Abogacía y Derechos Humanos

Un  Editorial de la revista “La Garnacha”, del Colegio de Abogados de Cádiz, cuya lectura integra recomendamos, alude a la importancia de la Declaración de Derechos Humanos y al papel que en su defensa han desempeñado y siguen desempeñando día a día los abogados.
El citado editorial dice cosas que como poco, deberían provocar una seria reflexión, so pena de caer de lleno en la hipocresía más recalcitrante. Así, llama la atención sobre el hecho ingrato de que en muchos países que suscribieron la célebre Declaración Universal se conculcan, una y otra vez,  y de modo indiscriminado, los principios básicos e inalienables intrínsecos a la condición humana. Ante esta situación de sorprendente disimulo social, sigue diciendo el editorial, frente a los ataques contra la libertad, la vida y la seguridad de la persona, ante la pasividad de las instituciones,  con respecto a la tortura y la esclavitud y ante la vulneración de los elementos más importantes en cualquier sociedad como puedan resultar el respeto de la igualdad en todos sus niveles y, el desproporcionado aumento de las abominables situaciones de violencia de género, al fin y a la postre solo se encuentra, como última línea de batalla, la figura del profesional del Derecho, tantas veces denostada y vilipendiada.
En este contexto de continuas vulneraciones de los derechos humanos, se nos recuerda  que es la Abogacía la que en su diario proceder y actuar sustenta y garantiza el respeto a que los derechos humanos sean protegidos dentro de un régimen de derecho y es instrumento necesario para el cumplimiento de la aspiración más elevada de la humanidad.
En suma, sin la efectiva participación de los profesionales del Derecho resulta inviable una protección real y eficaz de los derechos más elementales del ser humano y ahora que la situación de nuestra Justicia es particularmente complicada, baste mirar a los Jueces de un lado, a quienes no faltan razones para echar un pulso tan tenso a quienes tienen la obligación de dotarles de los medios adecuados para verificar su trabajo con garantías y, de otro, a los abogados del turno de oficio que , con no menos razones, en la Comunidad de Madrid, anuncian futuras huelgas, cabe preguntarse si no se estará haciendo algo mal. Siguiendo con la mentada expresión, parece que el disimulo social ha provocado una situación poco menos que de hecatombe en nuestra Justicia y si la intervención de los profesionales del Derecho resulta clave para proteger los intereses básicos del ciudadano, toca ahora recordar que la función que desempeña el abogado en general y, muy en particular el abogado adscrito al turno de oficio, es vital. Sin embargo, a pesar de la relevante función social que el letrado del turno está llamado a cumplir, dadas las condiciones precarias en que muchas veces tienen que ejercer sus labores, no parece que en puridad se le esté reconociendo realmente su verdadera importancia. Un ejemplo: las retribuciones que perciben son escasas, a veces, irrisorias, pero, además, la impuntualidad con que las reciben, poco menos, hace suponer que su labor no es importante para los responsables; una vez más con la “política” y el hartazgo hemos topado…………………