Confirmada la condena a un grupo de evangelistas alemanes que provocaron una estampida en el metro de Valencia

La Sala Penal del Tribunal Supremo ha ratificado la condena impuesta a ocho ciudadanos alemanes y a un ciudadano iraquí residente en Alemania por un delito de lesiones por imprudencia menos grave por su responsabilidad en una estampida ocurrida en el metro de Valencia el 4 de agosto de 2018, en la que resultó herida una joven de 25 años al ser pisoteada por los viajeros que abandonaban precipitadamente el vagón. Cada uno de los acusados deberá pagar una multa de 1.080 euros y una indemnización conjunta de 13.606 euros a la usuaria afectada.

Los condenados, identificados como cristianos evangelistas, ingresaron al metro con un carrito de compras rojo lleno de libros y cuadernillos de contenido religioso, mochilas y una maleta. Uno de ellos sostenía una gran cruz roja, mientras que el ciudadano iraquí llevaba un chaleco o túnica con caracteres árabes, tal y como ha publicado el Consejo General del Poder Judicial.

Una vez dentro del vagón, que ya estaba lleno debido a la feria nocturna, comenzaron a hacer proclamas a través de un megáfono, expresando críticas hacia el entorno del metro y entregando trípticos con mensajes apocalípticos. Esto generó temor entre los ocupantes del convoy, llevando a algunos a dirigirse apresuradamente hacia la puerta del vagón, ocasionando una avalancha que resultó en lesiones a varias personas, incluida la joven de 25 años que sufrió edemas óseos y una esguince.

Un sacerdote (Imagen: E&J)

«¿Adónde irías si murieras hoy mismo?»

Entre las declaraciones registradas en la sentencia, los acusados expresaron, textualmente, que “tenemos un mensaje para vosotros: este metro está lleno de pecado, de drogas, de formación (fornicación…), de alcohol. La palabra de Dios dice…”. Un acusado profería las palabras en alemán a través de un megáfono, otro las traducía al castellano en voz alta, y otros del grupo grababan la escena y entregaron un tríptico, donde figuraba la leyenda “¿adónde irías si murieras hoy mismo?”.

Al escuchar las palabras de los acusados, un joven sentado a sus espaldas y al que acompañaban otros jóvenes, dijo “de algo hay que morir, coño”. A continuación, algunos viajeros se levantaron asustados dirigiéndose hacia la puerta del vagón, en el que se agolparon, momento en el que el citado joven se volvió a levantar de su asiento y dijo: “que es mentira, coño. Válgame Señor”. Mientras esto sucedía, los acusados continuaron diciendo: “Jesucristo os ama, no tengáis miedo, solo miedo del pecado”, «vais a arder en el infierno», “los españoles sois unos perros, solo fumáis marihuana” o “hemos venido de Alemania para salvaros”.

La reacción de los acusados, que continuaron con sus mensajes a pesar del pánico generado y que mostraron reticencia a abandonar el vagón incluso después de los requerimientos de los vigilantes de seguridad, fueron elementos determinantes para la ratificación de la condena por parte del Tribunal Supremo. La conducta inicial de los acusados, al entrar en grupo en el convoy y lanzar proclamas arriesgadas, fue considerada como un factor que puso en peligro la integridad física de los pasajeros, siendo previsible el riesgo asociado.