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De Almería a Madrid, pasando por Málaga: el LAJ Diego Fierro exprime al máximo su verano

“Necesitaba un buen respiro y una oportunidad para desconectar, reflexionar y disfrutar”

(Imagen: Cesión propia)

Tiempo de lectura: 6 min

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De Almería a Madrid, pasando por Málaga: el LAJ Diego Fierro exprime al máximo su verano

“Necesitaba un buen respiro y una oportunidad para desconectar, reflexionar y disfrutar”

(Imagen: Cesión propia)



¡Hola! Soy Diego Fierro Rodríguez, letrado de la Administración de Justicia en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº6 de Estepona, Málaga.

Este verano ha sido diferente para mí en muchos aspectos. Después de dos años en los que el trabajo y las obligaciones me dejaban con un escaso margen en mi querido partido judicial de Berja —principalmente por los distintos procesos electorales desarrollados en 2022 y 2023, la inabarcable e implacable pendencia arrastrada desde muy atrás en los infradotados juzgados mixtos de Berja y las sustituciones de mis sucesivos compañeros, todo ello con guardias alternas cada dos semanas y la vigilancia constante del Registro Civil y de los asuntos de violencia de género cuando cubría al compañero, no siendo yo el único letrado de la Administración de Justicia que se encuentra o se ha encontrado en esa situación con todos los consiguientes padecimientos—, decidí que necesitaba un buen respiro y una oportunidad para desconectar, reflexionar y disfrutar del verano.



El punto de partida de este verano fue un evento que, aunque marcadamente profesional, resultó ser un puente comunicante de los entresijos del Derecho con la oportunidad de reencuentro con la naturaleza y la cultura: las XXXV Jornadas de la Fe Pública Judicial en Almería. Estas jornadas, que se celebraron del 5 al 7 de junio, fueron organizadas de manera impecable por María José Cañizares Castellanos, secretaria coordinadora provincial de Almería.

La experiencia que nos brindó fue mucho más que una sucesión de conferencias y ponencias; además de una ventana a la reflexión sobre el futuro del Derecho y la Administración de Justicia en un mundo cada vez más digitalizado y dominado por la inteligencia artificial, constituyó un recordatorio de la importancia de conectar con nuestro entorno y con las personas que comparten nuestra vocación, aunque, ciertamente, lo que hizo realmente especial esta experiencia fue la manera en que María José logró combinar el rigor académico con la belleza intrínseca de Almería. Nos permitió explorar no solo ideas y conceptos, sino también algunos espacios singulares de la provincia. Las excursiones a lugares como Cabo de Gata no fueron meros paseos turísticos; fueron momentos para detenernos y apreciar la grandeza de lo que nos rodea más allá de nuestros despachos y oficinas, con grandes vistas a valorar en Almería.

Arrecife de las Sirenas en Almería. (Imagen: Diego Fierro/ Cesión propia)



El regreso a Estepona después de estas jornadas fue un retorno a la realidad, aunque con una nueva perspectiva. Las semanas que siguieron fueron de intenso trabajo para aprovechar la mayor tranquilidad que en lo Civil viene con el verano y, pese a determinadas situaciones algo más problemáticas en lo Penal, llevaba conmigo la serenidad y el enfoque renovado que había ganado en Almería. Fue un intenso periodo de dedicación con laborales que, aunque resulten arduas, deben calificarse como satisfactorias.

Y entonces, llegó el momento de las verdaderas vacaciones. Decidí que la primera fase de este descanso merecía ser en mi querida Málaga. Hay algo especial en volver a casa, en caminar por las calles que te vieron crecer, en sentir el pulso de una ciudad que lleva en su esencia una mezcla perfecta de tradición y modernidad. Málaga, con su luz única y su gente, nunca deja de sorprender, pues cada rincón tiene su historia y cada momento es único.

No obstante, como todo lo bueno, este periodo en Málaga llegó a su fin, y era momento de volver a la responsabilidad, a mi querido juzgado de Estepona. Después de la Feria, me aguarda una semana de guardia. Lejos de verlo como un retorno abrupto a la realidad, lo consideré una transición necesaria, una oportunidad para retomar el contacto con el pulso del trabajo procesal, pero también para preparar el terreno para la siguiente fase de mis vacaciones, a principios de septiembre. Durante esta semana, aprovecharé para organizarme, adelantar trabajo, y asegurarme de que todo esté en orden antes de volver a desconectar. Concluida esta etapa, ya planifico lo que va a resultar en la culminación de mis vacaciones: un plan con amigos para visitar las tranquilas aguas de Estepona.

El verano no termina ahí. Madrid, con su singular aura, será el destino final de mi temporada de descanso, que, con una buena planificación, he podido alargar de manera gratificante. La capital de España es una ciudad que nunca deja de inspirarme, con su mezcla de historia, su vibrante vida cultural y su capacidad para reinventarse constantemente. Es un lugar que siempre me ofrece algo nuevo o algo que me sorprende y me invita a reflexionar. En estos próximos días, espero visitar a buenos amigos y volver a ver a personas que en el día a día, de un modo u otro, me acompañan en lo profesional desde la distancia.

(Imagen: Diego Fierro/ Cesión propia)

Recomendaciones

Expuesto lo anterior, como no podía ser de otra manera, en este tiempo de descanso también ha habido espacio para el cine. Si tuviera que recomendar una película que ha sido un auténtico soplo de aire fresco este verano, sería Deadpool y Lobezno. Aunque su trama pueda no ser la más elaborada, lo que la hace especial es su capacidad para mezclar humor, acción y un sinfín de guiños a la cultura «pop».

Es una película que, más allá de su superficialidad aparente, tiene un mensaje sobre la redención y sobre cómo incluso los personajes más desastrosos pueden encontrar su camino hacia algo mejor. Es una película que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión, todo mientras te arranca más de una carcajada con sus homenajes a un pasado del que no podemos avergonzarnos.

En cuanto a la lectura, más allá de algunos vistazos a trabajos sobre inteligencia artificial y documentos académicos que tenía que revisar para preparar el siguiente número de la Revista Acta Judicial —publicación que, con la edición del Colegio Nacional de Letrados de la Administración de Justicia, codirijo desde hace varios meses con mi estimado compañero Jaume Herraiz Pagès—, este verano he podido sumergirme en los inquietantes mundos de Obras esenciales de H.P. Lovecraft.

Este autor no es solo un maestro del terror, pues es también un creador de mundos, un autor que nos invita a explorar los rincones más oscuros y desconocidos de la mente humana. Sus relatos no solo asustan, en la medida en que también fascinan, sino que atraen hacia lo desconocido y obligan a cuestionar nuestra percepción de la realidad.

Leer a Lovecraft es siempre un viaje, una aventura que nos lleva más allá de los límites de lo conocido y nos sumerge en un universo donde lo imposible no solo es posible, sino que es la norma, formando un recordatorio de que, aunque a menudo nos refugiemos en lo familiar y lo seguro, siempre hay un mundo más allá, un mundo lleno de misterios y maravillas esperando ser descubierto.

“La vida es algo más que trabajo y obligaciones”

En definitiva, este verano ha sido un bálsamo indispensable. Un tiempo para detenerse, para apreciar lo que realmente importa y para recordar que la vida es algo más que trabajo y obligaciones. Es un equilibrio constante entre el deber y el placer, entre lo conocido y lo nuevo. Septiembre llegará, y con él volverán las responsabilidades y los retos, pero, por ahora, es tiempo de disfrutar del presente, de la compañía de los seres queridos y de la belleza tan simple de un verano bien aprovechado.

Nos reencontraremos en septiembre, cuando la rutina vuelva a marcar el ritmo de nuestras vidas y se comiencen o reanuden los proyectos pendientes, pero, hasta entonces, os deseo a todos un tiempo de descanso y renovación, apurando lo que queda. Que este verano pueda ser considerado una oportunidad para recargar energías, reflexionar y disfrutar de todo lo bueno que la vida tiene para ofrecer es lo que hace falta para poder lanzar una motivada mirada hacia el futuro.

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Queridos lectores y colaboradores, en Economist & Jurist queremos invitaros a formar parte de una iniciativa especial de verano, compartiendo con nosotros vuestras experiencias, recomendaciones y momentos destacados de esta estación tan esperada.

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