grande y empecé a dar saltos de alegría. No me lo creía, lo he ido asimilando poco a poco. Ha sido un procedimiento rápido y ahora puedo descansar sin tener preocupaciones ni miedos, tales como que lleguen cartas a mi trabajo y tenga que dar explicaciones. Por eso, ahora veo el futuro con mucho más optimismo», declara la mujer.
Por su parte, la letrada Marta Bergadà explica que, «pese a que han pasado bastantes años desde la crisis de 2008 que tanto afectó al país y en especial al sector de la construcción, todavía hay personas que se encuentran ahogadas por las deudas que no pudieron hacer frente en su momento». «No nos cansaremos de repetir que la Ley de la Segunda Oportunidad es una gran aliada para todos los deudores de buena fe, ya que podrán volver a respirar con tranquilidad gracias a la exoneración del pasivo insatisfecho», concluye.