Condena por maltrato animal por dejar morir a un tigre que tenía encerrado en su taller
Condena por maltrato animal por dejar morir a un tigre que tenía encerrado en su taller
El acusado de dejar morir en Cangas de Onís a un ejemplar de tigre, al que tenía en una jaula en la parte trasera de su taller mecánico y al que, una vez muerto, arrancó la cabeza para quedarse con su cráneo como recuerdo, reconoció su culpabilidad y aceptó una condena de seis meses de prisión y dos años de inhabilitación especial para ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga que ver con animales.
La vista oral estaba señalada en el Juzgado de lo Penal nº2 de Oviedo, aunque la conformidad alcanzada entre las partes evitó su desarrollo. El acusado, al menos desde el mes de octubre del año 2009, poseía un animal de la especie Pantera Tigris, concretamente un tigre hembra, al que, incumpliendo las normas más elementales para su adecuado cuidado, así como la práctica totalidad de las obligaciones legales para la tenencia del mismo, lo tenía ubicada en una jaula (de 5×3 metros) situada en la parte trasera de su taller mecánico, en Las Rozas (Cangas de Onís).
El Seprona tuvo conocimiento de la situación y, el 14 de noviembre de 2009, realizó una primera inspección, tras la cual presentó una denuncia ante la Consejería de Medio Rural y Pesca del Principado de Asturias debido a la carencia de licencia para su tenencia y resto de obligaciones que la Ley 1372002, de 23 de diciembre, de Tenencia, Protección y Derechos de los Animales impone a sus propietarios.
Tras esa inspección inicial, el Seprona realizó otras, los días 3 de mayo de 2013 (tras la que se elevaron 5 nuevas denuncias frente a la Consejería) y el 30 de julio de 2014 (en la que se comprobó la muerte del animal). Por su parte, el 12 de julio de 2013, el Principado realizó una inspección a las instalaciones, donde se comprobaron los siguientes incumplimientos en la tenencia del animal: carencia de cercado de seguridad de 1 metro y un cartel indicativo de la presencia de la tigresa, carencia de una bañera de suelo no resbaladizo, obligación de presentar en un plazo de 15 días la licencia municipal de tenencia de animales potencialmente peligrosos y un seguro de responsabilidad civil, obligación de presentar justificación veterinaria de desparasitaciones y vacunaciones y obligación de cubrir el techo con red o malla para evitar su escape.
Tras esta inspección se realizaron otras en fechas 7 de agosto de 2013 (en que se advierte al acusado de que, de no subsanar las deficiencias, en 10 días se procedería a la incautación del animal), el 23 de agosto de 2013 (en que se constató que se seguían incumpliendo las obligaciones de licencia, seguro de responsabilidad civil y seguimiento veterinario) y otra más en la que se comprobó que la tigresa había fallecido.
En los primeros meses del año 2014, el acusado, infringiendo nuevamente las obligaciones que le imponía la legalidad administrativa, enterró al mismo en su finca, no lo puso en conocimiento de las autoridades y, por medios que no han podido ser determinados, le arrancó la cabeza quedándose con su cráneo como “recuerdo”. Los hechos fueron considerados constitutivos de un delito de maltrato de animal doméstico o amansado del artículo 337 del Código Penal.
El acusado, tras reconocer los hechos, aceptó una condena de 6 meses de prisión y 2 años de inhabilitación especial para ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga que ver con animales, así como la inhabilitación especial para el derecho del sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. La pena de prisión será suspendida con la condición previa de que el acusado no vuelva a delinquir en el plazo de 2 años, el cumplimiento de la inhabilitación acordada y al pago de una multa de 3 meses con una cuota de 6 euros diarios (540 euros).