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España no está obligada legalmente a incrementar su presupuesto de Defensa

El acuerdo de la OTAN para llegar al 2% del PIB en gasto militar el gasto militar no es vinculante, pero sí un compromiso firme de los estados miembros

Sede de la OTAN. (Foto: AFP)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




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España no está obligada legalmente a incrementar su presupuesto de Defensa

El acuerdo de la OTAN para llegar al 2% del PIB en gasto militar el gasto militar no es vinculante, pero sí un compromiso firme de los estados miembros

Sede de la OTAN. (Foto: AFP)



El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado lunes un incremento del presupuesto de Defensa de España. En una entrevista con La Sexta, Sánchez reconoció que “debemos hacerlo”, al tiempo que recordó que cuando llegó al Ejecutivo el gasto destinado a este cometido suponía un 1,25% del PIB español, mientras que en la actualidad representa un 1,40%. El aumento de los gastos de Defensa tiene por objetivo, entre otras consideraciones, cumplir con el acuerdo al que llegaron en 2014 los países de la OTAN para destinar al menos el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a defensa.

En 2006, los ministros de Defensa de la OTAN acordaron destinar un mínimo del 2% de su PIB a gastos de defensa para continuar asegurando la capacidad militar de la Alianza. En su día se consideró que esta directriz también serviría para medir la voluntad política de un país para contribuir a los esfuerzos de defensa común de la OTAN. Esta medida era impulsada principalmente por Estados Unidos, cuyo gasto en defensa y su aportación a la Alianza Atlántica es muy superior al del resto de sus socios.



Precisamente por esto, el acuerdo para incrementar el gasto militar ha sido un motivo de choque entre Estados Unidos y sus aliados. Según se destaca en la página web de la propia OTAN, la riqueza combinada de los aliados no estadounidenses, medida en PIB, supera la de Estados Unidos. Sin embargo, los aliados no estadounidenses juntos gastan menos de la mitad de lo que gasta Estados Unidos en defensa.



Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (Foto: Moncloa)

Este desequilibrio ha sido una constante, con variaciones, a lo largo de la historia de la Alianza y más desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, tras los cuales Estados Unidos incrementó significativamente su gasto en defensa y la gran recesión de 2008, que hundió las economías de los países miembros.



No obstante, y aunque el volumen de gasto de defensa de Estados Unidos representa más de dos tercios del gasto en defensa de la Alianza en su conjunto, esto no quiere decir que ésta sea la cantidad que Estados Unidos aporta al funcionamiento operativo de la OTAN, que se comparte con todos los Aliados según el principio de financiación común. Cabe señalar, no obstante, que la Alianza depende de los Estados Unidos para la provisión de algunas capacidades esenciales, en lo que respecta, por ejemplo, a la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento; reabastecimiento de combustible en vuelo; defensa contra misiles balísticos; y guerra electrónica aerotransportada.

En 2014 se reafirmó el compromiso por parte de los miembros de la OTAN de que los presupuestos de defensa llegaran al 2% del PIB. En una cumbre celebrada en Gales, y a la que acudió el entonces presidente de Estados Unidos, Barak Obama, para dar un tirón de orejas a sus socios europeos y presionarlos para que gastaran más en Defensa, los líderes de la OTAN acordaron revertir la tendencia de disminución de los presupuestos de defensa iniciada en 2009 con motivo de la gran recesión económica.

Imagen de la cumbre de la OTAN celebrada en Gales. (Foto: OTAN)

Al igual que está ocurriendo ahora, el anuncio del aumento de los presupuestos de Defensa, presiones estadounidenses aparte, se produjo en respuesta a una crisis militar en Ucrania. En aquella ocasión fue la anexión de Crimea por parte de Rusia.

El acuerdo al que se llegó en Gales fue que los aliados que en ese momento cumplían con la directriz del 2% en gastos de defensa intentarían seguir haciéndolo; mientras que los países cuya proporción del PIB gastado en defensa estuviera por debajo de este nivel tenían que aumentar los presupuestos de defensa en términos reales a medida que fuera creciendo el PIB y aspirar a avanzar hacia la pauta del 2% en una década, esto es, 2024.

Este compromiso ha surtido efecto, aunque el mismo diste de ser óptimo. En 2014, solo tres aliados gastaron el 2% del PIB o más en defensa; esto aumentó a 11 aliados en 2020 y la mayoría de los países miembros tienen planes nacionales para cumplir con este objetivo para 2024. En cualquier caso, quedan 19 países por llegar al 2% del PIB.

La OTAN estima que, “si bien la directriz del 2% del PIB por sí sola no garantiza que el dinero se gastará de la manera más eficaz y eficiente para adquirir y desplegar capacidades modernas, sigue siendo, sin embargo, un indicador importante de la determinación política de los aliados individuales para dedicar a la defensa un nivel relativamente pequeño, pero aún significativo de recursos”.

Hay que aclarar que el hecho de que se llegue al 2% del PIB no quiere decir que necesariamente eso signifique que la aportación directa de un país a la OTAN va a aumentar.

Financiación de la OTAN

La OTAN se financia a través de contribuciones directas a indirectas.

Las contribuciones directas sirven para financiar los presupuestos y programas de la organización. La OTAN tiene presupuestos y programas anuales por valor de unos 2.500 millones euros que, entre otras cosas, respaldan su estructura de mando militar permanente, sus operaciones y misiones actuales, y proporcionan infraestructura militar esencial (incluidas instalaciones de bases aéreas y navales, comunicaciones por satélite, tuberías de combustible y mando y sistemas de control). Esto representa el 0,3% del gasto total de defensa aliado, según informa la propia Alianza.

Las contribuciones indirectas, o nacionales, son las más grandes y se dan, por ejemplo, cuando un miembro compromete capacidades y/o tropas para una operación militar y asume los costos de la decisión de hacerlo.

Cuando el Consejo del Atlántico Norte (NAC), el máximo órgano de toma de decisiones políticas de la OTAN, decide por unanimidad participar en una operación o misión, no hay obligación de que todos y cada uno de los miembros contribuyan, a menos que se trate de una operación de defensa colectiva del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, en la que las expectativas del caso son diferentes.

La OTAN no cuenta con fuerzas armadas propias. (Foto: Google)

Como organización, la OTAN no tiene sus propias fuerzas armadas, por lo que los aliados comprometen tropas y equipos. Las contribuciones varían en forma y escala, por ejemplo, desde unos pocos soldados hasta miles de tropas, y desde vehículos blindados, buques de guerra o helicópteros hasta todo tipo de equipo o apoyo, médico o de otro tipo. En este contexto, y desde el punto de vista de la OTAN, el aumento del gasto en Defensa es importante porque eso facilita que los países puedan contar con más medios para que sean aportados al esfuerzo común en caso de necesidad.

España va justa para cumplir

Destinar el 2% de la riqueza del país a gastos militares no es un imperativo legal como si fuera un reglamento europeo, que debe ser cumplido y traspuesto al ordenamiento jurídico de los países miembros. Sin embargo, su incumplimiento puede dejar en muy mal lugar a los países que no lleguen a este objetivo que, según lo acordado en Gales, tiene que ser alcanzado en 2024.

Para la consecución de ese 2%, España tendría que aumentar sus gastos militares un 0,6% del PIB entre los presupuestos de 2023 y 2024. Esto es, en tan solo dos años, y tomando como referencia en PIB de 2021 (algo más de 1,2 billones de euros), España debería incrementar sus gastos en Defensa en 7.217 millones de euros en dos ejercicios.

Además, el gasto en Defensa de España es en estos momentos de los más bajos de la OTAN. Solo están por debajo, según datos de la organización de 2020, Bélgica, Eslovenia y Luxemburgo. Sin embargo, la contribución española al presupuesto directo de la OTAN para el periodo comprendido entre 2021 y 2024 representa el 5,99% del total de los países miembros.

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