Natalia Martos ficha a Flora Egea para liderar el área de privacidad y protección de datos en Legal Army

A punto de cumplir sus primeros cinco años de vida, el proveedor alternativo de servicios jurídicos Legal Army dirigido por la abogada Natalia Martos, ha incorporado a Flora Egea, ex Delegada de Protección de Datos del BBVA, como responsable de su área de Privacidad, Protección de Datos y Compliance.

Golpe de efecto el que ha producido esta firma legal, con la incorporación de Egea, que liderará esta área de negocio para aprovechar su experiencia profesional y dar servicio a clientes sofisticados del área bancaria, Fintech, compañías aseguradoras y multinacionales del sector tecnológico.

Entre las distintas estructuras legales de privacidad de grandes firmas destacan la impulsada por Broseta con los socios Miguel Geijo y Agustín Puente a la cabeza y una veintena de abogados, junto a la incorporación de Raúl Rubio como socio de propiedad intelectual y tecnología a Perez-Llorca. También resulta obligatorio subrayar a incorporación de la boutique digital LetsLaw a RSM Spain, firma de servicios profesionales.

En los últimos años, el auge del Derecho digital en el que se aúna la protección de datos, con la propiedad intelectual e industrial y la tecnología se ha convertido en un área de negocio para los despachos que han reforzado con profesionales de experiencia en el contexto de la transformación digital que realizan las organizaciones en un entorno regulatorio de más exigencia.

“Vivimos en la era de la economía digital, donde son clave la tecnología, los datos que están muy relacionados con el Derecho contractual que no deja de ser el derecho de toda la vida adaptado a la nueva realidad, donde las empresas han sofisticado su negocio con el desarrollo de la tecnología”, apunta Natalia Martos.

Natalia Martos. (Foto: Legal Army)

De esta manera Legal Army refuerza su espíritu multidisciplinar en dos áreas complementarias de actividad, una de Derecho de los negocios, centrada en el Derecho contractual, regulatorio, propiedad intelectual y contratación tecnológica, de apoyo a las asesorías jurídicas de empresa que dirige Martos y otra más específica de protección de datos, privacidad y compliance que estará ahora bajo la supervisión de Egea.

“En muchos casos somos la asesoría jurídica de muchos negocios, en su día a día, donde hacemos la externalización de esa función jurídica con el añadido de esta área de privacidad que ahora hemos reforzado, con lo cual nuestro valor diferencial sobre las boutiques legales parece claro”, destaca Natalia.

La incorporación de esta jurista es una noticia muy destacada en el sector legal pues, no en vano, Flora Egea, tras sus inicios en el mundo de los despachos, ha desarrollado su carrera profesional como jurista en empresas de primer nivel.

A este respecto hay que destacar que en estos últimos 20 años estuvo 14 como Data Privacy Officer de IBM para el sur de Europa. De ahí, el salto al BBVA como Data Protection Officer siendo la responsable de privacidad de esta entidad financiera. Al mismo tiempo ha formado parte del Consejo Asesor de la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP) que preside Marcos Judel en estos últimos 10 años.

Un salto de calidad

Las trayectorias paralelas de Natalia Martos y Flora Egea confluyen con el tiempo en Legal Army. Este es el proyecto personal que Natalia puso en marcha tras 12 años como abogada in house en Grupo Prisa, dos años en la red social Tuenti para luego irrumpir en la actividad de despachos del calado de Andersen y Perez-Llorca.

“Gracias a esta experiencia he sabido dirigir mi apuesta profesional jurídica en Legal Army, un Alternative Legal Service Provider (ALSP) que creé siguiendo los esquemas de Lawyers on Demand firma de referencia en Reino Unido y ya conociendo las carencias de los despachos de abogados para mejorarlas. Se trata de dar ese servicio legal, a veces externalizado a las asesorías jurídicas que el abogado in house necesita”, señala Natalia.

En este contexto la presencia de Flora Egea va a ser muy útil para la evolución de Legal Army. “Ahora podemos dar un servicio 360 dentro de esta ALSP dentro de las dos perspectivas que conocemos del abogado in house y del despacho externo que sirve de soporte a la empresa en materia de privacidad y protección de datos”, añade la nueva socia.

La llegada de esta abogada va a suponer también que Legal Army consolide su presencia como asesor de grandes compañías en esta actividad tan específica. De hecho, las previsiones de la firma, que hace unos meses cambiaron de oficinas a otras más amplias, está el seguir creciendo en dicha actividad.

«La filosofía que tiene el despacho, entendido como código ético y de trabajo, encaja con mi forma de ver el negocio jurídico»

En el caso de Egea, el cambio profesional ha sido relevante. Tras su salida de BBVA “recibí diferentes ofertas donde el cometido era prácticamente lo mismo que había hecho hasta este momento, el ser responsable de privacidad de empresas de primer nivel. La verdad es que en ese momento mi idea era hacer otras cosas, de ahí que la propuesta de Natalia llegó en el momento profesional adecuado para cambiar mi cometido profesional, ahora más como asesor externo de grandes empresas en materia de privacidad”.

A la hora de tomar esa decisión ha sido clave que “la filosofía que tiene el despacho, entendido como código ético y de trabajo, encaja con mi forma de ver el negocio jurídico. Eso me ayudó, en definitiva, a tomar la decisión de incorporarme a Legal Army, un ALSP en franca expansión”.

Para Natalia, la incorporación de Flora Egea añade un plus de calidad a esta firma de servicios jurídicos. “Nos conocemos desde hace muchos años y nadie puede dudar que es un referente absoluto en materia de privacidad y protección de datos. Nadie mejor que ella para poder liderar la expansión de Legal Army en esta actividad profesional, ahora sujeta a distintos cambios normativos con la llegada de DORA o la Directiva NIs2 o la irrupción de la Inteligencia artificial (IA)”.

Desde esa perspectiva, “es un lujo contar con ella al frente de esta área de privacidad y protección de datos. Hasta el momento era uno de mis referentes en esta materia y ahora tenemos la gran oportunidad de aprovechar sus conocimientos y profesionalidad para que esta actividad de Legal Army crezca exponencialmente”, apunta la socia directora.

ALSP, un negocio que se consolida

Legal Army como ALSP, cumplirá este mes de mayo sus primeros cinco años de vida en el sector legal. “Estamos en vía de consolidarnos como alternativa a los bufetes tradicionales de abogados. Esta es una práctica ya cimentada en EEUU y Reino Unido y que en España empieza a desarrollarse. Los ALSP debemos ofrecer un servicio de calidad para que sepan realmente lo que hacemos desde esta nueva manera de entender la abogacía”.

Para la fundadora de Legal Army, “este sector de actividad viene refrendado por la categoría de ALSP en España que ha impulsado el directorio Chambers & Partners, el de mayor prestigio en el mundo, donde hemos aparecido en sus ediciones de 2021 y 2022 como firma referente en España con otros modelos similares. Así, hay encuestas que señalan que las asesorías jurídicas destinan el 70% de su presupuesto a ALSP y el 20% a bufete tradicional”.

Flora Egea. (Foto: Legal Army)

Es previsible que en las próximas semanas haya alguna otra incorporación para reforzar esta área de esta firma legal. “Nuestro elemento diferenciador es que llevamos muchos clientes de diferentes países, eso implica que tengamos que contar con profesionales de primer nivel que conozcan bien la normativa a aplicar y tengan experiencia en el trato con ese tipo de firmas”, apunta Flora.

Para ambas juristas la especialización es un valor importante que respalda la actividad de Legal Army como ALSP. “Creo que hay muy pocos especialistas en esta actividad como Flora que lleven tantos años en la materia y que conozcan realmente a fondo qué necesitan las compañías de primer nivel en cuanto al asesoramiento jurídico”.

Desde esta perspectiva, “la clave está en conocer bien ese sector de actividad, las particularidades del negocio del cliente, el uso de la tecnología que implementa y utilizar un lenguaje claro que ayude al abogado in house a entender cómo tiene que adaptarse a la normativa de protección de datos para que ésta sea un valor añadido reputacional y al mismo tiempo se evite cualquier sanción del regulador”, aclara Natalia.

En un momento de cambio tecnológico con la irrupción de la IA y la aprobación de nueva normativa que refuerza las obligaciones de las empresas en materia de protección de datos y ciberseguridad, parece más necesario contar con un partner legal como es Legal Army, donde se conoce bien el derecho tecnológico y sus variantes. “Es importante que los abogados entendamos estos cambios tecnológicos para luego explicarlos a nuestros clientes y desde ahí darle la solución jurídica que necesita en ese momento. Hay que perder el miedo a la tecnología disruptiva”, advierte Natalia.

En este contexto, “hay que entender el marco normativo que se implementa y que puede modificar al ya existente. Se trata de saber realmente qué nos permite a nivel de negocio realizar ese nuevo escenario regulatorio que intenta en algunos casos regular los nuevos cambios tecnológicos. A este respecto es mejor trabajar con la privacidad desde el diseño como indica el RGPD que asesorar de forma reactiva cuando surge un problema”, concluye Flora.