Al sector juridico tambien le llega su «competitividad´´
Al sector juridico tambien le llega su «competitividad´´
El debate ha sido intenso, Domingo Sánchez Ruiz, uno de los coordinadores de la Plataforma de Interinos del sector público, en el uso de la palabra. (Imagen: E&J)
Durante las dos últimas décadas venimos observando el declive y la regeneración de múltiples sectores tanto industriales como de servicios, desmoronándose algunas empresas históricas que han echo pensar que es el fin del sector, resurgiendo otras que estaban a la sombra con humildad y la aparición de otras nuevas con tanta fuerza que sorprendían a propios y extraños. Todo esto no es más que el resultado del acomodamiento empresarial en el sistema conformista y no competitivo, que hemos arrastrado al estar alejados durante tantos años de la realidad comercial de nuestros más cercanos vecinos europeos, y en los últimos años de la realidad de un mercado global internacional. Haciendo referencia a sectores concretos podemos recordar con cierta pena la reconversión del Textil, la Minería o el todavía duradero cambio de las
empresas de Transportes, hoy en día llamadas de Logística. Todos estos cambios vienen determinados por dos factores claves, el primero de costes y el segundo la simplicidad práctica. Como ejemplo diremos que la subsistencia de una empresa según la derivación de las dos últimas décadas, viene determinada por la ampliación del mercado al que dirige su producto o servicio, y por tanto eso se transforma en «si quiero que mi producto o servicio lo compre más gente, debo entender que la media de renta económica del conjunto global de mis clientes bajará, por tanto debo de hacer accesible mi producto o servicio ofreciéndolo a un precio final acorde con los resultados de esta reflexión´´, o sea más económico. El segundo factor define la necesidad de ofrecer soluciones simples al mercado intermedio como los distribuidores, que no al cliente final pues este ya lo percibirá a través del intermediario o distribuidor si hacemos bien nuestros deberes, para ello hay que facilitar a dichos intermediarios la agilidad, facilidad, atención y garantía que un producto o servicio de consumo razonable necesita. Hablamos de agilidad porque la evolución nos lleva a producir con sistemas más racionales, automatizados y de baja incidencia, sin olvidar la rapidez o índice de productividad. Hablamos también de facilidad pues los que venden nuestros productos o servicios deben de sentir que suministramos con agilidad, que las incidencias las verificamos y solucionamos con responsabilidad, o que nuestras estructuras administrativas facilitan la negociación a las propuestas que surjan. Hemos hablado también de atención y garantía, ambas palabras son claves en el mundo de hoy no entendiéndose una relación mercantil sin una atención clara, directa y lo más personalizada posible, haciendo más esfuerzos para conseguirlo cuanto más grande es la empresa, teniendo ejemplos claros en la Banca o el sector de Comunicaciones.
La palabra garantía es lo que nos hace socialmente correctos, no se acepta nada en el mercado que no tenga garantía, ya sea en el sentido amplio de la palabra refiriéndonos a una empresa, producto o servicio, o bien al tiempo que la ley nos otorga, recientemente hasta dos años, para reclamar con todos los derechos sobre lo adquirido.
En todo este tiempo ha habido un sector que se ha quedado estancado empresarialmente durante décadas como es el JURIDICO, decimos solo empresarialmente pues individualmente cada abogado ha tenido que reciclarse muy profesionalmente, pues la aceptación de la constitución democrática en nuestro país con los cambios legislativos tan importantes, y posteriormente la entrada en el mercado europeo y la vinculación de
sus leyes con las nuestras, han obligado a los profesionales a una formación constante en los últimos 25 años. Continuando con nuestra reflexión aseveramos que en los primeros gobiernos democráticos, se estableció una prioridad clara para el acercamiento de la formación superior al mayor número de estudiantes posible, (curiosamente este principio coincide con el arriba referido en el comentario de costes.) este efecto una vez conseguido multiplicó el número de licenciados por 10 o 20 en muy pocos años, iniciando así la metamorfosis del sector JURIDICO. Es por ello que en los últimos ejercicios hemos detectado una atomización de abogados unitarios, que aunque camuflados en grupos de dos o tres en un mismo despacho, siguen pensando con la mentalidad atrasada de la heroica soledad profesional.
Si recuperamos la gran evolución de los cambios y oferta legislativos nos damos cuenta que hoy en día es imposible que un abogado pueda dominar con cierta garantía, todas las materias que en el espectro JURIDICO existen.
Debido a lo aquí expuesto las conclusiones son claras y ya tenemos constancia que algunos bufetes ya lo han practicado o están en ello, que es el crecimiento, la fusión, adquisición, o absorción entre DespachosJURIDICOS, es el futuro inmediato delsector, teniendo como objetivos el aprovechamiento de las especializaciones paraofrecer Agilidad, Facilidad, Atención y Garantía, conceptos claros del inicio de la
COMPETITIVIDAD en un sector abocado sin retracto a un cambio muy profundodesde el punto de vista empresarial.
Javier García Bas
Director División de Estrategia y Organización.
Ibañez & Almenara Abogados.
Miembro fundador de la Asociación de Marketing jurídico.