Abogados: cómo preservar su independencia.
Abogados: cómo preservar su independencia.
El debate ha sido intenso, Domingo Sánchez Ruiz, uno de los coordinadores de la Plataforma de Interinos del sector público, en el uso de la palabra. (Imagen: E&J)
El letrado debe ser totalmente independiente de su cliente. Se recomienda para ello:
– No es recomendable que un solo cliente represente un porcentaje elevado de la facturación de nuestro despacho. El limite concreto se lo debe marcar cada abogado o despacho, pero, para tomar un ejemplo exagerado, a nadie se le escapa que si un cliente concreto representa durante varios años consecutivos el 80% de la facturación anual, será muy difícil que en algún momento el abogado se atreva a decirle a su cliente “esto no lo hago y si Ud lo quiere hacer debe buscar otro abogado”. El abogado que pierde su independencia resulta notablemente perjudicado, pero, más aun resulta perjudicado el cliente que en lugar de recibir asesoramiento, recibe asentimientos.
– Ser extremadamente prudente en la confección de presupuestos, asunción de gastos y situación financiera. Cuantos más son los ingresos que necesariamente hay que obtener cada año, menos es la independencia. Esta regla general debe, por supuesto, matizarse en función de cada caso o despacho. Aquel que tenga un nutrido patrimonio podrá tomar más riesgos, sin perder su independencia.
– No permitir nunca que el cliente adeude por servicios profesionales prestados una cantidad superior a aquella que podamos asumir. No es bueno dejarse deslumbrar por posibles resultados futuros y adquirir compromisos de trabajar sin cobrar de momento. La experiencia enseña que en el 90% de los casos aquel cliente que inicia su relación diciendo algo así como “soy muy rico y tengo muchos negocios, ahora encargo un asunto pequeño pero trátame bien y hazme descuento o, factúrame más tarde sin pedirme provisión de fondos, o este asunto no me lo cobres porque en el futuro te encargaré muchos asuntos y muy importantes.”, suele ser el peor de los clientes.