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Estilo de Vida

De la Gran Vía al plato: ‘La Catorce’ reinventa el tapeo con un toque gourmet

Un restaurante de tapas refinadas para darte un buen homenaje una noche de fin de semana con vistas panorámicas a una de las mejores calles de Madrid

(Imagen: La Catorce)

Alberto Sanz Blanco

Periodista, analista y crítico cultural




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




Estilo de Vida

De la Gran Vía al plato: ‘La Catorce’ reinventa el tapeo con un toque gourmet

Un restaurante de tapas refinadas para darte un buen homenaje una noche de fin de semana con vistas panorámicas a una de las mejores calles de Madrid

(Imagen: La Catorce)

Hablar de tapas en Madrid es hablar de identidad, de una tradición que trasciende la simple acción de comer para convertirse en un ritual social, casi en un arte. Desde la taberna castiza con su vermú de grifo hasta las barras rebosantes de croquetas y calamares, el tapeo madrileño es sinónimo de encuentro, de bullicio y de sabores que, sin pretensiones, conquistan paladares. Pero, ¿qué ocurre cuando esta costumbre popular se viste de gala? Ahí es donde entra en juego este restaurante ubicado en plena Gran Vía, que apuesta por elevar la tapa a una categoría superior sin perder su esencia. Bajo el lema «Tapeo del Fino», esta casa de tapas gourmet reinterpreta el recetario clásico con técnica y producto de calidad, ofreciendo una versión sofisticada de los bocados más emblemáticos de la gastronomía española. La chef S. Solbes imprime su sello en una propuesta que, sin renunciar a la raíz castiza, juega con texturas, presentaciones refinadas y una ejecución más cuidada.

El restaurante logra un equilibrio entre lo moderno y lo tradicional, con un interiorismo cuidado y una atmósfera acogedora. La iluminación tenue, la música ambiental bien seleccionada y la disposición de las mesas —que permite comodidad sin sacrificar la intimidad— convierten el espacio en un entorno agradable para disfrutar del tapeo sin prisas. El servicio es otro de los puntos fuertes. Desde el primer momento, el equipo de sala demuestra profesionalidad y un conocimiento detallado de la carta. Cada plato es presentado con explicaciones precisas sobre su elaboración y concepto, aportando un valor añadido a la experiencia. Los tiempos de espera fueron correctos, manteniendo un ritmo fluido sin sensación de prisa ni largas pausas entre platos.

La Catorce presenta un menú bien estructurado que abarca lo esencial para una experiencia de tapeo completa. La carta, sin ser excesivamente extensa, cubre con acierto todas las categorías necesarias: entrantes, opciones de mar y tierra, y un apartado dulce para cerrar la experiencia. Los entrantes permiten abrir boca con combinaciones que equilibran tradición y creatividad, mientras que las opciones principales incluyen productos del mar y la carne, cada uno con un toque refinado. Para finalizar, los postres mantienen la coherencia con el concepto. En conjunto, se trata de una selección concisa pero bien pensada, para evitar dispersión y garantizar variedad para todos los gustos.

A continuación se presenta una muestra de la propuesta gastronómica del restaurante. La selección permite apreciar un equilibrio entre creatividad y respeto por la esencia del producto, siempre tratado con técnica y criterio. Además, se percibe claramente que la materia prima es de excelente calidad, lo que realza cada preparación y aporta profundidad a los sabores.

(Imagen: Alberto Sanz Blanco)

  • Ensalada de burrata con tomate soasado y sardina ahumada: Un plato que juega con los contrastes sin perder el equilibrio. La burrata, cremosa y delicada, aporta una textura sedosa que se funde con la intensidad salina de la sardina ahumada, creando una combinación bien estructurada. Pero es el tomate soasado el que aporta una explosión de sabor, añadiendo frescura y profundidad al conjunto. Cada elemento está bien integrado, logrando una propuesta que respeta el producto y lo realza con acierto, sin artificios innecesarios. Un bocado ligero, pero con carácter.

(Imagen: Alberto Sanz Blanco)

  • Flor de alcachofa con yema curada, chips de torreznos y parmesano: Aquí la cocina demuestra su mejor versión. La alcachofa, perfectamente cocinada, mantiene su textura firme sin perder jugosidad. La yema curada aporta una cremosidad exquisita, y los chips de torrezno añaden un crujiente que realza el conjunto. El parmesano, bien dosificado, aporta la salinidad justa sin eclipsar los demás ingredientes.

(Imagen: Alberto Sanz Blanco)

  • Tartar de atún rojo con huevos rotos: Sin lugar a duda, la propuesta más arriesgada. La calidad del atún es indiscutible y combina a la perfección con los demás ingredientes, aunque su fusión con los huevos rotos enmascara ligeramente su sabor y genera una sensación demasiado untuosa en boca. Un toque cítrico o un crujiente ligero podría haberle dado un giro más interesante.
  • Chipirones fritos con chimichurri: Un clásico bien ejecutado. La fritura es impecable, logrando una textura crujiente y ligera, sin rastro de exceso de grasa, lo que permite que el chipirón conserve toda su jugosidad y sabor natural. La salsa, lejos de ser un mero acompañamiento, aporta un matiz aromático equilibrado y sofisticado, realzando el conjunto sin eclipsar la calidad del producto.

(Imagen: Alberto Sanz Blanco)

  • Solomillo de vaca con puré estilo Robuchon y demi-glace de setas: La carne alcanza un punto de cocción preciso, manteniendo toda su jugosidad y sabor, lo que vuelve a demostrar un gran respeto por la materia prima. El acompañamiento realza aún más el conjunto: un puré de patata al estilo Robuchon, suave y cremoso, que aporta equilibrio sin restarle protagonismo a la carne. La demi-glace de setas, de sabor profundo y bien trabajado, complementa el plato con un toque elegante, dejando una sensación que invita a seguir disfrutando.

(Imagen: Alberto Sanz Blanco)

  • Tarta de chocolate con helado de violeta: Un guiño a Madrid a través del caramelo de violeta, que me transportó a mi infancia. La intensidad del chocolate se equilibra con un sorprendente y sensacional sabor a avellana, que aporta profundidad y una textura envolvente. Sin duda, todo un acierto y la mejor manera de finalizar la velada.

Si después de la experiencia gastronómica aún queda espacio para más, el Azotea & Sky Bar La 14 ofrece la oportunidad perfecta para prolongar la velada. Ubicado en la azotea del mismo edificio, este moderno Sky Bar se convierte en un enclave privilegiado para disfrutar de Madrid desde las alturas. Con vistas panorámicas a la Gran Vía y los icónicos tejados de la ciudad, la propuesta combina una selección de cócteles elaborados con mimo, una carta de tapas para picotear y un ambiente vibrante, especialmente los fines de semana, cuando la música y el tardeo marcan el ritmo. Una opción ideal para cerrar la noche con un toque de exclusividad y la mejor perspectiva de la capital.

La Catorce logra su propósito: llevar el tapeo madrileño a un nivel superior. El cuidado por el producto, una ejecución precisa en la mayoría de los platos y un servicio atento y profesional refuerzan la sensación de que aquí el lema “Tapeo del Fino” no es solo una declaración de intenciones, sino una realidad. Si a ello sumamos un ambiente agradable y la posibilidad de continuar la velada en el Azotea & Sky Bar La 14, la propuesta se convierte en una opción sólida para quienes buscan un tapeo con un punto más refinado en pleno corazón de Madrid. Una cocina que respeta la tradición y deja con ganas de volver.

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