Absuelta una empresa de actividades turísticas que fue demandada por un cliente que sufrió lesiones al saltar a una poza de agua
La Justicia falla que fue el usuario quien asumió de manera voluntaria los riesgos inherentes a la práctica de barranquismo
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(Imagen: E&J)
Absuelta una empresa de actividades turísticas que fue demandada por un cliente que sufrió lesiones al saltar a una poza de agua
La Justicia falla que fue el usuario quien asumió de manera voluntaria los riesgos inherentes a la práctica de barranquismo
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(Imagen: E&J)
La Audiencia Provincial de Jaén rechaza declarar la responsabilidad de una empresa dedicada a actividades de turismo activo por las lesiones sufridas por uno de los clientes que contrató sus servicios para hacer barranquismo.
La sentencia dictada por la Sección primera de ese tribunal provincial (disponible en el botón ‘descargar resolución’) razona que no es posible atribuir a la empresa la culpa por las lesiones que sufrió el participante al saltar a una poza de agua, ya que fue el usuario quien voluntariamente asumió los riesgos inherentes a tal práctica.
Además, la Audiencia Provincial de Jaén destaca que no existió falta de diligencia por parte de los monitores de la actividad, ya que explicaron al cliente cómo debía saltar para no exponerse a riesgos físicos, siendo el usuario quien en uno de los saltos y contradiciendo las indicaciones de seguridad recibidas, varió la postura en el momento de entrar al agua.
El caso
En agosto de 2018 el demandante contrató los servicios de una empresa dedicada a actividades de turismo activo. Concretamente contrató los servicios de esta empresa para llevar a cabo la actividad de descenso de cañones/barranquismo por la Cerrada del Uterero, en la Sierra de Cazorla. En el transcurso de la referida actividad, el actor saltó a una poza desde cinco metros aproximadamente, sufriendo lesiones al caer al agua.
Como consecuencia del accidente y las lesiones sufridas, el usuario presentó demanda de reclamación de cantidad contra la empresa y la aseguradora de esta, amparando tal reclamación en el artículo 1.101 del Código Civil por defectuoso cumplimiento del contrato.
En la demanda el actor sostenía que los monitores que acompañaban al grupo de personas que estaban realizando ese día la referida actividad, no tenían la titulación adecuada para la actividad ni dieron las explicaciones pertinentes de cómo hacer cada salto, sino que fueron explicaciones genéricas. Asimismo, el demandante sostenía que los monitores no corregían la técnica de los participantes y que no se colocaron en las posiciones adecuadas para garantizar la seguridad de los participantes.
La empresa demandada, por su parte, contestó a la demanda negando cualquier responsabilidad y explicaba que la actividad se anunciaba en la web oficial de turismo de Andalucía con publicidad de la actividad, teniendo autorización administrativa para ello. La empresa también negaba lo expuesto en la demanda del actor, asegurando que sí que minimizaron los riesgos, ya que los monitores cuentan con titulación para llevar a cabo tal actividad, dieron las explicaciones necesarias, corrigieron la técnica de los participantes y se colocaron en las posiciones adecuadas para garantizar la seguridad de los mismos.
Asimismo, la empresa de actividades de turismo activo aseguraba en la contestación a la demanda que “al firmar el contrato, se les facilitó la información en la que se indicaba que se trataba de una actividad de riesgo. Cuando ocurrió el accidente, era el sexto salto, de lo que se deduce que sí se les corrigió la forma de saltar, pues hubo otros saltos anteriores. Lo ocurrido fue que en ese salto no cumplió con las instrucciones recibidas, de forma que no entró con piernas semiflexionadas, sino en posición de sentado ‘bomba”.
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(Imagen: E&J)
Las lesiones fueron causa del indebido cambio de postura
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Carolina desestimó la demanda y absolvió a la empresa demandada y a la aseguradora de esta de los pedimentos ejercitados en su contra.
El Juzgado razonó que no había quedado acreditado que la demandada, durante el desarrollo de la actividad, participara en el aumento de riesgo que comportaba la actividad contratada, sino que por el contrario, fue el demandante quien asumió voluntariamente el riesgo de saltar, pudiendo optar por no hacerlo ya que existían otros caminos alternativos a pie.
En cuanto al salto que provocó las lesiones, la sentencia de primera instancia argumentaba que, de las pruebas testificales del juicio, quedó acreditado que ese era el cuarto o quinto salto que realizaba el actor y que fue informado por los monitores, tanto antes de iniciar la actividad como al realizar cada salto, de la forma en que debía hacerlo; y que las lesiones sufridas eran únicamente imputables al actor, “pues si bien inicio el salto correctamente, varió la postura en el momento de entrar al agua, haciéndolo semisentado con las piernas flexionadas y no perpendicular al agua, como se le informó. No constando probado que se golpeara con piedra alguna”.
“Fue el indebido cambio postural el motivo por el que se causó las lesiones, por lo que en modo alguno cabe derivar responsabilidad a la parte demandada”, sentenciaba el Juzgado de La Carolina.
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(Imagen: E&J)
No cabe atribuir responsabilidad a la empresa
El fallo de primera instancia fue recurrido en apelación por el usuario demandante, no obstante, la Audiencia Provincial de Jaén ha desestimado el recurso y confirmado la sentencia del Juzgado y, por ende, la inexistencia de responsabilidad de la empresa de actividades de turismo activo en las lesiones sufridas por el cliente en el transcurso de la actividad realizada.
El tribunal provincial ha recordado que la doctrina jurisprudencial existente exige que, para poder imputar responsabilidad en estos casos a las empresas o personas que ofertan este tipo de actividades deportivas o lúdicas, es necesario que las mismas “hayan omitido por su parte la diligencia que le es exigibles en alguno de los aspectos de la actividad desplegada, que ponga de manifiesto un incremento del riesgo previsible, más allá del asumido por el usuario de la actividad en cuanto excede del riesgo que es normal e inherente a la misma”.
Además, esta misma doctrina jurisprudencial excluye la responsabilidad de las empresas o personas que organizan actividades deportivas en los daños causados cuando el mismo es asumido por quien participa voluntariamente en la actividad. No obstante, será causa de imputación de responsabilidad atribuible al organizador cuando concurran circunstancias en la producción del daño que pongan de manifiesto “la existencia de una agravación o incremento del riesgo propio de la actividad o evidencien que incidió en su producción una falta de diligencia en la empresa organizadora”.
Por otro lado, la Audiencia Provincial de Jaén ha razonado que, la alegación del actor de que los monitores no disponían de la titulación necesaria para desempeñar la actividad que dirigían, “no es más que una mera manifestación carente de prueba que la justifique”. De hecho, el tribunal provincial señala en la sentencia que “la propia normativa andaluza no establece el título concreto que deben tener los monitores de turismo activo, pero sí exige a las empresas contar con personal cualificado para desarrollar la actividad”.
Asimismo, la resolución fundamenta la desestimación del recurso en que no es posible concluir que se haya justificado la concurrencia de los presupuestos para exigir responsabilidad a la empresa demandada, pues, “aun tratándose de una actividad de turismo activo relativamente peligrosa, el actor decidió participar voluntaria y libremente en la misma, sin que se haya justificado el incumplimiento de obligación alguna de las asumidas por la demanda en la relación contractual entre las partes, ni menos aun las que se le imputan de falta de información o de titulación necesaria por parte de los monitores para llevarla a cabo”.
Por último, la AP de Jaén señala que tampoco ha quedado probado que ese riesgo asumido por quien participa en una actividad de barranquismo en la Sierra de Cazorla, “y en la que es perfectamente previsible que habrán de existir saltos a pozas de mayor o menor altura, fuese incrementado por la empresa más allá de lo que cualquiera de los participantes decidió asumir, cuando además es más que posible ante la posible dificultad de un determinado salto, utilizar un camino para volver sin realizarlo, tal y como lo decidieron otros partícipes en la actividad”.
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