Siete consejos para añadir nuevos hábitos a tu rutina (y mantenerlos a largo plazo)

El comienzo de cada año es el momento más esperanzador de los 12 meses, que trae consigo la motivación para cumplir con los propósitos que del año anterior y nos sentimos con más fuerza para tacharlos de la to-do list este año. Mejorar la alimentación, hacer deporte mínimo tres veces por semana, ahorrar, dejar de fumar… y una serie de metas interminables que continúan la lista. Los típicos objetivos que cada año te prometes cumplir, pero que el empleo de malas técnicas para incluirlos en tu rutina hace que cada año vuelvas a apuntarlos en tu lista de propósitos y te culpes a ti mismo por falta de disciplina.

Y es que, el ser humano es impaciente y queremos todo de manera instantánea, y sobre todo ahora que las nuevas tecnologías nos permiten hacer cientos de gestiones en un click. Sin embargo, implementar nuevos hábitos a nuestro día a día no es una tarea sencilla que pueda lograrse de la noche a la mañana, especialmente si se trata de cambios muy bruscos o poco apetecibles. Y lo que suele ocurrir, es que damos el 100% en las primeras semanas y al no ver resultados instantáneamente, acabamos tirando la toalla.

Introducir nuevas prácticas a tu rutina y que permanezcan para siempre en ella lleva su tiempo. Es un cambio que hay que ir trabajando poco a poco y día a día. Para ello, varias investigaciones psicológicas han establecido cuales son los pasos que debemos seguir a la hora de establecer unos objetivos, cumplirlos y mantenerlos en el tiempo.

Siete consejos para cumplir propósitos a largo plazo

1. Define un propósito claro

Lo primero que se debe hacer es plantear un objetivo específico. Para ello debemos saber qué se quiere conseguir y por qué. Tenemos que sustituir el pensamiento de “quiero esto” a “quiero esto porque me beneficia en esto”.

2. Plantéate objetivos realistas

Implementar un hábito implica realizar un cambio en nuestra rutina al que no estamos acostumbrados, y aunque queramos que el resultado final sea uno grande, no debemos focalizarnos en eso, sino en pequeños cambios que nos vayan acercando poco a poco a esa meta. Es inviable pasar de no hacer deporte nunca a ir dos horas al gimnasio los siete días de la semana.

(Imagen: E&J)

3. Planifica cuándo y cómo vas a llevar a cabo esa nueva actividad

Establecer un momento del día determinado y una manera específica de llevar a cabo el nuevo objetivo es crucial para lograrlo. Si queremos empezar a ir al gimnasio, debemos establecer que, por ejemplo, iremos a las 20:00 y le dedicaremos 1:30 horas, en la que los lunes haremos espalda y bíceps, los miércoles los dedicaremos a glúteo y pierna, y los viernes a tríceps, hombro y pecho.

4. Identificar los medios por los que vamos a conseguir el objetivo

Es imprescindible saber qué recursos vamos a necesitar: el material que vamos a usar, el espacio donde se va a llevar a cabo (si fuera necesario) y si necesitamos ayuda externa.

5. Crea el bucle de hábito “señal-propósito-recompensa”

Esto consiste en identificar una señal que desencadene en llevar a cabo el nuevo hábito y termine con una recompensa por cumplirlo. De esta manera, aumenta nuestra motivación y la probabilidad de establecer esta nueva meta.

6. Ajusta tu entorno para facilitar el cumplimiento del objetivo

A pesar de seguir las recomendaciones anteriores, cuidar nuestro entorno social y físico es fundamental. Pues, existen factores externos que no podemos controlar y condicionan el cumplimiento de nuestras metas. Si, por ejemplo, queremos dejar de fumar, es complicado hacerlo si todos tus amigos fuman.

7. Monitorea tu progreso

Llevar un registro de los avances que hemos conseguido, ayuda a mantener el enfoque y a reconocer nuestros logros. Para ello existen muchas aplicaciones, aunque también puedes hacerlo a la antigua usanza, a través de un diario o un habit tracker.