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Jucil denuncia que los guardias civiles en prácticas comenzarán a patrullar sin la equipación completa y con chalecos antibala que no son de su talla

Informa que la academia de Baeza (Jaén) ha obligado a los nuevos guardias a devolver los trajes de faena, y los abrigos que han utilizado serán reciclados para la próxima promoción

Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil, explica las deplorables condiciones en las que ejerce la 129ª Promoción. (Imagen: RTVE)

Rosalina Moreno

Redactora jefa




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




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Jucil denuncia que los guardias civiles en prácticas comenzarán a patrullar sin la equipación completa y con chalecos antibala que no son de su talla

Informa que la academia de Baeza (Jaén) ha obligado a los nuevos guardias a devolver los trajes de faena, y los abrigos que han utilizado serán reciclados para la próxima promoción

Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil, explica las deplorables condiciones en las que ejerce la 129ª Promoción. (Imagen: RTVE)



La Asociación Profesional de la Guardia Civil (Jucil) ha denunciado hoy que la 129ª promoción de guardias civiles en prácticas, que inicia estos días su labor de aprendizaje en los destinos a los que han sido enviados, «comenzará a patrullar sin la equipación completa y con chalecos antibala que no son de su talla».

«A pesar de la presentación mediática que en estos días harán muchos de los subdelegados del Gobierno en España, en la que se presentará esta llegada de nuevos compañeros en prácticas como si fuera un refuerzo que soluciona los problemas de falta de personal en la Guardia Civil, la realidad es que la manera que en la que se produce esta incorporación muestra el abandono que sufrimos los guardias civiles por parte de la Administración», critica Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil.



Sin uniforme y con ropa ya usada por anteriores compañeros

También informa que los agentes en prácticas, antes de que se incorporaran a sus destinos, “han sido obligados a devolver el anorak de abrigo que utilizaron durante su formación, el cual había sido usado previamente por la 128ª promoción y que será reciclado de nuevo para la próxima promoción», y destaca que «es inaceptable que los nuevos guardias usen ropa de segunda mano, algo que no debería permitirse en un cuerpo de seguridad con tanta responsabilidad”.



Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil. (Imagen: Jucil)

Agustín Leal explica que los agentes en prácticas también fueron obligados a entregar el traje de campaña que usaron en la academia, para que sea reutilizado por la siguiente promoción. «Hemos visto que, durante buena parte de su formación, muchos de estos agentes tuvieron que estar sin uniforme, utilizando ropa de paisano e incluso, en el mejor de los casos, fueron provistos de un chándal y tres camisetas para pasar una semana completa de trabajo». «Esta situación es humillante y muestra una preocupante falta de previsión por parte de las autoridades competentes», declara el portavoz de Jucil.



Escasez materiales o son «inadecuados»

Leal hace hincapié en que estos guardias en prácticas están aprendiendo, no son profesionales plenamente cualificados, y que «enviar a un guardia en formación a patrullar con un solo compañero es insuficiente». Para Jucil, lo correcto sería que estuvieran «acompañados por dos guardias experimentados, quienes puedan darles el apoyo y formación continua que necesitan en estas etapas iniciales».

En cuanto a que «algunos» de estos guardias civiles hayan recibido chalecos antibalas que no se ajustan a su talla, destaca que es «una circunstancia que agrava la situación». «Un chaleco antibalas mal ajustado es un chaleco que no ofrece una protección adecuada. Por ejemplo, si es demasiado grande, es posible que dificulte el uso del arma o de la defensa extensible y esto pone en peligro a nuestros compañeros en prácticas», precisa.

(Imagen: Archivo)

Jucil subraya que es «fundamental» que los guardias, incluso durante el periodo de sus prácticas, dispongan de un equipo que les garantice total seguridad». “La sociedad española no debe permitir que se juegue con la seguridad de quienes están formándose para protegernos. Por ese motivo, exigimos de la Administración soluciones inmediatas para corregir esos errores”, concluye el secretario de comunicación de Jucil.

Jucil afirma que la Administración «arriesga la vida de guardias civiles y policías
sólo por el juego político de que Bildu apoye los Presupuestos Generales»

Recientemente, esta asociación también ha expresado su «preocupación» y «rotundo rechazo» a la reciente «cesión del Gobierno a EH Bildu, que permitirá la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana». Este acuerdo, alcanzado en plena negociación de los Presupuestos de 2025, incluye cambios que, según Jucil, «ponen en peligro la vida de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional al debilitar su capacidad de actuación frente a situaciones críticas».

El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, magistrado en situación de servicios especiales. (Imagen: Moncloa)

“La nueva ley que se apruebe debería llamarse ‘Ley de Odio a la Policía y Guardia Civil’. Lo que el Gobierno está haciendo es desproteger a quienes día a día arriesgan sus vidas para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Esta reforma no responde a una demanda social, sino a un interés político por parte del PSOE de obtener el respaldo de Bildu para sacar adelante los Presupuestos”, sostiene Agustín Leal.

Alerta de que miles de familias de guardias civiles podrían perder su  asistencia sanitaria por la pugna de la Administración con las aseguradoras

Por otra parte, Jucil también ha alertado de que «miles de familias de guardias civiles podrían perder su  asistencia sanitaria por la pugna de la Administración con las aseguradoras». «La desaparición del sistema de mutuas obligaría a los guardias civiles a optar por la asistencia sanitaria pública, agravando la saturación del sistema», denuncia esta asociación, Jucil critica «la opacidad con la que se informa sobre la situación del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) en este conflicto, y demanda una asistencia sanitaria de calidad para los guardias civiles».