Perdonados 30.600 euros a una mujer que no pudo afrontar los préstamos que pidió al quedarse sin trabajo por el Covid
Trabajaba en el sector de la hostelería y tras un ERTE fue despedida, por lo que tuvo que pedir ayuda financiera para los gastos del día a día
(Imagen: E&J)
Perdonados 30.600 euros a una mujer que no pudo afrontar los préstamos que pidió al quedarse sin trabajo por el Covid
Trabajaba en el sector de la hostelería y tras un ERTE fue despedida, por lo que tuvo que pedir ayuda financiera para los gastos del día a día
(Imagen: E&J)
El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria ha perdonado una deuda de 30.602 euros a una mujer de Lanzarote que se dedicaba al sector de la hostelería y se vio inmersa en una situación de endeudamiento al no poder hacer frente a los préstamos que solicitó durante la pandemia del coronavirus al quedarse sin trabajo y tener que afrontar los gastos diarios.
El magistrado Alberto López Villarrubia ha aplicado el mecanismo de la Segunda Oportunidad y le ha concedido la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI), al tratarse de una deudora de buena fe.
«Como tantos otros trabajadores del sector hostelero que se quedaron sin trabajo por la crisis causada por el coronavirus, solicitó préstamos para afrontar el día a día, pero los ha ido arrastrando hasta la actualidad. Además, muchas entidades bancarias también se aprovecharon de ellos haciéndoles creer que pidiendo otros o tarjetas de crédito podrían salir adelante. Estaba en una situación de gran vulnerabilidad y sin saber qué hacer», declara a Economist & Jurist la abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà, socia fundadora de Bergadà Abogados, despacho especializado en Derecho concursal.
Según informa, «la bola se fue haciendo más grande, ya que pensaba que una solución era pedir otro préstamo para cubrir el anterior«. Esta letrada subraya que «eso era un error, ya que, además, los intereses eran muy elevados». «Incluso, su banco le concedió una segunda hipoteca para afrontar los citados préstamos que había solicitado previamente», apunta.
El caso, al detalle
La protagonista de esta historia es vecina de San Bartolomé y siempre ha trabajado en el sector hostelero. Todo se truncó con la crisis provocada por el Covid-19 en 2020. Hasta entonces, aún siendo madre soltera y no recibir ninguna ayuda, con gran esfuerzo siempre había podido salir adelante junto a su hija menor de edad.
«La pandemia afectó especialmente al sector turístico y a sus trabajadores, y ella no fue excepción. Permaneció un largo periodo de tiempo en ERTE», explica su letrada.
La sorpresa se produjo al finalizar éste. «En junio de aquel año, el día antes a incorporarme, la empresa me envió un burofax, igual que al resto de mis compañeros, comunicando el cierre. Ni siquiera hubo una llamada dando una explicación», relata la afectada.
«Esto fue un drama, ya que cuando estaba en ERTE tan sólo cobraba unos 600 euros y, pese a que siempre he sido muy cuidadosa con los gastos, empecé a tirar de tarjetas de crédito y préstamos, que incluso mi propio banco me ofreció, para poder salir adelante», precisa.
De este modo, pasó a encontrarse en una situación económica «muy vulnerable».
Esta situación le provocó incluso problemas de salud, ya que sufrió «insomnio, estrés y ansiedad, porque pensaba que lo iba a perder todo», incluida su vivienda, y que ella y su hija iban a quedarse en la calle.
Amenaza de los bancos
Informa que a esta situación se sumaron las «constantes llamadas y amenazas de las diferentes entidades bancarias. «En un día podía tener 50 correos electrónicos, y entre mi hija, que es menor de edad, y yo llegamos a recibir hasta 200 llamadas en 24 horas. Era horroroso, porque, además, me coaccionaban y amenazaban diciéndome que me iban a embargar y a quitar todo lo que tenía. No tenían ningún respeto, ya que además yo siempre he pagado la hipoteca de mi vivienda y los gastos cotidianos como son los de luz, agua y gas, aunque tuviera que apretarme mucho el cinturón», añade.
Fue a principios de 2024 cuando esta mujer, buscando una solución, descubrió el Foro de Facebook de la Ley de la Segunda Oportunidad que dirige Marta Bergadà, y decidió enviar un mensaje para aclarar unas dudas. «Prácticamente de inmediato se puso en contacto conmigo Belén Blasco, de Bergadà Abogados, y me aclaró todo. Además, me indicó que lo mejor sería hacer una videollamada con Marta Bergadà para exponer mi caso y que ella me dijera qué se podía hacer, así que concertamos una reunión», señala.
Marta Bergadà afirma que en aquella primera reunión vieron que esta mujer estaba en una situación de extrema delicadeza, y que con la documentación aportada quedaba reflejado que se trataba de una deudora de buena fe y que, por lo tanto, se podía acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad. Así, rápidamente se inició todo el procedimiento.
La buena noticia llegó recientemente, cuando el juez del Juzgado Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria le perdonó la deuda. El auto está disponible en el botón ‘Descargar resolución’.
La exoneración se extiende a los siguientes créditos: 1.045,39 euros, con Vivus; 77, 35, con Arena Finance Spain; 13.032 euros, con Cetelem; 300 euros con Blue Finance Ibérica; 4.875 euros, con Cofidis; 300 euros, con Cream Finance; 300, con Id Finance; 1.094, con Kviku Spain; 4.437 euros, con Santander; 272 euros, con SF Préstamos; 749,54 euros, con Trie Credit; 150 euros, con Wandoo Finance; y 3.970, con Wizink Bank. Un total de 30.602,41 euros.
Ahora, esta mujer ve el futuro de otra manera, según declara. «Voy a salir adelante, junto a mi hija, con lo que tengo y sin pedir ningún préstamo ni tarjeta de crédito. Además, ahora voy a poder empezar a ahorrar para tener una vida tranquila y sin riesgos», manifiesta.
La letrada Marta Bergadà recuerda que «muchas personas sufrieron en primera persona las consecuencias de la crisis provocada por el coronavirus y que hoy en día siguen arrastrando aquellas deudas», y destaca que la importancia que la Ley de la Segunda Oportunidad se dé a conocer, ya que si son deudores de buena fe podrán acogerse a ella «y olvidar ese pasado tan oscuro».