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El informe Draghi y la competitividad europea

El expresidente del BCE ha elaborado un documento clave en el que presenta los aspectos que determinarían el futuro económico de Europa

(Foto: Recurso)

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El informe Draghi y la competitividad europea

El expresidente del BCE ha elaborado un documento clave en el que presenta los aspectos que determinarían el futuro económico de Europa

(Foto: Recurso)



Mario Draghi ha sido uno de los líderes europeos de referencia en las últimas décadas, hasta el punto de que su labor al frente del Banco Central Europeo en la época más dura de la recesión y los rescates fue fundamental para la propia pervivencia del euro, dada su tenaz política en este sentido, ejemplificada en la frase ‘whatever it takes‘ con la que mostró su predisposición a hacer todo lo necesario en pos del mantenimiento de la moneda única.

Esta preeminente figura, que también tuvo una etapa como primer ministro de Italia, recibió el encargo de la Comisión de realizar un informe prospectivo sobre el modo en el que Europa debe orientar su camino para lograr ser más competitiva a largo plazo.



El documento de más de 400 páginas vio la luz recientemente, y señala tres ejes básicos de actuación para los próximos años:

Reducción de la brecha tecnológica

Estados Unidos y China están actualmente a la cabeza en innovación, particularmente en lo que se refiere a nuevas tecnologías disruptivas, como es el caso de la Inteligencia Artificial. Un indicador clave a este respecto es la valoración de mercado que tienen los grandes colosos tecnológicos en índices bursátiles específicos como el Nasdaq, como bien saben quienes hacen Trading en España con Plus500, ya que esta plataforma ofrece información sobre la evolución de la cotizaciones en los principales indicadores.

Para Draghi la clave para reducir la brecha tecnológica estribaría en poner en valor el talento y la vocación de emprendimiento que también hay en Europa (a este respecto no ve diferencias con los países avanzados en la materia), lo que requiere un impulso legislativo para eliminar regulaciones y trabas que obstaculizan el desarrollo del sector.



Como prueba de su argumentación, el expresidente del BCE esgrime en el informe el dato demoledor de que Europa ha perdido cerca del 30% de sus unicornios (startups prometedoras que superan los mil millones de valoración), al trasladar sus sedes a otros países con legislaciones más amables.

Asimismo, Mario Draghi aboga por aumentar la inversión en I+D y en conectividad para la industria, para que esta se pueda beneficiar de los nuevos paradigmas tecnológicos y ser más competitiva. Y ya desde una perspectiva más general, habría que promover que todos los europeos desarrollen las destrezas precisas para poder percibir el efecto beneficioso de las nuevas tecnologías que están emergiendo.

Avanzar en la descarbonización para ganar en competitividad

Europa paga unos precios muy altos por la energía en comparación con países como Estados Unidos. Algo que acaba lastrando las perspectivas económicas de las empresas europeas.

El problema obedece a la falta de recursos energéticos como el petróleo o el gas natural, pero también a disfunciones en la conformación del mercado energético comunitario, que afloran especialmente en determinadas coyunturas que hacen que se disparen los costes de suministro para empresas y hogares.

Al margen de promover iniciativas legislativas correctivas, el informe Dragui aboga por incrementar la apuesta por la descarbonización, con un plan coherente y ambicioso como el que está desarrollando China en la actualidad, que no por casualidad está a la vanguardia en ámbitos clave como el coche eléctrico.

La receta para el expresidente del BCE sería profundizar en la innovación en el ámbito de las tecnologías limpias, yendo un paso más allá de los incentivos que supusieron planes como el Fondo Next Generation EU, que tenía en la transformación energética uno de sus principales vectores.

Hacia una Europa más independiente

La reducción de la brecha tecnológica y la expansión de la descarbonización harán que Europa sea menos dependiente, otro de los puntos clave que señala el informe, para que el viejo continente pueda encontrar su lugar como espacio económico y político relevante en las próximas décadas, junto a los grandes colosos actuales Estados Unidos y China.

Pero hay más aspectos que determinarán la independencia y seguridad europeas, como son las materias primas críticas, de las que Europa depende para su suministro de proveedores muy escasos, con todo lo que ello implica.

De ahí, que el informe abogue por desarrollar una Ley de Materias Primas Fundamentales, que reduzca la dependencia en este ámbito, particularmente en lo que se refiere a recursos tecnológicos tan críticos como los chips, procedentes de Asia en un 80-90%.

También, Dragui destaca la relevancia de dotarse de una estrategia de defensa que haga a Europa menos dependiente de sus aliados, así como la importancia de no quedarse atrás en la carrera espacial con una mayor inversión.

Estas serían para Mario Dragui las medidas esenciales en aras de salvaguardar la independencia y competitividad europea en las próximas décadas, para lo que propone una inversión suplementaria de entre 750.000 y 800.000 millones de euros anuales, que no saldrían del presupuesto comunitario sino de la creación de un nuevo fondo al estilo del que se aprobó por la pandemia, que otra vez estaría respaldado por una emisión conjunta de deuda.