Así es Hadi Matar, el hombre que intentó asesinar a Salman Rushdie

Desde 1989, el escritor británico Salman Rushdie vive en el filo del alambre. Una fatwa o pronunciamiento legal emitido por Ruhollah Jomeini, entonces líder supremo de Irán, ordenaba a los musulmanes que asesinaran a Rushdie al considerar que su novela Los versos satánicos era blasfema y ofendía al islam. El tiempo transcurrido desde entonces, y el hecho de que el escritor se dejara ver más en diversos actos, posiblemente hizo olvidar al gran público el peligro que corría. Hasta el pasado 12 de agosto.

Rushdie se disponía a dar una conferencia sobre la libertad de creación en un centro dedicado al aprendizaje y la reflexión situado en el condado de Chautauqua, en Nueva York, cuando un individuo saltó al escenario y le propinó hasta diez puñaladas en cuello y abdomen. El escritor fue trasladado al hospital en estado muy grave. Según la información difundida por su agente, Rushdie había sufrido daños en el hígado, en nervios cortados en un brazo y en un ojo, que posiblemente va a perder.

El agresor ha sido identificado como Hadi Matar, un hombre de 24 años. Nacido en California, recientemente se mudó a Fairview, una localidad de unos 13.000 habitantes en Nueva Jersey. Sus padres son de origen libanés y emigraron a Estados Unidos procedentes de Yaroun, una aldea fronteriza en el sur de Líbano, según ha explicado el alcalde de la aldea, Ali Tehfe, a la agencia de noticias Associated Press.

Rushdie, con un ejemplar de Los versos satánicos. (Foto: UNAM Global)

Simpatía por régimen iraní

Matar venía mostrando en redes sociales su simpatía por la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, un cuerpo de élite del ejército de este país. Según han explicado los investigadores, en sus redes sociales aparecen imágenes de Jomeini y del actual líder supremo de Irán, Ali Jamenei. La policía ha llamado la atención sobre el hecho de que, en el momento del arresto, Matar llevaba un carnet de conducir falso a nombre de Hassan Mughniyeh, apellido que coincide con el del antiguo responsable del servicio de inteligencia de Hezbolá que perdió la vida en 2008 en un atentado con coche bomba en Damasco, la capital de Siria.

En un principio, y sin descartar a priori ninguna hipótesis, la policía cree que se trata de un caso de lobo solitario, un individuo que comete un atentado sin ser miembro directo de una organización concreta y sin recibir órdenes de otras personas. Sin embargo, la simpatía de Matar por Hezbollah y el hecho de que FBI y policía de Nueva York hayan informado de acciones de personas próximas al régimen de Irán en suelo estadounidense ha provocado que las autoridades de este país amplíen el foco de su investigación.

En este sentido, un funcionario del grupo armado libanés Hezbollah, respaldado por Irán, dijo el sábado que el grupo no tenía relación con el apuñalamiento de Salman Rushdie. Por su parte, varios periódicos iraníes han elogiado al atacante del escritor, mientras que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, tras rechazar la responsabilidad de su Gobierno en el ataque, ha señalado que el propio Salman Rushdie y sus seguidores son los responsables del ataque.

Hadi Matar compareció ante el juez el pasado sábado y, a pesar de que apuñaló a Rushdie delante de muchos testigos, se declaró inocente de todos los cargos. Tanto el FBI como la policía de Nueva York están investigando la planificación del ataque y trabajan para determinar si deberían presentar cargos adicionales contra Matar.

En el tribunal, los fiscales alegaron que el ataque contra el autor fue premeditado y dirigido. Según su relato, Matar viajó en autobús al evento y compró un pase que le permitía asistir a la charla que Rushdie iba a dar el viernes por la mañana.

Larga condena

Por el momento ya ha sido acusado de intento de asesinato en segundo grado y agresión en segundo grado. Además, el juez ha decretado su ingreso provisional en prisión sin posibilidad de fianza. El intento de asesinato es el más grave de los dos cargos. El delito, según la ley de Nueva York, puede conllevar hasta 25 años de prisión en el caso de condena.

Aunque la fatwa emitida por Jomeini se refería a Rushdie, otras personas relacionadas con Los versos satánicos han sido objeto de ataques fatales. Según recuerda The New York Times, en 1991, el traductor japonés de la novela fue asesinado a puñaladas y su traductor italiano resultó gravemente herido. El editor noruego de la novela recibió tres disparos en 1993 frente a su casa en Oslo y resultó gravemente herido.

Naguib Mahfuz. (Foto: Andina)

Rushdie no es el único escritor que ha sido objeto del fundamentalismo islamista. El 14 de octubre de 1994, el escritor egipcio Naguib Mahfuz, premio Nobel de Literatura en 1988, fue apuñalado en el cuello por un integrista acompañado de otro en pleno centro de la capital egipcia, cuando se dirigía en automóvil a su tertulia semanal en un casino de la ciudad. En 1996, Mahfuz fue calificado de «hereje» y sentenciado a muerte por grupos de radicales islámicos. Desde entonces permaneció prácticamente recluido en su hogar, con salidas esporádicas y controladas por la policía y hasta su muerte en 2006.

Con anterioridad, en junio de 1992, el también escritor laico egipcio Farag Foda tuvo pero suerte al ser asesinado a tiros en las cercanías de su casa de El Cairo por un miembro del grupo integrista Asamblea Islámica. Los asesinos declararon ante el tribunal que actuaban conforme a la religión islámica, que según ellos pide la liquidación física de los apóstatas.

En noviembre de 2004 murió apuñalado el director de cine holandés Theo Van Gogh a manos de un joven marroquí radicalizado que le disparó siete veces y le degolló con un cuchillo y después de que se estrenara su cortometraje Sumisión, en el que denunciaba la situación de la mujer en el mundo islámico.

Por último, hay que desatacar el atentado contra la sede del semanario satírico Charlie Hebdo en París, en el que fueron asesinadas 12 personas. La publicación había sido blanco de las iras de muchos islamistas por sus dibujos satíricos sobre personalidades del islam.