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El sector agrario no se beneficia fiscalmente porque desconoce las herramientas a su alcance

La sequía, el cambio climático y el aumento de la competitividad invitan a tratar de obtener beneficios fiscales

Olivar. (Imagen: Ángela Sánchez)

Pablo Montes

Periodista




Tiempo de lectura: 3 min

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El sector agrario no se beneficia fiscalmente porque desconoce las herramientas a su alcance

La sequía, el cambio climático y el aumento de la competitividad invitan a tratar de obtener beneficios fiscales

Olivar. (Imagen: Ángela Sánchez)



Los cultivos pierden valor económico, como lo pierde un tractor o una cualquier maquinaria. Sin embargo, gran parte de los agricultores lo desconocen o no lo formalizan, lo que implica que dejen de beneficiarse de determinadas deducciones fiscales que, en un momento como el que vive el sector agrario, podrían suponer un ahorro fundamental para ellos.

Las afirmaciones las hace el catedrático de Derecho Financiero y Tributario, Carlos María López Espadafor, director del grupo de investigación de “Derecho Financiero” de la Universidad de Jaén, que ha coordinado el encuentro “protección fiscal y registral del Medio Ambiente, la Agricultura y el Agua”, que se ha desarrollado en la sede de Baeza (Jaén) de la Universidad Internacional de Andalucía.



Más de la mitad de los agricultores de Jaén, la provincia que produce más aceite de oliva en España y principal productora del mundo con más de 66 millones de olivos, no llevan a cabo esa amortización. “Hay que llevar un libro de registro en el que se refleje esa depreciación”. López Espadafor ofrece datos, basados en el estudio realizado en la provincia de Jaén, que han complementado y comparado con los de otras provincias de Andalucía, Extremadura, Aragón o Castilla la Mancha. “Existen unas ligeras diferencias, aunque no hay datos suficientes aún”.



La amortización puede suponer una deducción en el impuesto sobre la renta de hasta un 3% del valor del olivar”, afirma. Por eso, “ya no tiene sentido cuando se hereda darle el valor mínimo; con bonificaciones tanto en base como en cuota, interesa un valor alto porque se va a reducir un 3%”, comenta. También se puede amortizar el coste de las obras que se hacen por parte de la comunidad de regantes para mejorar la eficiencia en la utilización de un bien tan valioso como el agua.

Olivares vistos desde Los Miradores, en Úbeda. (Imagen: Pablo Montes)



A juicio de López Espadafor, esta dejación se debe a que la situación económica de los agricultores en esta provincia andaluza no ha sido mala y que la fiscal ha resultado beneficiosa. Ahora, sin embargo, nos encontramos en una situación de crisis hídrica y a pesar de la subida del precio del aceite, el drástico descenso en la producción no se ve compensado. “En esa situación, el agricultor debería buscar no tributar prácticamente nada”, algo que podría conseguirse con la amortización.

A juicio de este jurista, la cifra de agricultores que no se benefician porque desconocen las herramientas fiscales invita a poner en duda que las instituciones públicas y privadas que deben informar a los profesionales del sector lo estén haciendo correctamente. El agricultor, habitualmente, no se deduce por módulos llevando una contabilidad de cada uno de sus ingresos y gastos, sino que se acoge al sistema de estimación objetiva, aplicando un porcentaje contemplado en una orden sobre el total de ingresos, explica el experto.

López Espadafor percibe que, al menos en Jaén, “hay una sensación del agricultor de que fiscalmente no está perjudicado”. Sin embargo, la situación que vivimos por la escasez hídrica y el cambio climático, sumado al aumento de competitividad de países como Turquía o Grecia, “van a hacer que el agricultor preste a partir de ahora más atención al tema fiscal”.

El catedrático destaca que en este curso realizado por la UNIA las agricultoras han mostrado un interés notable en relación a los beneficios fiscales que pueden obtener en las distintas operaciones jurídicas que realizan en su día a día. Además, el experto critica que, en ocasiones, la Administración no dota de fondos suficientes a proyectos de investigación que luego las circunstancias hacen ver que son más que necesarios y que hubieran sido mucho más completos y útiles si hubieran recibido un apoyo mayor.

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