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Despachos y Abogados

Javier Fernández-Lasquetty liderará, como ‘of counsel’, propiedad intelectual e industrial en un renovado Ramón y Cajal Abogados

Trabajará codo con codo con Norman Heckh, con quien ya coincidió hace más de veinte años en Baker Mckenzie

Javier Fernández-Lasquetty y Norman Heckh, un tándem de primer nivel en derecho tecnológico para Ramón y Cajal Abogados. (Imagen: Ramón y Cajal Abogados)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




Despachos y Abogados

Javier Fernández-Lasquetty liderará, como ‘of counsel’, propiedad intelectual e industrial en un renovado Ramón y Cajal Abogados

Trabajará codo con codo con Norman Heckh, con quien ya coincidió hace más de veinte años en Baker Mckenzie

Javier Fernández-Lasquetty y Norman Heckh, un tándem de primer nivel en derecho tecnológico para Ramón y Cajal Abogados. (Imagen: Ramón y Cajal Abogados)



La gestión de intangibles, como son las patentes y las marcas y la defensa de la propiedad intelectual, han convencido a las grandes firmas jurídicas. Junto a los despachos especializados como Elzaburu, Abril Abogados o Baylos, entre otros, se ha asentado esta práctica en los principales bufetes de la abogacía de los negocios de nuestro país.

En esta oportunidad ha sido Ramón y Cajal Abogados —bufete creado en 1986 por Pedro Ramón y Cajal, Rafael Mateu y Francisco Pala— quien bajo las directrices de Norman Heckh, su socio responsable en derecho tecnológico y privacidad, ha acometido el fichaje de Javier Fernández-Lasquetty, uno de los abogados de más prestigio en la práctica de propiedad intelectual e industrial, TIC y derechos de la imagen del país.



La firma, ahora dirigida por Francisco Palá, abogado del Estado en excedencia como los otros dos socios fundadores, en el último mes ha incorporado a un equipo de bancario de Squire Patton Boggs y a Carlos Garnica, como socio de procesal —letrado en los últimos veintidós años de la asesoría jurídica de Banco de Santander—.

Fernández-Lasquetty al cumplir los 67 años estaba obligado a dejar Elzaburu, firma en la que ha brillado con luz propia en los últimos veinte años como experto en propiedad intelectual e industrial. Sin embargo, en estos últimos meses ha estudiado varias ofertas hasta aceptar la de Ramón y Cajal Abogados, con Heckh como cabeza visible del área de derecho de las nuevas tecnologías y compañero de actividad en Baker Mckenzie, donde coincidieron en el año 2000.

Resumir el currículum de Javier Fernández-Lasquetty no es sencillo. Es hablar de 42 años de ejercicio profesional. Primero en el mundo empresarial en empresas como Infoleasing o Fujitsu, como asesor jurídico, para luego desde 1997 vincularse a la abogacía, primero en Baker Mckenzie, donde fue socio siete años como responsable de esta área en la oficina de Madrid de este despacho internacional, hasta su salto en Elzaburu, donde ha estado sus últimos 20 años y diez meses como uno de sus referentes.



Los que le conocen le definen como un abogado total. A su capacidad de asesoramiento a las empresas en esta materia y defensa de sus intereses vía litigación, se le ha unido su vocación por la docencia universitaria que mantiene activa en la actualidad. “Siempre he dicho que ser formador me ha hecho con los años mejor abogado”, afirma.

Para Fernández-Lasquetty, este es un momento apasionante para cualquier abogado vinculado a la propiedad intelectual e industrial. (Imagen: Ramón y Cajal Abogados)

De hecho, ahora es profesor y coordinador de Propiedad Intelectual en programas de LLM del IE Law School, y ha sido profesor invitado en los programas de máster de la Universidad Carlos III, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Alicante y Universidad de Navarra.

Como jurista, es presidente de la Sección de Propiedad Intelectual e Industrial del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), panelista del Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI y miembro de su Advisory Board. También ha participado en proyectos como Mediautor, centro especializado de mediación en propiedad intelectual e industrias culturales, fruto del acuerdo entre la propia OMPI y el Instituto Autor, que preside la abogada Marisa Castelo.

A su vez, forma parte de la junta directiva de DENAE, asociación profesional de juristas especializada en el emergente derecho del entretenimiento, así como de organizaciones como LES España & Portugal y Co Vicechair del LES International Trademarks, Designs, and Merchandising Committee. Finalmente, es miembro activo de asociaciones profesionales como AIPPI, ALAI e INTA.

La pasión de ser abogado

En declaraciones a Economist & Jurist, Javier Fernández-Lasquetty se siente ilusionado ante esta nueva etapa profesional, en un despacho que está haciendo una apuesta importante por el derecho y las nuevas tecnologías: “Ahora mi trabajo va a ser centralizar la actividad existente del despacho en propiedad intelectual e industrial y potenciar su crecimiento en los próximos años. No cabe duda que la presencia de Norman Heckh en esta práctica me ha impulsado a inclinarme por la oferta de Ramón y Cajal Abogados”.

Al mismo tiempo, subraya que “es para mí un honor y un orgullo pasar a formar parte de un despacho de la categoría, prestigio y reconocimiento de Ramón y Cajal, un lugar donde sé que voy a poder desarrollar al máximo mis capacidades y, sobre todo, aportar toda mi formación, experiencia y know how en un área decisiva en la práctica jurídica, siempre al servicio de los clientes para darles el mejor y más innovador servicio”.

Nuestro interlocutor no oculta que el momento actual, a nivel tecnológico y de gestión de intangibles, es complejo pero está lleno de retos. “La llegada de la inteligencia artificial (IA) lo va a cambiar todo y hay que conocer bien el uso de esta tecnología así como el entorno regulatorio que marca su uso de acuerdo con la normativa establecida”, explica.

Norman Heckh cree que Fernández-Lasquetty es la pieza clave para desarrollar esta área de propiedad intelectual e industrial que demandan los clientes de este despacho

Este letrado ya lleva algo más de una semana en su nuevo reto profesional de la madrileña calle Almagro, donde junto a Ramón y Cajal coexisten otros despachos de abogados de prestigio como son Cuatrecasas y Linklaters, donde ya ha tenido oportunidad de intercambiar impresiones con sus nuevos compañeros de firma. Un equipo de diez abogados que presumiblemente crecerá para dotar a nuestro interlocutor de letrados de apoyo para desarrollar este área jurídica.

La apuesta tecnológica de la firma

Según Norman Heckh, socio responsable de esta práctica, “con la incorporación de Javier, Ramón y Cajal Abogados complementa el área de Tecnologías de la Información potenciando de forma significativa la especialidad de Propiedad Intelectual e Industrial. Nuestro área, formada por diez profesionales, tiene un gran potencial de crecimiento y cuenta ya con un amplio reconocimiento en el mercado, como ponen de manifiesto directorios jurídicos tan acreditados como Chambers o Legal 500”.

Al mismo tiempo, nos confiesa que “esta idea la tenía ya en la cabeza hace años; el poder contar con un profesional que liderarse el área de propiedad intelectual e industrial, muy relacionada con la tecnología. Hemos realizado alguna actividad esporádica, pero necesitábamos un abogado con la capacidad de liderazgo del propio Javier. Nuestra profesión es dura, pero es intelectualmente muy activa. Además, la experiencia y el conocimiento marca una diferencia en el sector legal y ofrece garantías a las empresas en temas complejos donde se necesita un abogado que marque esas pautas legales”.

Respecto al papel que puede desempeñar el nuevo of counsel de la firma, Heckh destaca que “será un refuerzo en toda la parte de litigación en propiedad industrial, con todo lo relacionado con impresiones en 3D, las complejidades relacionadas con las patentes y marca. Al mismo tiempo, nos será de gran ayuda para gestionar la implementación de la IA en los clientes y su asesoramiento legal desde el Reglamento de IA aprobado el pasado mes de agosto. En muchos casos habrá que determinar quién asume la responsabilidad de un daño generado por el uso de estas herramientas”.

Este letrado, que se incorporó hace diez años a Ramón y Cajal Abogados, recuerda con agrado aquella etapa en Baker Mckenzie, donde ambos coincidieron: “Él ya era un abogado reputado, director del área, y yo en ese momento era un joven letrado fascinado por las nuevas tecnologías. Pese al paso del tiempo no hemos perdido el contacto profesional y personal, y en esta ocasión se ha planteado la oportunidad de trabajar juntos de nuevo en una etapa llena de retos, tanto a nivel de tecnología como de normativa que se avecina, tanto nacional como comunitaria”.