Casi cuatro años de cárcel para un auxiliar de enfermería por robar ketamina del hospital
También ha sido penado un amigo del sanitario, quien revendió el medicamento pese a que conocía su origen ilícito
Casi cuatro años de cárcel para un auxiliar de enfermería por robar ketamina del hospital
También ha sido penado un amigo del sanitario, quien revendió el medicamento pese a que conocía su origen ilícito
La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a tres años y diez meses de prisión a un auxiliar de enfermería del Hospital General Universitario de Alicante que sustrajo, al menos, 135 viales de un medicamento inyectable que era una sustancia psicotrópica por su principio activo de Ketamina.
La ketamina es un anestésico de efecto rápido que se utiliza en seres humanos como sedante en operaciones menores, y con animales, como tranquilizante. A dosis altas causa intoxicación y alucinaciones similares a las del LSD. También se le conoce como «Keta», «K», «special K» o «cat valium». Sus consumidores la toman junto con otras drogas, como el éxtasis, la cocaína o la marihuana.
También ha sido penado a un año y dos meses de prisión un amigo del sanitario, quien revendió el medicamento pese a que conocía su origen ilícito.
Además, al primero se le ha impuesto una multa de 400 euros, y al segundo, de 300 euros. Asimismo, ambos han sido condenados a indemnizar de forma conjunta al Hospital General Universitario de Alicante con 660 euros, el valor al que ascendían las sustancias sustraídas, cantidad que consignaron antes de la vista oral.
Es una sentencia de conformidad, tras el acuerdo alcanzado entre la Fiscalía y las defensas, que fue ratificado posteriormente ante el tribunal. Por tanto, ya es firme.
El caso
Los hechos se produjeron desde finales de 2017 hasta febrero de 2019, cuando el auxiliar de enfermería, con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, se aprovechó de su puesto de trabajo «para sustraer, en ocasiones al descuido, al menos 135 viales» del medicamento, que tenían un precio de 4,90 euros la unidad.
Ante la sospecha de una comercialización ilícita de esas sustancias, la Policía Nacional estableció un dispositivo de vigilancia sobre los mismos el 15 y el 24 de febrero de 2019, que determinó que el sanitario vendía los viales al otro condenado, al que le unía una sólida relación de amistad, a cambio de unos 15 euros por unidad.
A su vez, el comprador lo revendía a terceros a 35 euros. En el momento de los hechos, este condenado era consumidor de estupefacientes.
El auxiliar de enfermería ha sido sentenciado por un delito continuado de hurto, en el que concurre la circunstancia atenuante de reparación del daño, y por un delito contra la salud pública, en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, con la agravante de prevalerse del carácter público de su cargo. A ambos delitos se ha aplicado la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas.
Su amigo ha sido condenado por un delito continuado de receptación, con la atenuante de reparación del daño, y por un delito contra la salud pública, con atenuantes de drogadicción y dilaciones indebidas.
La sentencia, dictada el pasado 2 de noviembre y conocida hoy (311/2023), la firman los magistrados José Daniel Mira-Perceval Verdú (presidente), Encarnación Gómez Cáseles (ponente) y Sonia María Gallego Ortells.