La magistrada Natalia Velilla nos recomienda podcast, libros y series para este verano
La titular del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Alcobendas (Madrid) ha estado de viaje en Sicilia
(Imagen: Cesión propia)
La magistrada Natalia Velilla nos recomienda podcast, libros y series para este verano
La titular del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Alcobendas (Madrid) ha estado de viaje en Sicilia
(Imagen: Cesión propia)
Queridos lectores, mi nombre es Natalia Velilla, y soy magistrada del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Alcobendas (Madrid), docente y escritora. Este años he aprovechado las vacaciones para viajar, leer novelas, escuchar podcast y ver series.
Las vacaciones son para disfrutarlas y, por ello, lo primero que he hecho este año ha sido borrarme de X (antes Twitter) mientras duren. Creo que es un ejercicio de descanso que recomiendo a todo el mundo. Sigo enterándome de lo que quiero enterarme y tengo más tiempo para leer y para estar con los míos. Una cura antipolarización no hace daño a nadie.
Aún me quedan muchos días de vacaciones, porque he tenido que trabajar en agosto atendiendo la guardia de internamientos psiquiátricos, pero, a día de hoy, puedo ya hacer algunas recomendaciones vacacionales de viajes, libros, películas, series y podcasts basándome en mis propias experiencias.
Lo malo de cogerse las vacaciones en agosto es que viajar se hace más gravoso por el calor, pero la conciliación familiar es la que manda y hay que tomarse el turismo estival con filosofía. Este año hemos hecho una ruta en coche alquilado por Sicilia, mi tercera vez en la isla, que me enamoró desde que fui la primera vez. Aunque en esta isla suelen registrarse las temperaturas más elevadas de Europa en verano, los sicilianos están habituados al calor y cuentan con climatización en todas partes, hielo en los bares y lugares donde refrescarse. De hecho, pasé más calor en Berlín en agosto de 2019 del que he pasado en Sicilia este año, precisamente por esto.
Volando desde Madrid a Palermo, visitamos esta última ciudad, Monreale y Cefalú, tres poblaciones al noroeste de la isla, que forman el conjunto arabo-normando patrimonio de la UNESCO por sus iglesias en estilo bizantino. Destaco por su belleza el Pantocrátor de la catedral de Cefalú (es una representación de Dios Todopoderoso), a quien tenía ganas de conocer desde hace mucho tiempo. Cefalú es una ciudad costera, escenario de Cinema Paradiso, tan turística como bella y con una playa de aguas cristalinas y frescas. Antes de llegar a esta ciudad, hicimos parada en Caccamo, con su fortaleza medieval sobre una roca.
Desde Cefalú bajamos hacia la zona sudeste, a Agrigento y el Valle de los Templos, donde existe un conjunto monumental patrimonio de la UNESCO con templos griegos mejor conservados que en la propia Grecia. Hacía bastante calor, pero mereció la pena. Desde allí nos dirigimos a Piazza Armerina, un pueblo típicamente siciliano donde dormimos frescos, cenamos comida casera siciliana y vimos en la plaza del pueblo un ballet contemporáneo con óperas de Puccini.
La parada en Piazza Armerina tenía por objeto visitar una de las joyas indiscutibles de Sicilia: el palacio romano de Casale, también patrimonio de la UNESCO que te deja literalmente sin habla. Está en perfecto estado de conservación gracias a que fue sepultado por un aluvión de lodo que lo mantuvo oculto durante siete siglos. Desde allí visitamos Cartagirone y su escalera de Santa María, cuna de la cerámica siciliana donde compré unas Testi di Moro típicas (un objeto decorativo a caballo entre lo hortera, lo tétrico y lo maravilloso); Modica, famosa por su chocolate elaborado al estilo mexicano y Ragusa, con su ciudad moderna y Ragusa Ibla, la antigua, una belleza en piedra caliza.
Finalizamos el viaje con parada en Noto y su torrente de barroco, Siracusa y su isla de Ortigia, con los atardeceres más bonitos que he visto, su cultura, sus templos griegos y sus leyendas aretusanas; el volcán Etna, cuyo cráter Voragine estaba en erupción cuando lo visitamos, por lo que pisamos piroclásticos recientes que crujían al pasar como la nieve virgen; y, finalmente, Taormina y su balcón privilegiado al mar. Volvimos a Madrid desde Catania.
No dejéis de visitar Sicilia, su gastronomía (recomiendo desayunar granita con brioche), sus vinos (los del Etna son maravillosos), sus Spritz, sus playas, sus gentes y su cultura tan ecléctica: una isla que ha sido ocupada por griegos, romanos, árabes, normandos y españoles.
Ahora toca descansar en mi segunda patria, Alicante, y dedicarme unas cuantas jornadas a mi deporte favorito, el buceo.
Para los ratos de solaz veraniego, recomiendo, sobre todo, la literatura. Me he leído una novela que me recomendó mi amiga y magistrada de Jerez, Marien Ortega: En el lado salvaje, un country noir, escrita por Tiffany Mc Daniel y editado por Hoja de Lata. Un descenso a los infiernos de las drogas y la prostitución de una generación de mujeres que no importaban a nadie, perdidas en un pueblo de Ohio en los años 90. Una novela dura y atrayente, entre el thriller, el realismo mágico y el costumbrismo, con un trasfondo feminista. Recomiendo leerlo en memoria de Las reinas de Chillicothe.
Ahora continúo con Thule, el sueño del norte, de Elisa Beni, editado por Roca Editorial. Un cambio total de registro, ya que es una novela historiada de aventuras sobre el exilio del matrimonio formado por un diplomático de la Sociedad de Naciones y su esposa a «La Inexpugnable», una isla mítica imaginaria situada en el Mar del Norte y que no aparece en los mapas, elegida por los protagonistas para huir de la segunda guerra mundial y del final de la guerra civil española. Aventuras e historia.
Como series, recomiendo para quienes no la hayan visto, en Amazon Prime, Daisy Jones and the Six. Aunque la vi el verano pasado, la estoy volviendo a ver porque me gustó tanto que la echaba de menos: amor, música, actores increíbles y un guion fantástico. No defrauda y te quedas con ganas de más. También recomiendo la trilogía de Yellowstone (1883, 1923 y Yellowstone, en SkyShowtime).
Películas no recomiendo ninguna reciente. Últimamente los veranos se llenan de películas eternas de más de tres horas y la mayoría de ellas son remakes. Perece como si la humanidad estuviera huérfana de creatividad. Prefiero ver cine de siempre en Filmin, aunque este verano he visto una película de 2023 que me ha gustado mucho (si eres amante del cine de terror): Late night with the Devil, muy original y gamberra, como a mí me gustan.
Soy adicta a los podcast y este verano me he terminado de escuchar Algo Humanos, de Querty podcast, con mi amigo David Cerdá y su fantástico compañero Juan Carlos Blanco, donde hablan de temas de siempre con perspectivas de ahora, sin pelos en la lengua: fidelidad, compromiso, ideología, redes sociales… y mucha filosofía. En otro registro, me ha gustado también mucho X Rey y X Rey II, de The Story Lab, donde te cuentan a lo largo de varios capítulos cómo fue el reinado de Juan Carlos I, con sus claroscuros, haciendo acopio de material sonoro y utilizando la IA para reproducir la voz de Franco. La segunda parte versa acerca del actual rey Felipe VI. De obligada escucha.
En fin, que las vacaciones dan para lo que dan y lo que realmente importa es dormir, dedicarse a la familia y pasar tiempo con las personas a las que quieres. El descanso no solo tiene que ser el cuerpo, sino también del alma.
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