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Estados Unidos o el imperio de la Segunda Enmienda

Un tiroteo en una escuela de primaria de Texas deja 21 muertos y vuelve a poner sobre el tapete el control de armas

(Foto: Marca)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




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Estados Unidos o el imperio de la Segunda Enmienda

Un tiroteo en una escuela de primaria de Texas deja 21 muertos y vuelve a poner sobre el tapete el control de armas

(Foto: Marca)



Estados Unidos se ha vuelto a ver convulsionado por una masacre. Salvador Ramos, un joven de 18 años, entró ayer en la escuela de educación primaria Robb de Uvalde (Texas) armado con una pistola y un subfusil con los que causó la muerte de 21 personas, 19 estudiantes de entre siete y diez años, y dos adultos, uno de ellos profesora del centro.



El tirador fue finalmente abatido por la policía en el interior del colegio. Según ha informado la policía, antes de acudir al colegio, del que había sido alumno, Ramos había disparado a su abuela después de una discusión. La mujer fue trasladada a un hospital en estado grave.



Tras el tiroteo, el presidente del país, Joe Biden, ha realizado una comparecencia pública en la que se preguntó cuándo su país se plantará ante el lobby de las armas. «Como nación nos tenemos que preguntar cuándo en el nombre de Dios vamos a enfrentarnos a los grupos de presión a favor de las armas, cuándo en el nombre de Dios vamos a hacer lo que en el fondo sabemos que hay que hacer», ha declarado Biden.

El de Uvalde pasa a ser, de momento, el tiroteo más grave del año por número de muertos. La anterior matanza, que tuvo un componente racista, se produjo el sábado 14 de mayo, cuando un hombre de 18 años, identificado como Payton Gendron, entró en un supermercado en un barrio de alta concentración de afroamericanos de Buffalo, Nueva York, y acabó con la vida de diez de personas, además de herir a otras tres.



Madres a la puerta del colegio esperan noticias de sus hijos. (Foto: Reuters)

La matanza de esta pequeña localidad texana se produce casi diez años después de otro de los más traumáticos tiroteos en la historia de Estados Unidos, el del colegio Sandy Hook, en Newton, Connecticut. El 14 de diciembre de 2012 perdieron la vida 28 personas de manos de un joven de 20 años. Veinte de las víctimas eran niños de entre seis y siete años. Justo antes de salir hacia el colegio, el tirador acabó con la vida de su madre.

Tiroteos masivos

Con la matanza de ayer son 212 los tiroteos masivos los que se han producido en lo que va de año en Estados Unidos, con una media semanal de diez. Según Gun Violence Archive, la organización independiente que lleva la cuenta desde hace años, al menos cuatro o más personas, sin contar al tirador, deben estar involucradas en esa clase de actos violentos para que se consideren como tiroteos masivos.

Los tiroteos masivos, y especialmente los que se producen en escuelas, han servido para avivar el debate sobre los controles para la venta y el uso de armas de fuego. Tras cada masacre, políticos demócratas y republicanos ponen sobre el tapete la necesidad de restringir la venta de armas en el país. Incluso han llegado a aprobarse legislaciones al respecto, pero este control nunca a llegado a ser efectivo.

La Segunda Enmienda

Los defensores de la libre venta de armas en Estados se apoyan en la Segunda Enmienda de la Constitución del país. El texto de esta enmienda dice textualmente: “Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”. El gran debate se ha producido siempre en torno a la interpretación de esta Enmienda.

El papel de la Segunda Enmienda, como muchos derechos constitucionales, es poner límites a las regulaciones que puede aprobar el Gobierno Federal. Académicos y abogados han debatido su alcance desde que fue ratificada en 1791. Uno de los elementos fundamentales de esta discusión tiene como base la decisión de 2008 del Tribunal Supremo (que en Estados Unidos hace las veces de Tribunal Constitucional) en el caso Distrito de Columbia contra Heller. En esta ocasión, gran parte del debate giraba en torno al significado de una “milicia bien regulada”. Esta decisión anuló una prohibición de armas de fuego en Washington, DC, y estableció el derecho de las personas a tener un arma para ciertos fines privados, incluida la autodefensa en el hogar.

Tribunal Supremo de Estados Unidos. (Foto: Archivo)

El Supremo amplió la protección de la propiedad privada de armas dos años después en McDonald contra la ciudad de Chicago. En este caso, el tribunal determinó que los gobiernos estatales y locales también están sujetos a la Segunda Enmienda.

Según señalan los expertos, la Declaración de Derechos [documento que recoge las diez primeras enmiendas de la Constitución de Estados Unidos], según sus términos, solo se aplica al Gobierno Federal, pero la Corte Suprema, a través de una doctrina conocida como incorporación, ha hecho que casi todas sus garantías sean aplicables también contra los gobiernos estatales y locales. Esa es la cuestión que se dilucida en McDonald contra la ciudad de Chicago”.

Lo que ha ocurrido es que algunos estados han optado por ir más allá de lo dispuesto por el tribunal. En este sentido, en el caso Distrito de Columbia contra Heller el Supremo estableció limitaciones a ese derecho individual y preservó una gama relativamente amplia de posibles regulaciones de armas, como permitir su restricción en edificios gubernamentales, escuelas y lugares de votación, pero en muchos casos, las legislaturas estatales han decidido no hacer uso de la autoridad que el tribunal les ha otorgado.

Cartel de la escuela Columbine. (Foto: The conversation)

Durante mucho tiempo, el debate sobre las armas de fuego quedó en segundo plano, hasta que el 20 de abril de 1999 se produjo la matanza de Escuela Preparatoria de Columbine (Colorado), en la que Eric Harris y Dylan Klebold, dos alumnos de último curso mataron a 12 de sus compañeros y a un profesor e hirieron a 24 personas más. Posteriormente se suicidaron. Este tiroteo conmocionó al país porque fue la mayor matanza perpetrada en un colegio hasta entonces en EE.UU. y por las circunstancias que rodearon al suceso, que fue seguido prácticamente en directo por la televisión.

Esta masacre llevó a una serie de cambios que, aunque aplaudidos en su momento, se han mostrado insuficientes. Se introdujo la táctica del Despliegue Rápido de Acción Inmediata que la policía pone en marca en las situaciones en las que hay un pistolero activo. También se puso más énfasis en la seguridad de las escuelas y se propició que se abriera el debate sobre el control de armas. Sin embargo, la lectura que se hace actualmente es que, tras los tiroteos de Virginia Tech (32 asesinados en 2007), Sandy Hook, Connecticut, (murieron 27 personas en 2012) y Parkland, Florida (fueron masacradas 17 personas en 2018), por citar únicamente los ocurridos en centros educativos, la situación no ha hecho más que empeorar.

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