Sobre el desgaste institucional tras la pandemia: un ataque frontal contra el Estado de Derecho
Sobre el desgaste institucional tras la pandemia: un ataque frontal contra el Estado de Derecho
El presente, marcado por el estado de alarma y la suspensión de derechos fundamentales, no ha hecho más que apuntalar los vicios inherentes en nuestro entramado institucional. El virus no ha carcomido las instituciones; ha incendiado el velo que nos impedía localizar su disfuncionalidad.
Las Cortes, son definitivamente un juego de charlotadas que proyectan una -cada vez más débil- identificación con el ciudadano. El artificio circense viene a disimular lo troncal: nuestros derechos y libertades son otorgados y su durabilidad depende del arbitrio de la élite institucional-funcionarial.
Poco importa que el estado de alarma sea inconstitucional, porque los cauces legales no se cumplen. Parece no importar que la Fiscalía General del Estado o la Abogacía del Estado sean meros juguetes en manos de mercachifles. Y los jueces, ¿operan con independencia o acaban desdoblados ante la hegemonía del discurso?
Lo que está en juego no es la supervivencia o extinción de un Gobierno. Lo que se dirime es más trascendente, allende izquierda y derecha: nuestro Estado de Derecho. ¿Lo ven?
Y únase a los autos de su razón.