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La revolución tecnológica en la función jurídica: del análisis reactivo al proactivo

La inversión en herramientas de análisis de datos y la formación necesaria para su manejo son barreras iniciales que las empresas deben superar

(Imagen: E&J)

Blanca Bardín

Directora de NewLaw en PwC Tax & Legal




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




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La revolución tecnológica en la función jurídica: del análisis reactivo al proactivo

La inversión en herramientas de análisis de datos y la formación necesaria para su manejo son barreras iniciales que las empresas deben superar

(Imagen: E&J)



La digitalización de los departamentos jurídicos no ha sido un camino fácil. La profesión legal, con su tradicional cautela, ha mostrado en ocasiones resistencia a la adopción de nuevas tecnologías, lo que sumado a que los presupuestos de estos departamentos rara vez se han centrado en la inversión tecnológica, ha producido un retraso en su transformación digital en comparación con otras áreas de la empresa.

Afortunadamente, esta tendencia está cambiando. La creciente complejidad del entorno legal y la necesidad de una mayor eficiencia operativa están impulsando a los departamentos jurídicos a abrazar la digitalización. Las inversiones en soluciones tecnológicas para el mundo legal están aumentando, y con ellas, la capacidad de los abogados internos para desempeñar un papel más estratégico y proactivo en sus organizaciones.



La digitalización no es solo una herramienta para optimizar procesos, sino un catalizador para repensar el papel del departamento legal en la empresa. La integración de nuevas tecnologías en el mundo legal está marcando un antes y un después en la función de los abogados internos de las empresas. Este cambio de paradigma se sustenta en la capacidad de estos profesionales para gestionar y explotar grandes volúmenes de datos inherentes al negocio, lo que les permite no sólo responder a los desafíos legales sino también anticiparse a ellos.



La interpretación de los datos requiere de un conocimiento legal profundo, combinado con habilidades analíticas, lo que demanda un perfil profesional híbrido que aún está en desarrollo

La gestión de datos como herramienta predictiva

Los abogados internos tradicionalmente han desempeñado un papel reactivo, respondiendo a situaciones legales a medida que surgen. Sin embargo, con la llegada de herramientas de análisis de datos avanzadas, ahora tienen la capacidad de transformar grandes conjuntos de información en inteligencia de negocio. Contratos, poderes, reclamaciones y registros de juicios son ahora fuentes de datos que, correctamente analizados, pueden revelar patrones, tendencias y riesgos potenciales.

Identificación proactiva de riesgos

La minería de datos y la inteligencia artificial están permitiendo a los abogados internos identificar áreas de riesgo antes de que se materialicen en problemas legales. Por ejemplo, el análisis de contratos mediante algoritmos puede detectar cláusulas que frecuentemente están asociadas con disputas o litigios. Asimismo, el seguimiento de reclamaciones y su correlación con ciertas prácticas empresariales puede llevar a la implementación de cambios preventivos en la operativa de la compañía.



(Imagen: E&J)

El abogado interno como estratega de negocio

Esta capacidad predictiva convierte a los abogados internos en estrategas clave para el negocio. Ya no se limitan a ser el último eslabón en la cadena de toma de decisiones, sino que su análisis informado y basado en datos les permite asesorar a la dirección desde las etapas iniciales de la planificación estratégica. La capacidad de prever problemas legales y de cumplimiento se traduce en una ventaja competitiva significativa para la empresa.

Las empresas que logren integrar eficazmente las nuevas tecnologías en sus departamentos legales no solo mejorarán su capacidad para gestionar riesgos, también se posicionarán a la vanguardia en la innovación del sector legal

No obstante, la adopción de estas tecnologías también presenta desafíos. La inversión en herramientas de análisis de datos y la formación necesaria para su manejo son barreras iniciales que las empresas deben superar. Además, la interpretación de los datos requiere de un conocimiento legal profundo, combinado con habilidades analíticas, lo que demanda un perfil profesional híbrido que aún está en desarrollo.

La tecnología está facilitando la evolución del abogado interno de un rol reactivo a uno proactivo, donde la prevención y la estrategia de negocio se convierten en el núcleo de su actividad. Las empresas que logren integrar eficazmente las nuevas tecnologías en sus departamentos legales no solo mejorarán su capacidad para gestionar riesgos, sino que también se posicionarán a la vanguardia en la innovación del sector legal. La tecnología, por tanto, no es solo una herramienta, sino un catalizador esencial para el crecimiento y la sostenibilidad empresarial en el siglo XXI.