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10 de septiembre, Día Mundial para de la Prevención del Suicidio: análisis de su regulación histórica y actual

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10 de septiembre, Día Mundial para de la Prevención del Suicidio: análisis de su regulación histórica y actual

Introducción



10 de septiembre, Día Mundial para de la Prevención del Suicidio (del latín sui caedere, ‘matar a uno mismo’), un término que entendemos como el acto de quitarse la propia vida.

Se calcula que, cada año, se quitan la vida 3.600 personas. Adolescentes, mujeres, hombres, incluso niños, que a diario deciden acabar con su vida sin que sus madres, padres, hermanos, hijos, amigos, compañeros de trabajo ni políticos salgan a manifestarse a la calle para expresar su dolor e indignación por lo que está pasando.



Es, por tanto, un gravísimo problema de salud pública, en el que ponen foco organizaciones locales, nacionales e internacionales creando métodos para abortar un intento de suicidio, promoviendo estudios sobre tratamientos de los síntomas psico-sociológicos de los desórdenes depresivos, o con la creación de técnicas de afrontamiento y reducción de la prevalencia de factores de riesgo.



La OMS estima que este año 2020 más de un millón de personas se quitarán la vida. Sin embargo, la muerte proyectada de esta manera no se ha considerado de la misma manera a lo largo del tiempo y varía según la legislación, incluso la religión.

Regulación histórica del suicidio



Ya en la Grecia Clásica, Aristóteles aprecia en “Ética a Nicómaco” que la «ley no autoriza a suicidarse, y lo que no autoriza, lo prohíbe» y el que se suicida obra injustamente contra la ciudad.

«Por eso también la ciudad lo castiga, y se impone cierta pérdida de derechos civiles al que intenta destruirse a sí mismo, por considerar que comete una injusticia contra la ciudad».

Platón, a diferencia de San Agustín, reconoce el suicidio ante circunstancias de dolor extremo o insoportable, o cuando produzcan vergüenza, humillación o imposibilite la vida de la persona.

Sin embargo, «el cristianismo incluso lo consideró como un gesto heroico según el motivo«, para escapar a los martirios de la época (deshonra familiar, violaciones, etc.).

El Código Canónico castigó el suicidio a partir del año 452 (Concilio de Arles). La línea medieval, influenciada por el Derecho romano, establece la confiscación de bienes en el caso del suicidio consumado salvo «impatienta doloris» «taedium vitae«. Tras la codificación, en España no se penalizaba el suicidio realizado por la propia persona que se quita la vida, frustrado o consumado, ni la participación en dicho acto.

La figura de inducción al suicidio, aparece por primera vez en el Código penal de 1928, aplicándose rebajas en el suicidio u homicidio consentido.

La Ley Orgánica 10/1995, de 23 de Noviembre, del Código Penal, regula en su artículo 143, varía el término auxilio por el de «cooperación con actos necesarios al suicidio de una persona» (simple auxilio) y, «si la cooperación llegara hasta al punto de ejecutar la muerte» (auxilio ejecutivo u homicidio consentido), rebajando en los tres casos la pena de prisión prevista.

Regulación actual

Pero, actualmente, ¿Podemos elegir cuándo morir?

La Constitución Española reconoce, en su artículo 15, el derecho a la vida;

Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.

Parece ser que una persona que no consigue acabar con su vida, tras haberlo intentado, es impune, lo que sí está tipificado es la inducción al mismo.

Así lo recoge el artículo 143.1 de nuestro Código Penal, castigando con una pena de prisión de cuatro a ocho años, al que induzca o determine directamente a otro a suicidarse. La inducción viene determinada cuando se realiza sobre una persona que no ha decidido, por ella misma, suicidarse.

La jurisprudencia reconoce como inducción al suicidio, el suicidio compartido. Cuando dos personas planean suicidarse pero solo muere una de ellas. El que sobrevive no tiene responsabilidad por su decisión, pero si por su intervención sobre la vida del otro.

¿Qué sucede con quien presta ayuda a quien decide suicidarse?

También está tipificada como delito (art. 143.2 CP) la cooperación con una persona que ha decidido suicidarse.

La cooperación puede basarse en ayuda material, o incluso la aportación de consejos, ideas, o formas (SAP Girona 184/2001 de 23 de marzo). Ejemplo de la SAP Zaragoza de 19 de abril de 2016, al condenar a un hijo que ayudó a su madre en colocarse dos bolsas de plástico en la cabeza.

Cuando la cooperación se lleva a cabo provocando la muerte con los propios medios del cooperador, se identifica homicidio consentido.

La diferencia con el homicidio es siempre la consciencia y voluntad del suicida de acabar con su vida, si éste no fuera consciente o no tuviera voluntad clara de ello estaríamos hablando de homicidio. Un claro ejemplo es el caso de menores de edad o de incapaces, con los que nos encontraríamos ante un homicidio o asesinato, puesto que el suicida solo es un instrumento de su inductor o cooperador para llevar a cabo el ilícito (no hay plena consciencia o voluntad).

Un tema diferente, y donde no ahondaremos, puesto que la palabra suicidio nos evoca al realizado de propia mano del suicida, es la asistencia en casos de grave enfermedad o padecimiento importantes que hicieran insoportable sobrellevarlos.

La llamada eutanasia activa directa (artículo 143.4 del Código Penal), cuando hay petición expresa e inequívoca del enfermo, que puede atenuar la pena en uno o dos grados.

Proyectos en este día. ¡Súmate!

Aunque el mero hecho de quitarse la vida no esté tipificado, con la salvedad de los casos de cooperación o inducción al suicidio, plantea un problema social que requiere dedicación y atención.

El proyecto ¡Agárrate a la Vida! de Rotary pretende además ser un revulsivo para la sociedad en general: agentes sociales, medios de comunicación, el ámbito docente y el sanitario, promoviendo la concienciación social para llegar a las personas en riesgo y transmitirles que existe una salida, que se puede pedir ayuda y que instituciones, colectivos y personas estamos para ayudar.

La tragedia del suicidio además se ve agravada en un mundo que está impactado por el virus de la pandemia y, como consecuencia, por el virus económico y el social. Estamos más que nunca expuestos, además de al contagio, al distanciamiento social, a la soledad, a la falta de confianza en el futuro, a la incertidumbre y al abuso de alcohol y drogas. Todo lo cual afecta a la salud mental y lleva a la depresión que, en la mayoría de los casos, es la antesala del suicidio: una solución definitiva para un problema temporal.

El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes, detrás de los tumores. Una personas se quita la vida, no porque no quiera vivir, sino para evitar el sufrimiento mental que padece y porque no encuentra dónde agarrarse. La sociedad no puede permitir que miles de jóvenes pierdan la confianza en la vida.

Fundada en 1905 Rotary es la primera organización mundial en prestación de servicios humanitarios, realizando proyectos sostenibles y de gran alcance en las siguientes áreas: el fomento de la paz entre los pueblos, la prevención y tratamiento de enfermedades, el suministro de agua potable, la salud materno-infantil, la promoción de la educación, el cuidado y preservación del medioambiente y el desarrollo de las economías locales.

Rotary tiene más de 1,2 millones de miembros voluntarios, integrados en clubs en 200 países, que llevan a cabo proyectos para abordar los problemas del mundo actual. Así mismo la Fundación Rotaria otorga el mayor número de becas educativas internacionales, sufragando anualmente el intercambio de más de 1000 becarios que cursan estudios en el extranjero y desempeñan el papel de embajadores culturales entre las naciones.

El proyecto ¡Agárrate a la Vida! está en línea con los objetivos de Rotary y se alinea también con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Participa en la carrera inscribiéndote en: www.agarratealavida.org

Solicita información en proyectos@rotaryeclubdelmediterraneo2203.org

 

 

 

 

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